El bal¨®n multicolor
Se cumplen 100 a?os del primer duelo entre Euskadi y Catalunya
Cinco d¨ªas despu¨¦s de que las elecciones de Euskadi y Catalu?a se enfrenten en Bilbao, se cumplir¨¢ un siglo desde que lo hicieran por primera vez en 1915 con escandalosa victoria vasca (6-1) y hat trick de Pichichi, el sobrino de Unamuno. Ese a?o, Euskadi y Catalu?a se enfrentaron en tres ocasiones. La segunda en Barcelona con resultado 2-2 y la tercera con victoria 1-0 de los vascos, pero con una novedad nada imperceptible: disputaban la Copa Pr¨ªncipe de Asturias. Casi 100 a?os despu¨¦s ambos se volvieron a citar ayer (entre medias lo han vuelto a hacer en ocho ocasiones), pero el escenario ha cambiado notablemente. Catalu?a est¨¢ inmersa en un proceso soberanista de imprevisible final y Euskadi prefiere, de momento, insistir en la reconciliaci¨®n tras la violencia y paliar los efectos de la crisis econ¨®mica. A fin de cuentas, Ibarretxe ya intent¨® la v¨ªa soberanista con el resultado legal de todos conocido. Sin embargo, un Euskadi-Catalu?a ha resultado siempre m¨¢s inquietante futbol¨ªsticamente que cualquier otro partido de selecciones no oficiales. Ambos han buscado la repercusi¨®n frente a rivales de post¨ªn (Brasil, Uruguay, Francia, Chile, Hungr¨ªa); otras veces frente a rivales que simplemente estuvieran disponibles en fechas tan complejas como la Navidad; a menudo con lo que surgiera, porque el fin justifica los medios.
Y sin embargo, el partido del interior, el m¨¢s medi¨¢tico, era siempre el que enfrentaba a Euskadi y Catalu?a, una suerte de amistoso absoluto, entre dos equipos no rivales, que exteriorizaban el mismo d¨ªa al mismo tiempo una ambici¨®n coincidente: la oficialidad de sus respectivas selecciones. Este a?o han echado el resto. Al partido de f¨²tbol se ha unido el enfrentamiento vasco catal¨¢n en f¨²tbol femenino y en f¨²tbol sala. Un despliegue de ikurri?as y senyeras en un a?o especialmente convulso en Catalu?a pero que en Euskadi ha vivido la extra?a convulsi¨®n de la paz. Urkullu y Mas estuvieron ayer en el palco de San Mam¨¦s. Los sectores independentistas piden soluciones m¨¢s dr¨¢sticas respecto a la oficialidad deportiva (en Euskadi hicieron casus belli incluso del nombre de la selecci¨®n), pero chocar contra un muro solo produce heridas. En pleno debate soberanista, a capella en Catalu?a, con sordina en Euskadi, el resultado es lo de menos. Lo importante es el bal¨®n rojo, blanco, verde y amarillo. El bal¨®n multicolor.
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