La dif¨ªcil tarea de terminar
A falta de dos etapas para el final del rally m¨¢s duro del planeta, cerca de la mitad de los participantes han abandonado; coches y 'quads', los que m¨¢s se han plantado
Dentro del Dakar hay tantas carreras como personas. Algunas participan de las mismas batallas, mientras que otras se clasifican en funci¨®n de lo que el piloto que va sobre cada m¨¢quina entiende por competici¨®n. As¨ª, mientras Coma y Gon?alves mantienen una bonita lucha por el liderato en motos, hay quien descorchar¨¢ la misma botella de champ¨¢n que el ganador del t¨ªtulo, s¨®lo por el hecho de llegar hasta Buenos Aires. Punto final de una prueba devastadora, que pocos llegan a completar.
A falta de dos d¨ªas para la conclusi¨®n del rally m¨¢s duro del mundo, cerca de la mitad de los inscritos ya lo han abandonado. De los 405 participantes que partieron desde Buenos Aires hasta Villa Carlos Paz en la primera etapa, 181 ya se han marchado (el 44,7%). Una cifra que desgranada por etapas describe la dureza de muchas de ellas y pone en valor las complicaciones acumuladas por muchos supervivientes que aguantaron lo indecible hasta decir basta. El primero en enfrentarse a la desgracia fue Nani Roma, al comienzo de la primera especial, apenas rebasado el kil¨®metro tres, cuando la bomba de aceite de su Mini se rompi¨® dej¨¢ndole sin opciones al t¨ªtulo. Lo sucedido aquel d¨ªa fue a la postre el inicio de un tormento que ha acabado con su descalificaci¨®n esta ma?ana despu¨¦s de sufrir un accidente ayer, y de saltarse tres way points para poder llegar a meta. Una lista desgraciada de la que, sin embargo, ha conseguido librarse Coma, a pesar de que la mouse de la rueda trasera de su KTM estuvo a punto de desintegrar el neum¨¢tico y dejarle tirado a falta de 30 kil¨®metros para el final de la segunda etapa. Afortunadamente el piloto de Avi¨¢ se libr¨® de acompa?ar a Roma y hasta el momento no ha vuelto a padecer ninguna situaci¨®n que lo haya acercado de nuevo a la malograda lista de desgracias.
68 de los 139 coches se encuentran fuera del Dakar, junto a 72 de las 156 motos que iniciaron la carrera
No hubo peor jornada para las motos que la del octavo d¨ªa. All¨ª, de regreso de la lluviosa Bolivia hasta Iquique, en la templada Chile, fue donde 18 motoristas dijeron basta. El fr¨ªo, que gener¨® problemas de hipotermia a m¨¢s de una cuarentena de pilotos, unido a los desperfectos mec¨¢nicos producidos por la sal, dieron al traste con las aspiraciones de muchos motoristas. Entre ellos Joan Barreda, l¨ªder de la general, que tuvo que regresar remolcado por un compa?ero de Honda porque su moto no quer¨ªa rodar, evitando el abandono pero quedando descolgado de la lucha por el t¨ªtulo.
Para los coches las cosas se pusieron feas mucho antes. En la segunda etapa, la que pose¨ªa la especial m¨¢s larga de todo el Dakar, de 518 kil¨®metros, 33 de ellos firmaron su sentencia. Al d¨ªa siguiente no pudieron continuar. Hasta ese d¨ªa dur¨® por ejemplo la gesta de Albert Bosch, Agust¨ª Pay¨¢ y su coche el¨¦ctrico, que con problemas en la direcci¨®n adem¨¢s del retraso acumulado por el inmenso tiempo requerido en el cambio de bater¨ªas marcaron el final de su aventura. Hoy, 68 de los 139 coches se encuentran fuera del Dakar, junto a 72 de las 156 motos que iniciaron la carrera. Peor les est¨¢ yendo a los quads, ya que en estos momentos menos de la mitad de los 44 que partieron siguen en carrera (19).
Y es que del premio final que supone cruzar la meta participan muchos menos de los que optan al t¨ªtulo. De ah¨ª que la dificultad de terminar, se equipare, en ocasiones, a la grandeza de ganar el t¨ªtulo.
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