El incendio de Messi
El presidente del Bar?a, Josep Maria Bartomeu, y los capitanes median en el desencuentro entre Luis Enrique y el jugador que amenaza con desestabilizar al equipo y al club
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El Barcelona tiene un problema que condiciona el futuro de la entidad desde el terreno de juego, desde la camiseta del 10. Se llama Leo Messi. Domar a La Pulga no result¨® nunca f¨¢cil. Leo siempre fue tan inc¨®modo para los rivales con el bal¨®n como para sus propios compa?eros cuando se le gir¨® el car¨¢cter. As¨ª ocurri¨® el lunes, cuando, tras ser suplente la primera parte en Anoeta contra la Real, no compareci¨® en el entrenamiento programado en la ciudad deportiva. Los capitanes le dieron explicaciones de la ausencia a Luis Enrique, aunque en el Bar?a, desde Ronaldinho, una gastroenteritis suena a excusa.
El club desminti¨® que el t¨¦cnico, Luis Enrique, instara a la entidad a abrir un expediente al futbolista por su ausencia y se remite al parte m¨¦dico que legitima la enfermedad del jugador. El quilombo que gener¨® Messi fue tan importante que intervinieron los capitanes, Xavi, Iniesta y Busquets, su entorno en el camerino, b¨¢sicamente Mascherano y Pep Costa, miembro del cuerpo t¨¦cnico, y ayer lo hizo personalmente el presidente. Josep Maria Bartomeu habl¨® con Messi despu¨¦s de que el futbolista trabajara en solitario en la ciudad deportiva.
En el club cunde la sensaci¨®n de que Luis Enrique no ha terminado de entender que a Messi es mejor no tratarlo como en su d¨ªa hizo con Totti en la Roma o con Orellana en el Celta. El mensaje que se le hizo llegar al entrenador no parece haber cuajado, por lo menos desde la lectura que se hace en la directiva y que validan los testigos m¨¢s pr¨®ximos de las relaciones en el vestuario.
En el club cunde la sensaci¨®n de que Luis Enrique no ha terminado de entender que a Messi es mejor no tratarlo como en su d¨ªa hizo con Totti en la Roma
¡°Vivir con Leo no es f¨¢cil¡±, se asume hace a?os en Sant Joan Desp¨ª. ¡°Pero no hay otro remedio que conseguirlo. Y, adem¨¢s, es un buen tipo¡±, a?aden quienes han vivido m¨¢s horas a su lado. Universalmente reconocido como el mejor futbolista del mundo durante a?os, en la ¨¦poca de Guardiola ya puso morros cuando las cosas no le gustaron. Resulta que Pep, que se gan¨® su incondicionalidad en 2008 al permitirle participar en los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn, donde logr¨® la medalla de oro, estuvo a punto de perderlo el d¨ªa que le puso a jugar a la espalda de Ibrahimovic y el sueco meti¨® dos goles. Tambi¨¦n le vio desaparecer de un entrenamiento tras ser suplente en un partido de Liga, precisamente en Anoeta. Aquel d¨ªa Guardiola invit¨® a los capitanes a solucionarlo. La relaci¨®n se recondujo. No tuvo incidentes en la ¨¦poca de Tito Vilanova y tampoco con Gerardo Martino, aunque su baj¨®n de rendimiento no fue casual. ¡°Se juega como se entrena¡±, se escuch¨® el ¨²ltimo a?o en el club.
La entidad, ahora, se ha movilizado. Todos son conscientes de que nada resulta peor que un cabreo de Leo. Todos tratan de evitar un pulso abierto con Luis Enrique, que evoca a los de Cruyff con Weisweiler o de Schuster con Lattek. Pero los desencuentros entre ambos trascienden al ¨¢mbito deportivo y se?alan a una mala relaci¨®n personal. No se justifican s¨®lo por la suplencia en Anoeta.
La entidad, ahora, se ha movilizado. Todos son conscientes de que nada resulta peor que un cabreo de Leo
¡°Buscaremos la mejor versi¨®n de Messi, haremos todo para que vuelva a ser el que era¡±, dijo en su d¨ªa Luis Enrique, pero el entorno de Messi nunca ha tenido esa sensaci¨®n. Se temen lo peor, porque no ven feliz al jugador. El entorno del t¨¦cnico guarda silencio. Hoy hablar¨¢ Luis Enrique.
¡°Son detalles. Pero para Leo son cosas importantes. Se ha llenado de razones¡±, justifican en el entorno del jugador, desilusionados con la gesti¨®n de la relaci¨®n de Luis Enrique con Leo. Detalles como el despido del utilero Txema Corbella a principio de temporada, el menosprecio que, seg¨²n ¨¦l, se ha tenido con Marcelo D¡¯Andrea, fisi¨®logo de la selecci¨®n argentina y su hombre de confianza, que vive en Barcelona, o el hecho de que fuera apartado de los viajes del equipo Pepe Costa, que realiza funciones de enlace entre la plantilla y el club, cambiaron la manera con la que Leo miraba a Lucho y a buena parte del equipo t¨¦cnico, a los que en algunos casos ignora absolutamente.
¡°Esto tiene arreglo, no os volv¨¢is locos¡±, advirti¨® ayer uno de los pesos pesados del vestuario, con mucho ascendente sobre Leo. Desde ayer, Bartomeu est¨¢ convencido; el lunes temi¨® lo peor: que el quilombo de Messi terminara por llevarse por delante lo poco que queda del club.
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