Los que ganan nunca abandonan

Son alrededor de las 9 de la noche. Las condiciones del tiempo son moderadas, con vientos de 15 y 17 nudos de trav¨¦s. Decidimos cambiar las velas. Me encargo yo mismo de recoger una de ellas y empiezo a izar la segunda vela con la que contamos en el Hugo Boss, mientras Alex observa atentamente desde la proa, inm¨®vil. Normalmente, navegamos con las dos velas izadas, pero en esta ocasi¨®n preferimos hacerlo con una para aminorar la velocidad. De repente, una pieza met¨¢lica del tambor enrollador se hace a?icos. Recuerdo la escena como si fuera una sucesi¨®n de fotogramas reproducidos en modo c¨¢mara lenta. El tambor vuela por los aires; la vela sale disparada a gran velocidad; el m¨¢stil empieza a inclinarse. Alex permanece inm¨®vil, perplejo. Todo ello sucede en un par de segundos. Majestuosamente, el m¨¢stil se desploma en el oc¨¦ano.

Reaccionamos. La situaci¨®n lo requiere. Roto en dos pedazos, el m¨¢stil amenaza con provocar un boquete en la fuerte y fr¨¢gil estructura de fibra de carbono del barco. Lo conseguimos. El m¨¢stil se desprende definitivamente, y se pierde en la inmensidad del oc¨¦ano. Tan r¨¢pido ha sucedido el accidente, tan pronto nos vemos obligados a salir de la regata. Es nuestro quinceavo d¨ªa navegando. Y el ¨²ltimo que lo haremos como equipo participante de la Barcelona World Race.

Me hubiera gustado poder escribir otro tipo de post, en el que pudiera anunciar la buena marcha de la regata y compartir mis buenas sensaciones con todos los lectores de El Pa¨ªs. Es cierto, tanto Alex como yo no podemos esconder nuestra decepci¨®n. No estaba escrito en nuestro guion, especialmente por el gran inicio del Hugo Boss con dos nuevos r¨¦cords establecidos en esta edici¨®n. En el momento del accidente, lider¨¢bamos la competici¨®n con m¨¢s de 60 millas n¨¢uticas de distancia de nuestros inmediatos competidores. Est¨¢bamos muy satisfechos con el trabajo realizado y nuestro desempe?o en la competici¨®n.

En el momento del accidente, lider¨¢bamos la competici¨®n con m¨¢s de 60 millas n¨¢uticas de distancia de nuestros inmediatos competidores

Me sabe mal sobre todo por el equipo que ha trabajado sin descanso, planeando nuestra participaci¨®n en esta regata desde hace 2 a?os. Nos llena de tristeza el hecho de que un accidente fortuito sea la causa de nuestro abandono en la competici¨®n. Pero somos deportistas, y sabemos que la vela, como deporte extremo, es as¨ª. Afrontar este tipo de situaciones, levantarnos a nosotros mismos aunque cueste y darnos un golpe en la espalda mutuamente para empezar de nuevo. Dos compa?eros, al fin y al cabo, ante un crudo realismo.

En estos momentos, nos encontramos zarpando en direcci¨®n a Salvador de Bah¨ªa, pero nos quedaremos sin gasoil a unas 60 millas n¨¢uticas. All¨ª nos esperar¨¢ una embarcaci¨®n del equipo Alex Thomson Racing para proveernos de v¨ªveres y gasoil. En dos o tres d¨ªas calculamos que podremos tocar tierra en Brasil.

Una vez en tierra, deberemos investigar en detalle el origen del fallo t¨¦cnico. Aprender de ello nos servir¨¢ para seguir avanzando. Contamos con una nueva embarcaci¨®n de Hugo Boss que est¨¢ en construcci¨®n y que estar¨¢ lista para zarpar a principios de verano. Nuestra meta ya est¨¢ fijada para la competici¨®n de la Vend¨¦e Globe en 2016/2017. Como me recuerda Alex al o¨ªdo: ¡°Los que abandonan, nunca ganan; pero los que ganan, nunca abandonan¡±. Cierto. Pasamos p¨¢gina.