La aventura de Cruyff en el Levante
Cuando terminaba 1980, Cruyff regres¨® a Barcelona para un partido en beneficio de Unicef. Form¨® parte del Humane Stars, conjunto de estrellas que se enfrent¨® al Bar?a el 16 de diciembre. Gan¨® el Bar?a, 3-2. Aunque tambi¨¦n jugaron figuras como Rummenigge, Chinaglia, Platini o Blokhin, el suceso fue Cruyff. Hab¨ªa jugado en el Bar?a de la 73-74 a la 77-78, con rendimiento espectacular al principio, luego no. De ah¨ª se fue a EE?UU, a Los ?ngeles Aztecas, despu¨¦s a los Washington Diplomats.
Su partido fue pol¨¦mico, pues estuvo tan impertinente con el ¨¢rbitro, el catal¨¢n Miguel P¨¦rez, que este termin¨® por expulsarle. Pero le cubrieron de entrevistas y en ellas reflej¨® nostalgia por el f¨²tbol europeo. Dijo que deseaba volver. Estaba pr¨®ximo a los 34 a?os (cumple en abril), ya no se le ve¨ªa para el primer¨ªsimo nivel, pero a¨²n podr¨ªa brillar en muchos clubes. Se habl¨® del Espanyol, al que tentaba repetir la operaci¨®n Kubala. Se habl¨® de Arsenal y Chelsea, de Betis y Sevilla, de un segunda escoc¨¦s, el Dumbarton, y de un segunda espa?ol, el Levante, rumor que nadie tom¨® en serio.
El crack holand¨¦s viajaba con el presidente y exig¨ªa un porcentaje de la taquilla al equipo contrario
El Levante estaba en puestos de arriba de Segunda y aspiraba al ascenso. Su presidente era Paco Aznar, un hombre audaz. Animado por un intermediario llamado Luis Rodr¨ªguez, inspirador de la idea, y en su compa?¨ªa, viaj¨® a ?msterdam a entrevistarse con Cruyff y su suegro, Cor Coster, que llevaba sus asuntos. La idea era que las taquillas del Levante podr¨ªan multiplicarse por cinco con Cruyff, que con ¨¦l subir¨ªan seguro y as¨ª los 5.000 socios ser¨ªan 21.000. Aunque se col¨® una oferta del Leicester, de 5.000 libras por semana (real o inventada por Coster) Aznar no cej¨®. A finales de enero anunci¨® el fichaje, al que coadyuv¨® la marca de ropa deportiva local Ressy, que vest¨ªa al club. Los t¨¦rminos no fueron p¨²blicos. Corri¨® que cobrar¨ªa dos millones de pesetas por partido, ficha de diez millones aparte. Y chal¨¦ gratis en L¡¯ Eliana. Una copia del contrato publicada en una historia del Levante de 1984 (75? Aniversario) habla de diez millones por todos los conceptos.
El entrenador era Pach¨ªn. Cuando se lo dijeron lo tom¨® a broma. Igual les pas¨® a los jugadores. Vicente Latorre, presidente de los veteranos del club, recuerda bien el d¨ªa que Pach¨ªn les dijo que ven¨ªa Cruyff: ¡°Nos parec¨ªa una broma. Luego nos hizo una ilusi¨®n enorme. ?Imag¨ªnese! Yo era un chaval de 19 a?os, hab¨ªa entrado el a?o anterior por la norma que obligaba a dos sub-20 por partido. El primer a?o, me pon¨ªan por cumplir la norma y me cambiaban a los diez minutos. Pero en la 80-81 ya estaba consolidado. ?Y me iba a ver al lado de Cruyff!¡±.
Cuando lleg¨®, la prensa local le pregunt¨® la diferencia entre el Cruyff Bal¨®n de Oro del 71, 73 y 74 y el de ahora. ¡°Ahora soy m¨¢s listo¡±, dijo. La afici¨®n se sent¨ªa feliz. Los socios veteranos recordaban al gran Faas Wilkes, que jug¨® all¨ª la 58-59.
Su primer entrenamiento llen¨® el campo del Nou Estadi. Hizo maravillas. Pero con todo a punto para el debut, el 1 de febrero ante el Sabadell, se produjo un chasco. Instada por la AFE, la Federaci¨®n rechazaba el fichaje en tanto en cuanto el Levante no pagara deudas atrasadas con jugadores, algunos de la plantilla, otros de campa?as anteriores. El montante total alcanzaba los 11 millones.
Paco Aznar tuvo que buscar m¨¢s dinero. Le cost¨® un mes. Mientras, Cruyff regres¨® a Holanda y retom¨® los contactos con el Leicester. Al cabo de un mes de suspense, Aznar consigui¨® el pl¨¢cet de la federaci¨®n tras rocambolesca historia de una carta de ida y vuelta a la sede de la AFE, con los pagar¨¦s del Banco Internacional de Comercio dentro y la direcci¨®n mal anotada fuera. Por fin, a las diez de la noche del s¨¢bado 28 de febrero llega la autorizaci¨®n. El domingo, el Levante recibe al Palencia. El Nou Estadi no se llena del todo, quiz¨¢ porque muchos han dudado hasta ¨²ltima hora si jugar¨ªa o no. Pero la taquilla es de cinco millones y medio, muy por encima del mill¨®n cien mil, r¨¦cord de la temporada. La tribuna ha pasado de 800 a 1.200, la general, de 400 a 600. El Levante gana 1-0. Cruyff hace poco. Dos detallitos. La estrella es el ¨¢rbitro, Orellana, que decide lucirse y expulsa a uno de casa y dos de fuera. El equipo se mantiene segundo, como estaba. Ascend¨ªan los tres primeros.
