La noria del Madrid y el Bar?a
Hace un mes los blancos arrollaban y los azulgranas se adentraban en una crisis, hoy las tendencias se han invertido
A menudo, el f¨²tbol es una sucesi¨®n de desmentidos. Basta con ver este inopinado cruce de caminos que parecen vivir ahora el Real Madrid y el Barcelona, Cristiano Ronaldo y Messi. Desde el Mundial de Clubes, como si aquel broche triunfal a una temporada magn¨ªfica le hubiera saciado, el equipo de Carlo Ancelotti ha ido a la baja. Su estrella, tras una primera vuelta descomunal, ha perdido marcha desde los fastos de ne¨®n de la pelota de oro. De aquel grito de guerra a las artes marciales de C¨®rdoba. Todo en cuesti¨®n de d¨ªas. En Z¨²rich, Messi solo deslumbr¨® por su traje y lleg¨® a la ceremonia apenas nueve d¨ªas despu¨¦s de una discordia con Luis Enrique y el repentino apret¨®n de barriga. Desde entonces se ha disparado. Los podios parecen haber desfondado moment¨¢neamente al Madrid y haber desquiciado a Cristiano. La tormenta parece haber espabilado de forma instant¨¢nea al Bar?a y haber hechizado a Messi. Formas de metabolizar los ¨¦xitos y las penas. A CR le va m¨¢s masajearse el ombligo en p¨²blico; La Pulga, a la chita callando.
Cristiano ha perdido marcha desde el Bal¨®n de Oro; Messi, por contra, se ha disparado
El Madrid de Cristiano hab¨ªa abrochado un 2014 de ensue?o, con tres ¨²ltimos meses de f¨²tbol primoroso. El vestuario y el club eran un remanso de paz y en su solapa luce el gal¨®n del Mundial de Clubes, ese que abrillanta CR. Por aquellos d¨ªas, el Bar?a de Messi dilapidaba un curso sin premios, con broncas en la Agencia Tributaria, en la Audiencia y en la FIFA. S¨ª, el mismo Bar?a de Messi que cerr¨® 2014 sin saber a qu¨¦ quer¨ªa jugar, con Luis Enrique alinea que te alinea. Y con un presidente, Josep Maria Bartomeu, que se sinti¨® herido por una alusi¨®n de su director deportivo, Andoni Zubizarreta, despedido de forma fulminante mientras el hereu de Sandro Rosell se ve¨ªa obligado a convocar unas elecciones anticipadas a las que se apunta Joan Laporta. De traca.
Cualquiera dir¨ªa que todo lo relatado se remonta al pleistoceno. No, aconteci¨® hace un suspiro y hoy ya hay datos de un viraje en ambos bandos. Por ejemplo, en los ¨²ltimos ocho partidos oficiales que ha jugado, CR ha marcado solo cuatro goles, y dos de ellos irrelevantes: uno de penalti en la derrota en Mestalla y el que supuso el empate en la vuelta copera en la que el Atl¨¦tico elimin¨® a su vecino. En C¨®rdoba, ni un remate a porter¨ªa. Ma?ana no se sabe, pero ahora, conquistada la cumbre, el Cristiano de oro ha bajado el pist¨®n hasta perder la olla en El Arc¨¢ngel por un calent¨®n futbolero explicable antes de irse como un pavo real de forma injustificable. Adem¨¢s, el Madrid est¨¢ fuera de la Copa, Sergio Ramos anda mosqueado por una oferta de renovaci¨®n que no le satisface, Khedira prepara las maletas, y a Illarramendi le piden vuelo a Bilbao mientras acaba de aterrizar Lucas Silva. Bale, gotea y gotea eficacia, pero le han silbado los o¨ªdos por chupar, el juego del Madrid se ha vuelto rampl¨®n o muy malo, como en C¨®rdoba y la instituci¨®n, seg¨²n As, es objeto de investigaci¨®n de la FIFA por fichajes de menores.
En el otro bando, Messi parece haberse conjurado tras unas vacaciones a la carta y una suplencia intolerable para ¨¦l decretada por quien dijo al llegar ser ¡°el l¨ªder¡±. Al l¨ªder aut¨¦ntico le ha dado por sacudirse las malas pulgas con el m¨ªster con un torrente de goles y asistencias. Pese a la bronca de San Sebasti¨¢n, coincidiendo con el freno de CR, en los ¨²ltimos ocho partidos ha logrado diez tantos, uno tras el rechace de un penalti fallido y otro desde esa misma distancia. Con Messi en alza, el Bar?a lleva ventaja en la Copa y Luis Enrique ha sido capaz de copiar el mismo equipo en la pizarra. Montoya ya no es un apestado, Ter Stegen se gusta con los pies, el granero de Douglas y Vermaelen se ha vuelto medi¨¢ticamente invisible y hasta se ha cambiado el formato de las convocatorias para que en caso de que haya que madrugar los descartados eviten al menos ver salir el sol y conozcan su exilio con antelaci¨®n. Tal es la mutaci¨®n, que el Bar?a hasta ha sido capaz de descorchar por dos veces al Atl¨¦tico, lo que est¨¢ al alcance de muy pocos, de casi nadie.
En la Liga manda el Madrid, pero las sensaciones son otras. Si Luis Enrique casi se pasa de rosca de tanto rotar, resulta que Ancelotti ha exprimido demasiado la veta y algunos van secos. Entre otros, CR, al que le vendr¨¢ bien este par¨®n entre rejas que dictar¨¢ el comit¨¦ sancionador. Con el forro f¨ªsico maltrecho, el portugu¨¦s tambi¨¦n sufre de actualidad. Es tiempo para los ejercicios espirituales. Hace un telediario, era Messi quien con su escueto discurso verbal pon¨ªa en jaque su futuro como azulgrana. Ahora es el cuerpo de Cristiano el que puede condicionar su porvenir, porque pese a tanto cuidado ya no le responde como a H¨¦rcules y eso desespera a alguien tan voraz.
Los de Ancelotti mandan en Liga, pero las sensaciones no son buenas
Messi, por su parte, sigue con sus ya universales arcadas, pero de repente corre como un demonio desde aquellos sospechosos bichillos g¨¢stricos y el ¨®rdago de su entrenador. Ha recuperado el equipaje y hasta defiende en su ¨¢rea y le pitan penaltis que no comete. No es que se haya vuelto un franciscano a las ¨®rdenes de Luis Enrique, pero admite pasar unos ratitos en la banda derecha, paciente con Luis Su¨¢rez, al que la porter¨ªa se le ha vuelto borrosa, pero se le vio sonre¨ªr en el banquillo en Elche, donde no es que el Bar?a fuera mod¨¦lico, pero aprovech¨® todas las circunstancias a favor. De ipso facto, todo le sonr¨ªe.
Sea como fuere, que nadie cante victoria. Este juego es una trama perpetua y el ma?ana desmiente al hoy, como el hoy queda retratado por el ayer. Las glorias van y vienen en un parpadeo. Cuenta el ¨¢nimo, desde luego, y est¨¢n las trastadas de esa maldita pelotita que cuando menos te lo esperas se vuelve infiel y te saca la lengua mientras flirtea con otros a los que ten¨ªa de sujeta velas. Madrid y Bar?a, Bar?a y Madrid son la pen¨²ltima constataci¨®n de que en el f¨²tbol las certidumbres van y vienen. Conviene peritar semana a semana, porque la noria no para.
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