Un nuevo Djokovic
El serbio, ya en cuartos y a la caza de un quinto t¨ªtulo de r¨¦cord, encuentra una nueva motivaci¨®n en la paternidad
En Melbourne, un nuevo Novak Djokovic castiga a sus rivales igual que el viejo. Es el d¨ªa de Australia. Canta la gente en la calle. Los aviones de exhibici¨®n surcan el cielo. Ni eso, ni la lluvia ni el frio afectan al serbio, que avanza a cuartos de su torneo fetiche eliminando por 6-4, 7-5 y 7-5 al luxemburgu¨¦s Gilles Muller. Nada hace sospechar que algo haya cambiado en Nole. Sin embargo, sus motivaciones ya no son las mismas. Sus prioridades son diferentes. Los criterios que emplea para medir qu¨¦ le importa en la vida y qu¨¦ le da igual, para distinguir lo nuclear de lo superfluo, han cambiado. Djokovic sigue siendo tenista, pero desde octubre es algo que nunca fue antes: el padre de Stefan. A los 27 a?os, el n¨²mero uno, que busca ser el primero en ganar cinco t¨ªtulos australianos en la Era Abierta (desde 1968), lidera un momento excepcional en la historia del tenis: por primera vez, tres de los cinco mejores jugadores del planeta tienen descendencia (¨¦l mismo, Roger Federer y Stan Wawrinka).
¡°El nacimiento de Stefan le da un significado y un prop¨®sito totalmente nuevo a mi tenis¡±, explic¨® en una rueda de prensa en Melbourne, donde impuso sus impresionantes restos y sus incre¨ªbles defensas para citarse con el japon¨¦s Kei Nishikori en la lucha por el pase a semifinales. ¡°Estoy intentando empaparme del amor que siento por mi familia y por mi chico y trasladar esa energ¨ªa y esa motivaci¨®n a la pista¡±, a?ade tras bromear sobre c¨®mo su buena coordinaci¨®n le permite cambiar bien pa?ales. ¡°Es un peque?o ¨¢ngel. Ahora me siento realizado en todos los aspectos de mi vida¡±.
El nacimiento de Stefan le da un significado y un prop¨®sito totalmente nuevo a mi tenis¡±
Ya en cuartos de final (y van 23 seguidos, una barbaridad), Djokovic no ha perdido ning¨²n set. Apenas se ha paseado por los tie-breaks. Busca su 38? t¨ªtulo en cemento, lo que le consolidar¨ªa en el podio hist¨®rico de la superficie, solo por detr¨¢s de Roger Federer y Andre Agassi. El serbio se maneja con el perfil bajo que le corresponde al competidor que gana sin aprietos sus partidos. El campe¨®n de siete grandes vivi¨® momentos de confusi¨®n cuando en 2014 cay¨® eliminado en el Abierto de Estados Unidos, uno de sus territorios de caza predilectos, y que ten¨ªa subrayado en rojo en su agenda por la ausencia por lesi¨®n de Rafael Nadal (gan¨® Marin Cilic). Entonces, fue padre. Renaci¨® como persona y tenista. Igual que Albert Costa explica que formar una familia le liber¨® porque le permiti¨® poner en perspectiva lo que importa una pelota de tenis (venci¨® en Roland Garros), el nuevo Djokovic cerr¨® la temporada celebrando el Masters 1.000 de Par¨ªs-Bercy y la Copa de Maestros. Refrescado. Ilusionado. Como si no sintiera el peso de tantos a?os desgast¨¢ndose en la persecuci¨®n de los grandes t¨ªtulos.
¡°Cualquier profesional que aguante tantos a?os a ese nivel de exigencia es admirable¡±, argumenta Feliciano L¨®pez, que se casar¨¢ el pr¨®ximo verano, sobre Djokovic y Federer. ¡°Es muy dif¨ªcil. Si no ganas, parece que la semana ha sido un fracaso. Hay que ser un superdotado mental para aguantarlo¡±, sigue, subrayando tambi¨¦n el caso de Rafael Nadal, que esta madrugada deb¨ªa haber jugado en cuartos contra el checo Tomas Berdych. ¡°Cada uno gestiona su vida personal como puede para seguir compitiendo al m¨¢ximo nivel. No es incompatible ser padre, tener una familia, y seguir al m¨¢ximo nivel. Quien lo hace es porque se siente preparado para poder combinarlo y seguir siendo competitivo¡±.
Y Djokovic, que arranc¨® 2015 con una derrota en cuartos de Doha frente a Karlovic, sigue devorando contrarios. Ayer, frente a un sacador temible como Muller, logr¨® el break de la primera manga aunque a cambio tuviera que pagar el tributo de un buen rasp¨®n en una mano, del que tuvo que atenderle un fisioterapeuta tras roz¨¢rsela con el ¨¢spero cemento. El n¨²mero uno, descolorido tras su derrota en el Abierto de EE UU, juega con fuerzas renovadas. Inspirado. Motivado. Con una meta: regalarle a Stefan su primer grande como padre.
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