En total, 10 partidos, dos goles. El club pas¨® de segundo a noveno y no hubo ascenso ni aumento de socios
No se mata en los entrenamientos. La primera salida es a Granada y no va con todos, sino con el presidente, en el coche de ¨¦ste. Los C¨¢rmenes se llena a reventar y gana el Granada 1-0. Pach¨ªn tuerce el gesto, porque el reclamo de Cruyff ha producido el llenazo y un ambiente tremendo que ha ayudado al rival. Y el crack no ha hecho nada.
Domingo siguiente, 1-0 ante el Barakaldo, con taquillazo y poca cosa de Cruyff. Un calco del d¨ªa del Palencia. La situaci¨®n hace crisis en la siguiente salida, a Vitoria. Pach¨ªn lleva al equipo a Tudela para entrenar el s¨¢bado. Cruyff va con el presidente, y llega cuando el entrenamiento ha acabado. Luego, expone la pretensi¨®n de exigirle al Alav¨¦s la mitad de la taquilla, pues entiende que el que llena el campo es ¨¦l. Z¨¢rraga, gerente del Alav¨¦s (ex compa?ero de Pach¨ªn en el Madrid) se niega en redondo. Ya en Vitoria, Cruyff decide no jugar y regresa a Valencia con unos reporteros de televisi¨®n franceses que hab¨ªan acudido a grabarle. El Levante improvisa la explicaci¨®n de que su mujer ha enfermado, y de ah¨ª el regreso. El equipo pierde 1-0. Esa semana es destituido Pach¨ªn, al que sucede Rif¨¦, ex compa?ero de Cruyff en el Bar?a.
Pach¨ªn sospecha: ¡°Yo creo que todo estaba preparado de antemano. Se busc¨® el momento para quitarme y se aprovech¨® el revuelo de Vitoria¡±.
Rif¨¦ debuta con un 2-4 en casa ante el M¨¢laga, luego pierde 2-0 en C¨¢diz y empata en casa 2-2 con el Oviedo. Ese d¨ªa, Cruyff marca los dos, que ser¨¢n los ¨²nicos en la triste aventura. El equipo ya ha ca¨ªdo de la zona de ascenso a esas alturas. Luego, doble salida a Madrid, con 0-0 en Vallecas y 2-3 ante el Atl¨¦tico Madrile?o. En casa, 1-0 ante el Castell¨®n. Despu¨¦s, salida a Linares donde, vestido y todo, decide no salir, tras fracasar la negociaci¨®n por el porcentaje de taquilla. Gana el Linares, 3-1, en medio de bronca gorda. Pen¨²ltima jornada, 0-2 en casa ante el Recreativo. La ¨²ltima salida, a Santander, se la fuma, se va a Barcelona a jugar en el homenaje a Asensi.
En total, diez partidos, dos goles. El Levante pas¨® de segundo a noveno. Fue el cuento de la lechera de Paco Aznar. Las taquillas fueron a menos y no hubo ascenso ni incremento de socios.
Pach¨ªn no guarda amargura: ¡°Era un club peque?o. Ah¨ª no pod¨ªa encajar Cruyff. Pero su llegada movi¨® una ilusi¨®n. Lo malo es que no result¨®¡±. Latorre lo recuerda as¨ª: ¡°Era un lujo entrenar con ¨¦l¡ si le apetec¨ªa. A veces llenaba un cubo de agua caliente, se sentaba en el banquillo, met¨ªa el pie en ¨¦l, dec¨ªa que para curarse el tobillo, y miraba. En cada partido dejaba alg¨²n detalle colosal, pero s¨®lo eso. Con Rif¨¦ se mont¨® todo al gusto de Cruyff, pero no sali¨® bien¡±.
El Levante conserva cierto orgullo por aquella aventura. Cruyff jug¨® en el Levante. Eso no se quita nadie
Para el club qued¨® un recuerdo agridulce y un agujero econ¨®mico. A Cruyff aquello no le dio ninguna gloria, pero s¨ª un dinero con el que empezar a reponerse del fracaso de su inversi¨®n en granjas, a la que le arrastr¨® un socio desleal. Seg¨²n cuenta Luis Rodr¨ªguez en la historia del club, s¨®lo cost¨® seis millones. Como responsable de la idea, pudo tener la tentaci¨®n de minimizar el coste. Otras fuentes hablan de dieciocho y hasta m¨¢s. A saber. Los ¨²nicos beneficiados claros fueron los jugadores o exjugadores que gracias a aquello y a la firmeza de la AFE cobraron los once millones que les deb¨ªan.
En la siguiente temporada, la 81-82, el Levante pierde dos categor¨ªas y baja a Tercera por reiterado impago a sus jugadores. Para entonces, Cruyff ya estaba de regreso en el Ajax.
Pero es igualmente cierto que, pasados tantos a?os, el Levante conserva cierto orgullo por aquella aventura. Cruyff jug¨® en el Levante. Eso no se lo va a quitar nadie. En el antepalco del estadio, siempre te muestran con satisfacci¨®n la foto.
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