La parada de oro de Casillas
El capit¨¢n del Madrid salva los tres puntos para su equipo en un mano a mano con Vitolo
Hay noches en las que todo conspira hacia el fracaso. Pero acabanen ¨¦xito. Un acontecimiento aparentemente irrelevante, un eslab¨®n olvidado en la infinita cadena causal, un hombre que pasa fr¨ªo, solo, inesperadamente situado en el punto sobre el que giran los acontecimientos, da tres pasos al frente y, mano a mano, se arrodilla ante Vitolo para desviar el disparo y evitar el gol. As¨ª fue la salida de Casillas en el minuto tres del partido que el Madrid gan¨® al Sevilla casi de manera accidental. Jugando una primera parte p¨¦sima. Con dos lesionados importantes antes de transcurrida la media hora. Si el Madrid gana la Liga en primavera nadie recordar¨¢ esta noche helada de febrero en la que el equipo hizo casi todo al rev¨¦s. Parec¨ªa condenado a perder puntos contra un adversario potente que pudo meter el 0-1 en el minuto tres, cuando Iborra meti¨® un pase filtrado a la espalda de la defensa. Se qued¨® solo Vitolo ante el portero y remat¨®. Pero Casillas hizo una parada.
Ancelotti advirti¨® en la v¨ªspera a sus jugadores. Deb¨ªan evitar salir al campo con la displicencia que mostraron en las ¨²ltimas semanas en el inicio de los partidos. No se trataba de t¨¢ctica ni de estrategia. Lo que les hab¨ªa faltado era concentraci¨®n defensiva. Tensi¨®n para evitar el penalti que meti¨® Guilas en C¨®rdoba en el minuto tres, o atenci¨®n para cerrar los espacios que permitieron el pase a Torres en su gol del minuto uno en Copa, o rigor en la marca en el c¨®rner que precedi¨® el cabezazo de Elustondo en el minuto uno contra la Real.
Las acciones acertadas son estimulantes. Los fallos carcomen la moral. El Sevilla empez¨® dominando la situaci¨®n pero fall¨® tres ocasiones: una de Vitolo, otra de Iborra, y una de Bacca. Cuando sobrevinieron los problemas, los jugadores sevillistas no supieron responder. La lesi¨®n de Beto los enfri¨®, Iborra se puso ansioso con sus desaciertos, Deulofeu no consigui¨® sobreponerse al oficio de Nacho, y percibieron cada decisi¨®n del ¨¢rbitro, Ignacio Iglesias, como un atropello. Al Madrid le sucedi¨® todo lo contrario. El equipo local afront¨® con coraje las bajas de Ramos y James, las interrupciones, y los momentos de desconcierto iniciales, cuando la pelota la ten¨ªa el Sevilla. El punto de apoyo fue Casillas.
Los porteros del Madrid deben tener nervios de acero. Ese es el primer requisito. De otro modo, la inactividad los desactivar¨ªa y acabar¨ªan acobardados. Casillas no volvi¨® a mover los guantes hasta el minuto 20. Sac¨® la mano izquierda para desviar un tiro raso de Vitolo desde el borde del ¨¢rea. El gol habr¨ªa supuesto el 1-1 en un momento cr¨ªtico.
El Sevilla parec¨ªa rendido a falta de diez minutos para el final cuando al Madrid le sobrevino un ataque de suficiencia. Bale, Benzema y Jes¨¦ olvidaron sus deberes, y el resto perdi¨® dedicaci¨®n cuando no tuvieron la pelota. Hubo un c¨®rner en contra. Iborra fall¨® el remate. La pelota sali¨® rebotada hacia Carri?o. El central remat¨® haciendo un escorzo en el segundo palo. Fue un golpeo en semifallo pero el tiro fue entre los tres palos. Otra vez apareci¨® Casillas para enviar el bal¨®n a c¨®rner. El capit¨¢n abronc¨® a sus compa?eros para devolverlos al partido. Fue la ¨²ltima acci¨®n antes del 1-2. El resultado final. Sufrido. Important¨ªsimo. Lo supo la hinchada que despidi¨® al equipo con su ovaci¨®n m¨¢s c¨¢lida: ¡°?C¨®mo no te voy a querer¡!¡±. Casillas lanz¨® sus guantes al fondo norte, a modo de despedida. Pero si el Madrid gana este campeonato, muy pocos recordar¨¢n lo que pas¨® en el minuto tres de la noche del 4 de febrero en el Bernab¨¦u.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.