La incre¨ªble levedad de Iniesta
Ars gratia artis (El arte por el arte). Lema de Metro-Goldwyn-Mayer, productora hollywoodense.
El viernes muri¨® Leonard Nimoy, el actor estadounidense mejor conocido como Mr. Spock, el papel que interpret¨® en Star Trek. Cualquiera que viera la famosa serie de televisi¨®n jam¨¢s lo olvidar¨¢. Tambi¨¦n muri¨® el viernes la actriz espa?ola Rosa Novell, cuya gracia y elegancia quedar¨¢n grabadas siempre en las mentes de aquellos que la conocieron tanto en la vida real como en el escenario.
Se han escrito miles de encomios sobre Nimoy en todo el mundo y cantidades sobre Novell en Espa?a, especialmente en Barcelona, donde naci¨®. La pena es que no vivieron para leerlos, o o¨ªrlos. Una curiosidad de la condici¨®n humana es que nunca lanzamos elogios o expresiones de amor tan efusivas a las personas cuando est¨¢n vivas como cuando acaban de morir.
Puede que no sea el protagonista de la obra, pero su presencia en el escenario atrapa al ojo
Esto ocurre con los futbolistas cuando llegan a la especie de muerte prematura que es el fin de sus breves carreras. Vayamos prepar¨¢ndonos ya para avalanchas de obituarios festivos cuando se retiren Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Claro, a ellos dos les ofrecemos gloriosas previas de sus finales pr¨¢cticamente todos los fines de semana. A Andr¨¦s Iniesta, ¨²ltimamente, no tanto. Desde el calamitoso Mundial que hizo Espa?a el a?o pasado, o incluso antes, desde que el Tata Martino recibi¨® una buena ma?ana la inexplicable noticia de que lo hab¨ªan nombrado entrenador del Barcelona, a Iniesta no se le presta demasiada atenci¨®n aqu¨ª en los medios.
El partido que hizo esta semana en Champions contra el Manchester City tampoco despert¨® especial inter¨¦s. Las alabanzas fueron casi todas para Messi y, las que sobraban, para Luis Su¨¢rez, autor de los goles del Barcelona en la victoria 2 a 1. Un error. Iniesta fue la estrella del partido. No en cuanto a efectividad. Nunca lo es. Bueno, casi nunca. Hace goles en ocasiones especiales, como en finales de la Copa del Mundo, pero en la totalidad de su carrera, desde 2002, ha marcado menos veces en liga (33) que Messi esta temporada en todas las competiciones (37).
Un defensa del City lleg¨® a decir que parec¨ªa que el Bar?a jugaba con m¨¢s
Iniesta fue la estrella contra el City por la misma raz¨®n que lo fueron Nimoy en el papel de Spock o Novell en el de Cleopatra. Porque, m¨¢s que jugador de f¨²tbol, es un artista. No amenaz¨® ni con golear, ni con hacer un pase de gol, pero las jugadas que hizo deber¨ªan ser juntadas en un v¨ªdeo al acompa?amiento de El Lago de los Cisnes de Tchaikovsky. O, quiz¨¢ mejor, un musical de Fred Astaire. Astaire, para los que no lo recuerdan, era una pluma, un flaco bajito que bailaba como si tuviera una relaci¨®n con la gravedad diferente al resto de los mortales.
?Pero para qu¨¦ limitarse al partido de Iniesta contra el City? Es verdad que hizo m¨¢s controles de balones y m¨¢s pases que cualquier otro jugador; que su participaci¨®n en el juego fue tan constante y ¨¦l tan ubicuo que fue por ¨¦l que uno de los defensas rivales coment¨® despu¨¦s del partido que le hab¨ªa dado la sensaci¨®n de haber competido desde el principio contra un equipo que jugaba con uno m¨¢s. Iniesta fue el r¨ªo por el cual el juego del Bar?a fluy¨®.
Pero aunque no siempre est¨¦ tan presente en los partidos como lo estuvo esta semana en Machester, nunca deja de brillar. Puede que no sea el protagonista de la obra, puede que otros est¨¦n llamados a cumplir haza?as m¨¢s heroicas, pero su presencia en el escenario siempre atrapa al ojo, como si le ba?ara la luz de un foco especial.
Hoy todos hablan de la troika Messi-Su¨¢rez-Neymar, que es lo que define y distingue al Bar?a actual, pero ninguno de esos tres ¡ªno, ni Messi¡ª posee la gracia o elegancia de movimiento de Iniesta, ni lo supera en la finura del primer toque. Su¨¢rez parece torpe junto a Iniesta; Neymar, muchas veces, descabellado. Messi, Su¨¢rez y Neymar son, cada uno a su manera, perros de presa. Iniesta es felino. Menos fren¨¦tico que los otros, m¨¢s leve y ligero, cuando recibe el bal¨®n se genera una ilusi¨®n ¨®ptica: sabemos que es r¨¢pido pero el tiempo parece detenerse, como si se moviera en c¨¢mara lenta.
Es una pieza importante en el engranaje de su equipo pero ser¨¢ recordado, en Barcelona y en el mundo, como una obra filigrana, o una figura que representa el arte por el arte, como Rosa Novell, como Leonard Nimoy, como Fred Astaire.
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