Tyton cierra la muralla en Ipurua

Siete puntos de diferencia en la clasificaci¨®n, a estas alturas dan tranquilidad, pero no la felicidad. La vida se mide a m¨¢s largo plazo en Primera Divisi¨®n. Le urg¨ªa al Elche ir metiendo el cuchillo en la tabla y opt¨® por controlar el bal¨®n, como acostumbra, manejarlo con cierta velocidad y buscar muy desesperadamente a Jonathas de la mejor manera posible, con el brasile?o de espaldas a la porter¨ªa. Y le urg¨ªa al Eibar ir haciendo m¨¢s hueco para que la mantequilla estuviera m¨¢s espesa para los cuchillos ajenos. Y opt¨® por el f¨²tbol directo, como acostumbra en su territorio de Ipurua, en busca de Piovaccari o de las llegadas inesperadas de Arruabarrena.

Pasaron 45 minutos bajo la lluvia y sobre un c¨¦sped reci¨¦n plantado y nadie hab¨ªa conseguido su objetivo. El Elche gozaba con el bal¨®n, pero sufr¨ªa en cuanto se asomaba a loas dominios de Irureta y se le convert¨ªa en una bola de nieve: golpearlo era perderlo. El Eibar, menos vistoso, sacaba m¨¢s provecho de su labor en el tajo. B¨®veda, en el costado del ¨¢rea eligi¨® la jugada imposible: la que est¨¢ entre centrar y disparar. No hay rendijas. Ra¨²l Navas, despu¨¦s, lanz¨® un misil desde 40 metros al que respondi¨® Tyton con buenos reflejos. Hasta el final de esa primera mitad acab¨® con una oportunidad manifiesta del Eibar, en un remate de Piovaccari que rechaz¨® Tyton ?desde dentro?, y luego remat¨® fuera Arruabarrena. Daba igual: el ¨¢rbitro copi¨® a ambos y pit¨® un fuera de juego inexistente. Todo hab¨ªa sido un sue?o.

La pesadilla del Eibar y el sue?o del Elche coincidieron cinco minutos despu¨¦s del descanso. Edu Alb¨¢car, acreditado ejecutor de faltas, coloc¨® un libre indirecto entre el portero y los defensas. Irureta, en vez del bal¨®n, se preocup¨® del juez de l¨ªnea y su bander¨ªn; los defensas del Eibar, de mantener la l¨ªnea; y Jonathas, de colarse en el autob¨²s. Nadie le pic¨® el billete y puso un pel¨ªn de su frente para rozar el centro y meterlo en la red. No era fuera de juego. Era el Eibar el que se qued¨® en fuera de juego en esa jugada.

El visitante se agarr¨® al orden para organizar su resistencia y a la noche de gloria de su meta

Y sin embargo, el gol le pic¨® como una ortiga y se fue directo a por Tyton. Perdiendo, apareci¨® el mejor Eibar y el Elche m¨¢s conservador, con tendencia a asustarse, a defenderse con m¨¢s miedo que orden. Era el momento de Tyton, en un disparo de Javi Lara, de Capa, que pec¨® de ego¨ªsta o de ceguera en una contra magn¨ªfica. No estaban las cosas para arriesgar en la bolsa del f¨²tbol. Y el Elche ahorr¨® metros y juego, apret¨® los dientes, se meti¨® en casa (aunque fuera ajena) y se agarr¨® al orden para organizar su resistencia. O sea se agarr¨® a Adri¨¢n, actuando de caballero oscuro, pero eficaz, y a la noche de gloria de Tyton.

Ni con 10 del Eibar (por la expulsi¨®n de Piovaccari), se estir¨® el Elche. Y con 10 creci¨® el Eibar, lleno de garra, inc¨®modo con el resultado, con las circunstancias y con el arbitraje. Apurado y nervioso, fue mejor el equipo azulgrana. Se vio al mejor Javi Lara, al mejor Capa, se sucedieron las ocasiones. Y le propuso al arbitro un final de examen en una mano clara dentro del ¨¢rea de Jonathas tras un saque de esquina en la prolongaci¨®n. Y el ¨¢rbitro suspendi¨® otra vez.