El Espanyol escapa ileso de Nervi¨®n

Nunca pudo el Sevilla, ciego de f¨²tbol, excesivamente hormonado. Jug¨® de mentira, sin recursos, agobiado y tenso. Jam¨¢s dio la sensaci¨®n de remontar. El Espanyol tuvo aplomo y defendi¨® con exquisito orden. Asentado en el extraordinario trabajo de sus centrales y de centrocampistas como Ca?as y V¨ªctor S¨¢nchez. O el aplomo de Duarte y la calidad de Lucas. El conjunto catal¨¢n se gan¨® a pulso su pase a las semifinales. Disfruta en la Copa como pocos y ha encontrado en esta preciosa competici¨®n un magn¨ªfico bot¨ªn. Solo sufri¨® en el tramo final, cuando Diogo, en el minuto 88, anot¨® un golazo por la escuadra. Poca cosa para un buen Espanyol, que siempre supo lo que hacer y fue mejor en el c¨®mputo global de la eliminatoria.

No ten¨ªa otra opci¨®n Emery, castigado por su insolencia en la ida, donde menospreci¨® a la competici¨®n y minusvalor¨® a un buen equipo como el Espanyol. El 3-1 le obligaba a tomar decisiones y a dar un golpe sobre la mesa. Por eso sali¨® con todo, agarr¨¢ndose a las posibilidades de una buena plantilla. Form¨® con dos delanteros, Gameiro y Bacca, y su potencial atacante se despleg¨® con la inclusi¨®n de Denis Su¨¢rez y Deulofeu. Juventud, velocidad y gol para intentar apabullar a un Espanyol que no vari¨® su planteamiento, inmerso en una magn¨ªfica racha.

Todo fue emotivo en la noche sevillana. Desde la arriesgada apuesta de Emery hasta el ambiente bestial en el que se jug¨® el partido. Nervi¨®n lleno y una afici¨®n que se volc¨® desde varias horas antes del inicio del encuentro con su equipo. La Copa en estado puro, apelando a su esp¨ªritu. A veces, la m¨ªstica que nace en el S¨¢nchez Pizju¨¢n es el germen de grandes remontadas, como las que condujeron al Sevilla al t¨ªtulo en la pasada Copa de la UEFA.

Superado el impresionante ambiente inicial, con Nervi¨®n a tope, el que mejor encar¨® el encuentro fue el Espanyol. Con un disparo a la escuadra de Arbilla en una falta a los dos minutos y con una actitud ejemplar para llevar el encuentro a su terreno. El Sevilla, todo pasi¨®n, fue un disparate. Quer¨ªa marcar el segundo gol sin hacer el primero, intentando el tanto en imposibles balones largos a sus delanteros. Un ejercicio de impotencia, con una escasez de ideas que no se merece un aspirante a la Liga de Campeones. Iborra y Carri?o fueron dos futbolistas sin f¨²tbol.

El Espanyol se movi¨® incluso con suficiencia. Solo pas¨® apuros en una internada de Gameiro que Bacca remat¨® fuera. Mientras el Espanyol respiraba, el Sevilla era un puro agobio. Con ni?os, como Deulofeu y Denis, en un partido para hombres. El cero a cero no se mov¨ªa y exig¨ªa una revoluci¨®n en los andaluces, hu¨¦rfanos de ideas, echando de menos a Reyes. Sali¨® Banega, que lo intent¨®. Hubo 10 minutos de presi¨®n y un gol postrero. Demasiado postrero aunque muy bonito. El Espanyol pudo ser feliz porque lleg¨® al final como encar¨® todo el partido. Sin inmutarse, contento por gozar de unas espl¨¦ndidas semifinales ante el Athletic. El Sevilla vivi¨® una noche de frustraci¨®n porque se dej¨® mucho en la ida, donde cometi¨® el pecado de la soberbia. Jam¨¢s tuvo argumentos y siempre eligi¨® mal.