El caf¨¦ ¡®milagroso¡¯ de Serena
La n¨²mero uno del tenis femenino remonta un 6-0 tras pedir un expreso en mitad del partido "Esta temporada mi meta es divertirme m¨¢s", avisa a sus 33 a?os
Un caf¨¦ en mitad del partido transforma los bostezos en rugidos.
La estadounidense Serena Williams, que es la n¨²mero uno mundial del tenis femenino, dormita en su partido de la Copa Hopman, un torneo amistoso de selecciones que se disputa en Perth (Australia). Flavia Pennetta, su rival italiana, le propina un 6-0 en 19 minutos. La campeona de 18 torneos del Grand Slam se mueve como un zombi sobre la pista. Descoordinada. Sin acierto. Es una sombra de s¨ª misma. Como lleva menos de 48 horas en el pa¨ªs, sufre un jet-lag de libro, y con 5-0 ya busca soluciones. Habla con la juez de silla. Luego consulta con el supervisor. Tras echarse unas risas con su contraria ¡ª"?Estoy cansada!", grita sonriendo¡ª, acaba bebiendo algo que esconde cuidadosamente tras una servilleta blanca, porque la imagen de una de las mejores tenistas de la historia vale millones y no es cuesti¨®n de que regale publicidad ni en un momento desesperado. Entonces, como si esos sorbos introdujeran en su cuerpo una poci¨®n m¨¢gica, Serena se transforma. Pennetta desaparece de la pista. La estadounidense devora el duelo: remonta 0-6, 6-3 y 6-0.
?Qu¨¦ ha pasado? ?Cu¨¢l ha sido el milagro? ?Qu¨¦ bebida revitalizante despierta a Serena Williams, la campeona de campeonas?
"Soy bebedora de caf¨¦, no me tom¨¦ uno esta ma?ana, y estaba notando las consecuencias", explic¨® tras el encuentro la estadounidense, que desde el 19 de enero intentar¨¢ conquistar en Melbourne el Abierto de Australia, que es el primer trofeo del Grand Slam de la temporada. "Necesitaba tomar algo. Les ped¨ª que me dieran un expreso. Les pregunt¨¦ si era legal, porque nunca lo hab¨ªa hecho antes (...)", a?adi¨® la ganadora de cuatro oros ol¨ªmpicos, que con sus dudas a la hora de consumir cafe¨ªna volvi¨® a subrayar que bastantes tenistas desconocen al detalle la normativa antidopaje y que piden aprobaci¨®n oficial para casi todo para no meter la pata. "Necesitaba despertarme. El jet-lag te atrapa siempre", describi¨®.
Tras el par¨®n, Pennetta solo fue capaz de ganar tres juegos m¨¢s. La cafe¨ªna, por supuesto, no explica la reacci¨®n de la campeona. Fue, simplemente, la chispa que encendi¨® el incendio. Hace tiempo que Serena, de 33 a?os, gana cuando y como quiere. Tiene m¨¢s recursos t¨¦cnicos que nadie. Su fuerza es irresistible. El saque le despeja el camino. Sometida a la presi¨®n de que nadie le discuta el trono del tenis, lo que le obliga a un enfrentamiento constante consigo misma, la gesti¨®n de sus emociones marca ahora sus resultados. Ese baile agarrado con sus seguridades y sus miedos es el que dictaminar¨¢ si culmina con ¨¦xito la persecuci¨®n del r¨¦cord de torneos grandes (24, de la australiana Margaret Court). El reto est¨¢ en encontrar la motivaci¨®n. Una raz¨®n para seguir apretando los dientes. Algo con lo que distraer la mente de la asfixiante tensi¨®n de saberse obligada a la victoria de lunes a domingo. Ayer fue un caf¨¦. Ma?ana, conseguir competir saboreando cada momento, volviendo a las ra¨ªces y redescubriendo las razones que le llevaron de ni?a a jugar al tenis mientras o¨ªa los balazos que se disparaban en la barriada de Compton (Los ?ngeles).
"Nunca he sonre¨ªdo tanto en un partido", dijo sobre su duelo con Penetta. "Este a?o mi meta principal es divertirme m¨¢s. Me lo ha dicho mi padre: 'Serena, lo has hecho todo. Ahora, simplemente divi¨¦rtete. Te prometo que jugar¨¢s mejor".
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