En silla de ruedas tras sufrir dos ictus, sordo, con la pierna izquierda paralizada y un cat¨¦ter paliativo de sus graves problemas card¨ªacos, V¨ªktor Korchn¨®i, que cumplir¨¢ 84 a?os el 23 de marzo, parece estar al l¨ªmite de su resistencia f¨ªsica. Sin embargo, el viejo gladiador sigue compitiendo, y este domingo gan¨® una partida impecable al alem¨¢n Wolfgang Uhlmann, de 80 a?os, cuya salud es mucho mejor. Los neur¨®logos tienen una explicaci¨®n, pero es un caso muy excepcional.
Doble subcampe¨®n del mundo en 1978 y 1981, la vida de Korchn¨®i, centrada en su escandalosa rivalidad con Anatoli K¨¢rpov, inspir¨® la pel¨ªcula franco-suiza La diagonal du fou (en franc¨¦s, fou tiene una doble acepci¨®n: alfil y loco), que gan¨® el ?scar a la mejor en habla no inglesa de 1985. Pero se echa en falta otra que glose su novelesca biograf¨ªa, desde que sobrevivi¨® en Leningrado al asedio de los nazis, despu¨¦s a la persecuci¨®n del KGB tras escaparse de la URSS y ahora con una longevidad deportiva que roza lo imposible.
En enero de 2007, casi a los 76 a?os, Korchn¨®i era el 85? de la lista mundial; para comprender cu¨¢n extraordinario era eso, basta saber que el siguiente m¨¢s viejo de la ¨¦lite, Alex¨¢nder Beliavski, ten¨ªa 53 a?os. Hoy, s¨®lo cuatro de los 50 primeros superan los 40.
Korchn¨®i sigui¨® produciendo titulares muy llamativos hasta enero de 2011, a punto de cumplir 80 a?os, cuando gan¨® en el torneo de Gibraltar al italiano Fabiano Caruana, 61 a?os m¨¢s joven, que hoy es el 2? del mundo. Un par de meses despu¨¦s tuvo que ser hospitalizado en San Sebasti¨¢n, luego llegaron los dos ictus, y sus allegados anunciaron que ya no podr¨ªa volver a competir.
Pero se equivocaron. Sus compa?eros de club en Z¨²rich han visto con asombro que Korchn¨®i puede jugar todav¨ªa a un nivel m¨¢s que aceptable, a pesar de que no puede valerse por s¨ª mismo para casi nada m¨¢s. Y le han organizado un duelo de dos d¨ªas con Uhlmann (excandidato al t¨ªtulo mundial) como actividad paralela al torneo de Z¨²rich, que re¨²ne a seis astros del ajedrez actual.
La sala estaba llena a las 11.00 de este domingo para ver en acci¨®n al otrora V¨ªktor El Terrible, quien ahora parece un anciano desvalido y sin energ¨ªa. Pero esa sensaci¨®n se borra pronto: como apenas oye, Korchn¨®i habla a gritos, y aunque s¨®lo est¨¦ pidi¨¦ndole al ¨¢rbitro que le recuerde el ritmo de juego (25 minutos para cada bando y 20 segundos de incremento tras cada jugada), todo el mundo se acuerda de la mala uva que gastaba en sus tiempos de esplendor. Siempre fue un broncas, un cascarrabias, alguien acostumbrado a arrancar lo que deseaba por el medio que fuese.
En primera fila, junto al mecenas ruso ?leg Skv¨®rtsov y su esposa, que patrocinan el torneo, el escritor espa?ol Arturo P¨¦rez-Reverte, invitado especial y emocionado: ¡°Lo que voy a ver tan de cerca es un gran privilegio¡±. Y la esposa de Korchn¨®i, Petra Leeuwerik, austriaca de origen, detenida en Viena por el KGB tras la II Guerra Mundial acusada de espionaje, y confinada durante nueve a?os en Vorkut¨¢, una de las ciudades m¨¢s fr¨ªas de Siberia. Un poco m¨¢s lejos, otro veterano muy ilustre, Ljubomir Ljub¨®jevic, de 64 a?os, el yugoslavo de Linares (vive en esa ciudad jiennense desde hace tres decenios), que lleg¨® a ser el 3? del mundo; Ljubo mira a Korchn¨®i con el respeto de un monje tibetano a su maestro.
Korchn¨®i deja de gritar y se concentra para el primer asalto. El silencio es sepulcral. Nada m¨¢s empezar el combate, se ve con claridad que el viejo guerrero conserva la capacidad de jugar bien. De hecho, logra una posici¨®n ventajosa a pesar de conducir las piezas negras. Pero Uhlmann lleva la lucha a un terreno complicado, que requiere c¨¢lculo preciso y mucha concentraci¨®n; Korchn¨®i se enreda, y pierde.
Tras diez minutos de receso, segundo asalto. Esta vez Uhlmann se pasa de osado y sacrifica un pe¨®n a cambio de la iniciativa. Parece haber olvidado lo que ha distinguido a Korchn¨®i durante m¨¢s de medio siglo en la ¨¦lite: casi siempre acepta esos regalos, luego se defiende con virtuosismo y a menudo convierte su material de ventaja en victoria. Eso es exactamente lo que ocurre esta vez. Hay un momento en que parece que el alem¨¢n ha logrado crear cierto contrajuego. Pero Korchn¨®i se quita de encima la presi¨®n con un solo golpe: devuelve su ventaja de material a cambio de una posici¨®n ganadora. Uhlmann para el reloj y estrecha la mano del suizo en se?al de rendici¨®n, bajo un aplauso atronador. P¨¦rez-Reverte est¨¢ en ¨¦xtasis: ¡°Nunca olvidar¨¦ lo que acabo de ver¡±.
?C¨®mo es posible que un cuerpo tan deteriorado incluya un cerebro tan eficaz? Dos neur¨®logos espa?oles interesados en la vertiente cerebral del ajedrez, Jos¨¦ F¨¦lix Mart¨ª Mass¨® (Hospital Donostia) y Fernando Rodr¨ªguez de Fonseca (Hospital Universitario de M¨¢laga) coinciden en su explicaci¨®n. ¡°La clave est¨¢ en el reconocimiento de patrones. Korchn¨®i ha disputado o analizado decenas de miles de partidas a lo largo de su vida, lo que le permite recordar con facilidad determinadas estructuras de piezas porque sus conexiones neuronales son muy superiores a la media, debido a una intensa actividad mental durante muchos a?os¡±, explica Rodr¨ªguez de Fonseca. La pierna izquierda paralizada indica un da?o importante en el hemisferio cerebral derecho, ¡°pero el ajedrez es para ¨¦l como un idioma materno, y es el hemisferio izquierdo quien controla lo relacionado con el lenguaje¡±, a?ade. Y Mart¨ª-Mass¨® remacha: ¡°Para jugar bien al ajedrez hay que utilizar eficazmente varias partes del cerebro, repartidas en ambos hemisferios. Por lo visto en la primera partida, es probable que Korchn¨®i tenga deterioradas las partes que controlan la atenci¨®n o el c¨¢lculo, pero no la de la planificaci¨®n o la evaluaci¨®n, que fueron decisivas para ganar la segunda¡±.
Desde ni?o, el ajedrez fue para Korchn¨®i el refugio que le permiti¨® superar varias tragedias y el estr¨¦s brutal de la alta competici¨®n y de una vida trepidante. Y todo indica que ahora le sirve para sobrellevar mejor el tremendo deterioro de su salud. Dicho en un lenguaje poco cient¨ªfico, el ajedrez ser¨¢ lo ¨²ltimo que se apague en el cerebro de este viejo gladiador.
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