Una contrarreloj en el Aconcagua
Kilian Jornet, ganador de las tres modalidades de carreras de monta?a, intenta batir el r¨¦cord de velocidad en subir y bajar el gigante argentino, el techo de Am¨¦rica con 6.962m
Es dif¨ªcil saber qu¨¦ pasa por la cabeza de Kilian Jornet (Sabadell, Barcelona; 27 a?os) para llevar continuamente su cuerpo al l¨ªmite del dolor. Quiz¨¢ sea algo tan sencillo como esto: ¡°Me gusta sufrir¡±. El mejor corredor de carreras de monta?as del mundo siente un irrefrenable deseo de buscar nuevos desaf¨ªos para exprimir sus m¨²sculos y huesos. Ya no le basta con ser el n¨²mero uno en skyrunning, las carreras de altura. Este a?o se ha convertido en el primero que gana a la vez las tres modalidades que se disputan como un circuito: skymarathon, carreras de entre 30 y 42 kil¨®metros con un m¨ªnimo de 2.000 metros de desnivel positivo; el ultra skymarathon, m¨¢s de 50 kil¨®metros de distancia y de 2.500 metros de desnivel; y el kil¨®metro vertical, 1.000 metros de desnivel subidos en menos de cinco kil¨®metros corriendo. Nadie nunca hab¨ªa reunido en un mismo a?o las tres coronas, y sin embargo Kilian siempre quiere m¨¢s. Una vez hubo tachado de una lista todo lo que quer¨ªa conquistar, sinti¨® un vac¨ªo. As¨ª naci¨® el proyecto Summits of my life, el reto de batir los r¨¦cords mundiales de velocidad en subir y bajar las monta?as m¨¢s importantes del mundo.
Los gigantes han ido cayendo. El Mont Blanc (4.810 metros; 4h 57m), el Cervino (4.478m; 2h 52m), el McKinley (6.194m; 11h 48m)... Kilian vol¨® por el techo de Norteam¨¦rica el pasado junio subiendo en carrera y bajando en esqu¨ªes. Rebaj¨® la marca anterior, de Ed Warren, en cinco horas, un abismo. Ahora quiere repetir la gesta en la monta?a m¨¢s alta de Sudam¨¦rica, el Aconcagua, el pico argentino de 6.962m. Estos d¨ªas Kilian se entrena en sus faldas a la espera del mejor momento meteorol¨®gico para el intento. Calcula cada tramo como si fuera una contrarreloj. Es una operaci¨®n de cirujano, milim¨¦trica. El catal¨¢n intentar¨¢ batir el r¨¦cord con el m¨ªnimo material posible, as¨ª que cualquier contratiempo a esas alturas puede puede ser cr¨ªtico.
Esa es la filosof¨ªa que ha movido siempre los pasos de Kilian. Hijo de un guarda de un refugio en los Pirineos y de una profesora de deportes de monta?a, creci¨® en comuni¨®n con la naturaleza. Cuanto m¨¢s desnudo de objetos vaya, m¨¢s feliz es. El minimalismo le acompa?ar¨¢ tambi¨¦n en el Aconcagua. Como vestimenta, unas mallas finas, una camiseta y una chaqueta cortavientos, todo muy ligero; calzar¨¢ zapatillas de running, de unos 200 gramos cada una, menos pesadas que las botas de monta?a ¡ªhabr¨¢ poca nieve y estar¨¢ ya pisada por otras expediciones¡ª; y apenas llevar¨¢ consigo un gel energ¨¦tico (en el McKinley fue de 300cl) y medio litro de agua en una cantimplora de goma atada en la mano o guardada en un bolsillo peque?o. Nada de mochila (eso pesa). El suyo es el traje de un atleta en el territorio de un alpinista.
Con esta reducci¨®n de equipaje al m¨ªnimo, no hay plan b para imprevistos. Kilian no se para nunca desde que sale hasta que termina, si acaso baja el ritmo. La frontera es rebajar las 15h 42m del r¨¦cord oficial del portugu¨¦s Carlos S¨¢ en 2013 ¡ªel asturiano Jorge Egocheaga invirti¨® 14h 54m en 2007, pero la marca no fue registrada¡ª. ¡°Este reto tiene dos dificultades principales¡±, analiza Kilian; ¡°la altura de casi 7.000 metros, y la meteorolog¨ªa, que ser¨¢ la que nos marcar¨¢ el d¨ªa que podamos intentar el r¨¦cord¡±. Ser¨¢, seg¨²n lo previsto, por la v¨ªa tradicional, con el campo base en Plaza de Mulas (4.300m). Ascenso y descenso corriendo y brincando, sin esqu¨ªes.
Tres personas siguen a Kilian en el Aconcagua. La sueca Emelie Forsberg, su pareja y tambi¨¦n corredora de monta?a, que intentar¨¢ el r¨¦cord femenino; y los gu¨ªas y c¨¢maras franceses Seb Montaz y Vivian Bruchez. Estos, ante la imposibilidad humana de seguirle, se reparten los tramos para filmarle ¡ªen el McKinley, Kilian llevaba adem¨¢s una c¨¢mara GoPro¡ª. En Alaska le acompa?aba el alpinista catal¨¢n Jordi Tosas, de 46 a?os, con quien escala y ha preparado otros viajes. ¡°Kilian es muy especial¡±, afirma. ¡°No es solo correr, es un estilo mucho m¨¢s alpino, una sinergia del correr en la monta?a, una ideolog¨ªa diferente. Sube con lo mismo que en el Mont Blanc, y eso en el Aconcagua es un compromiso muy delicado. La gran altura la est¨¢ descubriendo ahora, se est¨¢ probando a nivel f¨ªsico. Y hay momentos muy duros en el aspecto psicol¨®gico. Esto es un 70% mental. Lo primero es cre¨¦rselo¡±.
Kilian viaj¨® el a?o pasado al Shisha Pangma, en el Himalaya, para aprender en las monta?as m¨¢s altas. Le acompa?¨® otro catal¨¢n, Jordi Corominas, de 56 a?os. ¡°Kilian compite en resistencia. Tiene una resistencia brutal y est¨¢ superadaptado al monte¡±, le define este gran alpinista. ¡°Con dificultades t¨¦cnicas, todos sus rivales le temen. Es el mejor. Tiene una t¨¦cnica impresionante movi¨¦ndose en la monta?a. Parece una cabra¡±. Ambos, Corominas y Tosas, pueden escudar a Kilian en el reto con el que el pr¨®ximo abril o mayo pretende sellar el proyecto Summits of my life: el r¨¦cord de velocidad en la cima del planeta, los 8.848m del Everest.
Entonces, si lo consigue, deber¨¢ volver a buscar nuevos horizontes, nuevas metas. Ha sido nombrado Aventurero del a?o 2014 por National Geographic, ha escrito dos libros (Correr o morir y La frontera invisible) y ha grabado dos pel¨ªculas documentales sobre sus experiencias. ¡°Para m¨ª, lo importante de todo esto es la gente. Somos una gran familia. En la l¨ªnea de salida somos todos iguales, y eso es lo que me sigue gustando de este deporte. Nos gusta sufrir, darlo todo y desconectar el cerebro¡±, dice.
Es en medio de esa paliza f¨ªsica cuando Kilian halla un sentimiento de paz. ¡°En la monta?a me siento en casa, es donde encuentro la felicidad¡±, explica; ¡°siempre he vivido rodeado de monta?as y no concibo la vida de otra manera. Tanta belleza me impresiona¡±.
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