Asalto celeste a Riazor

En un derbi igualado decidi¨® la capacidad los mediapuntas y los delanteros. Puestos a medir el m¨²sculo del talento a d¨ªa de hoy el Celta tiene m¨¢s porque, entre otras cosas, dispone de m¨¢s posibilidades econ¨®micas que el Deportivo. Por eso, tambi¨¦n porque est¨¢ m¨¢s armado, tras varias campa?as trabajando en una misma direcci¨®n, va un paso por delante. El Celta sali¨® de su desierto de cinco a?os en Segunda y est¨¢ ahora en el oasis que precede en Primera al para¨ªso europeo. El Deportivo se rebel¨® en dos ocasiones contra el descenso y trata ahora de realizar esa transici¨®n entre los grandes. Si el club y su gente entienden d¨®nde est¨¢n y cu¨¢les son las dificultades del camino tendr¨¢ mucho ganado. Y entre las penurias est¨¢n contemplar c¨®mo le supera el rival m¨¢s encarnizado y batallar por una permanencia que tiene encarrilada, pero no atada porque adem¨¢s los colistas no dejan de apretar.

El partido tuvo m¨¢s ritmo que calidad, lo que no deja de ser un eufemismo. La pasi¨®n no falt¨®, s¨ª algo m¨¢s de f¨²tbol. Trat¨® de ponerlo el Deportivo de inicio, y tampoco es una cuesti¨®n menor: le quit¨® al Celta la pelota que ¨¦ste le hab¨ªa robado el domingo pasado al Atl¨¦tico. Se gust¨® de inicio el equipo de V¨ªctor Fern¨¢ndez, audaz y atinado en la presi¨®n, un tanto precipitado para gestionarse con el esf¨¦rico, siempre con el ir y venir de Cavaleiro, que estuvo cerca de marcar tras una acci¨®n de estrategia en un saque de esquina. Se descompuso el Celta en ese tramo inicial, abocado a correr tras el rival, pero encontr¨® la profundidad con el paso de los minutos, no la paciencia. Sali¨® de la esquina el equipo de Berizzo y se fue a la mitad del ring coru?¨¦s, apareci¨® el espl¨¦ndido Krohn-Dehli y el partido se equilibr¨® porque adem¨¢s encontr¨® una veta a la espalda de Borges, que no es futbolista de ritmos elevados, volc¨¢ndose a la izquierda para dar vuelo a Nolito. Fue a m¨¢s el Celta, seguramente porque hab¨ªa partido de muy abajo. Y decay¨® el Deportivo porque le falt¨® claridad, nunca empuje.

La primera parte transcurri¨® con billete de ida y vuelta, pero hab¨ªa acabado dejando una pista muy clara: el Deportivo sufr¨ªa siempre para defenderse tras p¨¦rdida. Por ah¨ª vislumbraba un camino el Celta, por la respuesta r¨¢pida. Y as¨ª rompi¨® el partido en la primera jugada tras el descanso, con una recuperaci¨®n tras un bal¨®n que trataba de bajar Oriol Riera en el ataque deportivista y un contragolpe fugaz que culmimaron Nolito, Orellana y Charles sobre la l¨ªnea de gol. Ese Celta centelleante es se?a de identidad del equipo en los ¨²ltimos a?os. Lo fue con Paco Herrera, tambi¨¦n con Luis Enrique y en la actualidad con Berizzo. Querer la pelota no significa que los ataques deban ser kilom¨¦tricos.

Un gol en contra nunca sienta bien, pero el Deportivo ya estaba atascado. Muy desafortunado Riera en la punta, bullicioso sin acierto Lucas P¨¦rez y con todo el espumoso agotado Cavaleiro, el t¨¦cnico dio vuelo a Isaac Cuenca y H¨¦lder Costa por buscar algo diferencial, alg¨²n regate. Todo en el alambre porque el Celta no dej¨® de acechar y colocarse en los tacos de velocista. Encontr¨® un cierto aliento el Deportivo para pisar el ¨¢rea oponente y generar una doble oportunidad en la que el fenomenal portero Sergio ?lvarez hizo alarde de reflejos. Restaban 20 minutos y el arre¨®n puso en ebullici¨®n a Riazor. A falta de talento bueno era el orgullo, pero en la acci¨®n siguiente Riera volvi¨® a perder la pelota en un lugar sensible para que el Celta armase una contra y Lopo midi¨® mal ante Nolito para ganarse la segunda amonestaci¨®n y dejar a su equipo con diez. El Deportivo no se recoloc¨® y sigui¨® ruta con tres atr¨¢s, pero un error de Luisinho acab¨® de condenarle, dar el gol de la sentencia a Larrivey y culminar el asalto celeste a Riazor.