Ni la derrota del Madrid motiva al Bar?a
La Real fue una espectadora de la desorientaci¨®n de un equipo espantoso, peleado con el bal¨®n y el marcador
Al Bar?a parece que le da igual que pierda el Madrid. Tampoco encuentra motivaci¨®n en la sanci¨®n de la FIFA. Ni se le ve preocupado por la suerte del presidente Bartomeu. No se sabe muy bien para qu¨¦ est¨¢, si es que le motiva alguna cosa, m¨¢s que nada porque despu¨¦s de dejar de jugar ahora ni ataca ni defiende, como si todo le diera igual, ser l¨ªder provisional o tercero, tan inanimado en 2015 como en 2014. Y si no se le puede considerar un equipo inerte es porque ayer resolvi¨® el partido con un gol en propia puerta de Alba. El gatillazo fue monumental, individual y colectivamente, dimitido Messi y perdido Luis Enrique.
Las alineaciones acostumbran a ser ya m¨¢s noticia que el juego en el Bar?a, circunstancia que agranda el debate sobre Luis Enrique. Ahora mismo no se sabe muy bien si es un temerario, un iluminado o simplemente un entrenador que busca el mejor equipo posible sin reparar en la clasificaci¨®n ni por tanto en marcadores como el que con anterioridad se hab¨ªa dado en Mestalla. Hay tanta controversia alrededor de Lucho que incluso sus decisiones m¨¢s consecuentes, o en la l¨ªnea de las que tomaron la mayor¨ªa de sus predecesores en el cargo, suenan a excentricidad, como la suplencia de Messi en Anoeta.
Messi nunca fue titular al regreso de las vacaciones navide?as si se except¨²a la temporada de Tito Vilanova. Tampoco jug¨® ayer de salida, reservado con Neymar y Alves, los tres futbolistas que se incorporaron m¨¢s tarde a los entrenamientos, pasado A?o Nuevo. M¨¢s sorprendente fue que no jugara Piqu¨¦ y cada vez son m¨¢s sospechosas las ausencias de Rakitic. No es f¨¢cil descifrar a Luis Enrique desde que ha recuperado a Montoya cuando el lateral hab¨ªa pedido su salida inmediata a la Juve. Las rotaciones ayudan al t¨¦cnico a que nadie acierte la formaci¨®n y confunden tambi¨¦n a los mejores futbolistas del Bar?a.
El gatillazo fue monumental, individual y colectivamente, dimitido Messi y perdido el t¨¦cnico del equipo azulgrana
Hoy parece imposible dar con un plan de juego estable con tanto cambio. Al equipo no solo le sigue costando llegar al ¨¢rea contraria sino que ahora no sabe defender la propia, curiosamente, la menos batida, como se advirti¨® nada m¨¢s comenzar el encuentro, cuando concedi¨® dos c¨®rners en un minuto y Alba le marc¨® su segundo gol del curso a Bravo. Juega el Bar?a dos partidos: uno contra s¨ª mismo y otro ante el rival, convencido de su suerte como local ante un sedentario Bar?a. No hay m¨¢s constante azulgrana que la de su rutina futbol¨ªstica: prefiere presionar y recuperar que elaborar, fuera y en el Camp Nou.
La falta de profundidad, de regate y desequilibrio, de remate y ocasiones era tan alarmante que Messi ya calentaba antes del descanso. Xavi, Busquets e Iniesta, la media m¨¢s triunfadora de la historia barcelonista, no filtraba un pase y ning¨²n delantero tiraba el desmarque, menos Luis Su¨¢rez. Apenas tuvo que esforzarse la Real para defender al Bar?a, sin velocidad ni precisi¨®n, romo y chato, solo a gusto a la contra, en las transiciones armadas a partir de los saques de esquina en contra. Una pel¨ªcula ya vista en canchas como la del Almer¨ªa. Hab¨ªa que recurrir de nuevo al banquillo (los suplentes sumaban 33 goles de los 41 de la Liga).
Y con Messi en la cancha, y m¨¢s tarde con Neymar, y despu¨¦s con Alves, ya con los tres suplentes en juego, el partido empeor¨® progresivamente para el Bar?a. El desconcierto result¨® tan gigantesco que Luis Enrique puso a tres laterales para que cerrara como central Montoya. Los azulgrana se empe?aron en buscar al 10 y los blanquiazules se aplicaron en cerrar los pasillos que llevaban a Messi. Jugando unos y otros a lo mismo, la Real sali¨® vencedora ante un Bar?a precipitado que se qued¨® por cuarta vez a cero (Real Sociedad, Celta, M¨¢laga y Getafe) con tres delanteros de la talla de Neymar, Luis Su¨¢rez y Messi.
El Bar?a perdi¨® en Anoeta, igual que el Real Madrid y el Atl¨¦tico. Ya son cuatro derrotas y un empate en los ¨²ltimos cinco encuentros azulgrana en San Sebasti¨¢n. No se recuerda, sin embargo, una actuaci¨®n m¨¢s impotente por parte del plantel barcelonista, f¨¢cilmente reducido, despersonalizado y desnortado, imposible definir su perfil futbol¨ªstico. Aunque el entrenador va tocando la alineaci¨®n, el equipo empeora con el paso de los partidos y de la buena mezcla entre Neymar y Messi al inicio de temporada se ha pasado al desorden ofensivo que ha supuesto la entrada de Luis Su¨¢rez desde el partido del Bernab¨¦u.
El uruguayo no funciona solo ni en equipo, Neymar se divierte en Brasil y se aburre en el Barcelona y sobre Messi empiezan a circular demasiadas noticias, la ¨²ltima divulgada por Mundo Deportivo sobre un pique en el ¨²ltimo entrenamiento con Luis Enrique. A ninguno se le vio feliz en el campo de la Real despu¨¦s de la derrota del Madrid en Mestalla.
Aunque se cerr¨® muy bien, la Real fue una simple espectadora de la desorientaci¨®n del Bar?a, peleado con el bal¨®n y el marcador, espantoso en Anoeta. Al equipo no le queda apenas margen de error, a la afici¨®n se le acaba la paciencia y a la directiva no le quedan m¨¢s recursos porque la FIFA ha resuelto que el Barcelona deber¨¢ jugar todo el a?o 2015 con los mismos futbolistas de ayer en Anoeta. Y hoy no se sabe muy bien a qu¨¦ aspira el Bar?a en la vida.
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