Un muro que vale una final

A dos minutos del final, un gol de Radicevic hac¨ªa so?ar a Montenegro. Se pon¨ªa a uno de llevar el partido a la pr¨®rroga. Espa?a solo hab¨ªa anotado cinco tantos en la segunda parte, un escaso bot¨ªn que hac¨ªa resonar los ecos de los 30 minutos ante Ruman¨ªa que casi le costaron la posibilidad de luchar por las medallas. Pero a Espa?a le gusta llevar sus pulsos al l¨ªmite para tirar de orgullo y car¨¢cter, ese apartado donde siempre son superiores. Marc¨® Eli Pinedo, la m¨¢xima realizadora de Espa?a (5), y par¨® Silvia Navarro, la gran figura del partido, para que el ¨²ltimo tanto de Radicevic solo sirviera para certificar el 18-19 definitivo y el pase a la final de Espa?a.

La selecci¨®n luchar¨¢ por el oro en un Europeo por segunda vez en su historia, tras la plata que obtuvo en 2008. Lo har¨¢ el domingo (18.00, La 1) ante Noruega, que este viernes derrot¨® a Suecia (29-25) en la otra semifinal. Las n¨®rdicas son una especie de bestia negra de las espa?olas, ya que las derrotaron en aquella final de 2008 (34-21). En este Europeo, Noruega se est¨¢ mostrando casi intratable. Solo han encajado una derrota ¡ªante Hungr¨ªa cuando ya estaba clasificada para semifinales¡ª y ya bati¨® a Espa?a en la segunda fase (29-26).

El partido de Espa?a result¨® un triunfo colosal en el que brill¨® la inmensa Silvia Navarro. Montenegro, vigente campeona, volvi¨® chocar con la valenciana como en 2011, cuando el acierto de la portera desquici¨® a las balc¨¢nicas. Este viernes termin¨® con 19 paradas en todo el encuentro. Tras el final, Jorge Due?as se fundi¨® en un abrazo con la portera, el muro que construy¨® el camino a la final.

A Due?as le preocupaba que la gran victoria ante Dinamarca para meterse en semifinales provocara un ¡°exceso de euforia¡±. Todo lo contrario. Espa?a entr¨® muy enchufada. La defensa desquici¨® el ataque montenegrino, en especial a su principal baza, Bulatovic, ahogada en el 5-1 planteado por el t¨¦cnico vasco. No anotaron las balc¨¢nicas hasta el minuto 9, y si Espa?a entonces no le peg¨® un buen mordisco al marcador fue por el buen repertorio de Barjaktarovic en la porter¨ªa. Pero los goles, aunque poco a poco, llegaban. Marta Mangu¨¦, el¨¦ctrica; Nerea Pena, en suspensi¨®n, y Shandy Cabral, que ha explotado definitivamente en este torneo, pusieron el 0-3 en los primeros minutos.

Tras un gran primer tiempo, la selecci¨®n sufri¨® por la escasez anotadora en el segundo

Montenegro apret¨® algo m¨¢s. Pavicevic puso el 2-3. Y a partir de ah¨ª, Espa?a pas¨® por encima de su rival, como si se hubieran llevado hasta Budapest la inercia que iniciaron ante Dinamarca. Tambi¨¦n comenz¨® el festival de Silvia Navarro. La guardameta valenciana lo par¨® pr¨¢cticamente todo en la primera parte (11 de 19). Bulatovic no marc¨® hasta el minuto 16, pero entonces la selecci¨®n ya se divert¨ªa en su faceta ofensiva. Y como siempre, lo hac¨ªa sorprendiendo a su rival. Como por ejemplo cuando decidi¨® ponerle pausa a un contraataque y dejar a Marta Mangu¨¦, que est¨¢ disputando un extraordinario torneo, asistir a Eli Ch¨¢vez. La tinerfe?a puso el bal¨®n en la red con una vaselina. Espa?a, que lleg¨® a mandar con siete goles de ventaja, se fue el descanso cinco arriba, tras un fly que no pudo culminar Cabral.

En el segundo acto Espa?a sali¨® m¨¢s destensada. Ya no se ve¨ªa esa creatividad en ataque, ese ritmo inc¨®modo que desconcertaba a las montenegrinas. Solo Navarro manten¨ªa toda la intensidad de la primera parte. Pasaron cuatro minutos hasta que Marta Mangu¨¦ puso fin a la sequ¨ªa anotadora. Pese al peque?o estir¨®n, Espa?a se volvi¨® espesa, previsible, mientras Bulatovic, sin embargo, encontraba m¨¢s huecos en la defensa. Las balc¨¢nicas entraron en ese cuerpo a cuerpo que Jorge Due?as quer¨ªa evitar y poco a poco le fueron ganando terreno al equipo espa?ol, donde tampoco aparec¨ªa Carmen Mart¨ªn, la m¨¢xima goleadora de Espa?a y la segunda del torneo, que se fue del partido con su cuenta a cero.

Espa?a no funcionaba en ataque, pero manten¨ªa su gran solidez defensiva. El encuentro entr¨® en un cap¨ªtulo yermo. 14 minutos en los que el equipo de Jorge Due?as no anot¨® ni una sola vez. Siete de ellos con un parcial de 0-0, y un 13-16 congelado en el marcador. Ganaban siempre las defensas. Entonces emergi¨® Nerea Pena, a quien siempre ha encontrado su equipo en los momentos dif¨ªciles. Su gol puso un +4 de diferencia que dio aire hasta los minutos finales. Poco despu¨¦s volv¨ªa a encontrarse a Espa?a con una recta final ante el precipicio, hacia donde no cay¨® por el estado de gracia de su portera. Radicevic se empe?¨® en no dejar morir el partido, pero si antes hab¨ªa aparecido Pena, ahora fue el turno de Eli Pinedo, que sum¨® su quinto tanto. El acierto de la extremo y la inconmensurable figura de Navarro dejaron la diferencia en dos goles. Una ventaja que vale una final conquistada por el eterno orgullo de las jugadoras.