La nueva vida de Mario Kempes
El exdelantero argentino, de 60 a?os, ha dejado de fumar y ha aprendido a cuidarse tras una grave operaci¨®n de coraz¨®n
Mario Alberto Kempes (C¨®rdoba, Argentina; 60 a?os) recuerda aquel primer cigarrillo que se llev¨® a la boca. ¡°?Claro que me acuerdo! Yo ten¨ªa 15 a?os. Le vamos a echar la culpa a los camiones que ten¨ªa mi viejo.Hac¨ªamos viajes largu¨ªsimos y los muchachos me lo hicieron probar. Como todo chico, ca¨ª en la tentaci¨®n. Me agarraba una tos terrible¡±, cuenta el exdelantero argentino.
Aquel cigarro a escondidas de su padre ¡ª¡°si me ve¨ªa mi viejo, ven¨ªa el grito y el golpe¡±¡ª pas¨® de ser una curiosidad de adolescencia ¡°cada dos o tres meses¡± a un vicio que le ha acompa?ado hasta hace muy poco. Ni siquiera le abandon¨® el humo en su carrera futbol¨ªstica. Durante el Mundial de 1978, en el autob¨²s camino del estadio, Kempes y H¨¦ctor Baley, el portero suplente de Fillol, se sentaban en la ¨²ltima fila. Ah¨ª encend¨ªan un cigarrillo. El olor, claro, llegaba hasta sus compa?eros¡ y hasta el entrenador, C¨¦sar Luis Menotti, pero todos permit¨ªan el capricho de su goleador, pues este respond¨ªa luego en el ¨¢rea. ¡°Eran mis c¨¢balas¡±, dice; ¡°cada uno ten¨ªa la suya. Unos rezaban y otros fum¨¢bamos el cigarrito, que eran dos caladas y ya¡±.
Durante el Mundial de 1978, encend¨ªa un cigarrillo en la ¨²ltima fila del autob¨²s camino del estadio
Argentina gan¨® el Mundial, Kempes fue el m¨¢ximo goleador y el tabaco sigui¨® a su lado hasta que dej¨® el f¨²tbol, a los 41 a?os, y hasta hace unos meses (incluso dos paquetes al d¨ªa). Al someterse a unas pruebas para operarse de una cadera, el m¨¦dico le dio la voz de alerta. El 80% de sus arterias estaban obstruidas y hab¨ªa sufrido un infarto de coraz¨®n. ¡°Yo nunca me enter¨¦ de lo que me estaba pasando. Hasta que me dijeron que no me pod¨ªa operar la cadera si no me operaba antes el coraz¨®n. Gracias a Dios, a pesar de todo lo malo que estaba, estaba fuerte. Cuando me abrieron, era m¨¢s grave y complicado de lo que parec¨ªa¡±.
Del quir¨®fano sali¨® Kempes con seis by-pass y la promesa de no volver a fumar. As¨ª ha cumplido. ¡°Ya estoy pensando en la pr¨®xima operaci¨®n, de la cadera en marzo. Ahora como m¨¢s sano, me cuido m¨¢s, he dejado de fumar. Eso s¨ª que fue de ra¨ªz¡±, explica.
En el s¨®tano de su casa en Connecticut, donde vive con su esposa, Julia (venezolana), y dos de sus hijas, El Matador camina en una m¨¢quina. ¡°Fuera hay un metro de nieve¡±, dice. Mientras, asiste a esa ¡°locura¡± en que se ha convertido la Liga argentina de 30 equipos ¡ª¡°eso lo ten¨ªa bien organizado el presidente Grondona¡±¡ª y opina sobre el papel de Messi, otro 10 zurdo como ¨¦l, con la selecci¨®n albiceleste: ¡°Al principio le cost¨® un mont¨®n entrar. No era lo mismo jugar en el Barcelona que en Argentina. Estaban todos los ojos puestos en ¨¦l. Ahora tiene m¨¢s experiencia, tiene la cinta de capit¨¢n, es otro Messi el que vemos en la cancha. Se le critic¨®, s¨ª, porque parec¨ªa distra¨ªdo del partido, y eso con la camiseta argentina¡ hab¨ªa que esperarlo. Hicimos bien en esperar¡±.
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