Mathieu y el sufrimiento del central
El franc¨¦s celebra su primer gol como azulgrana en la Liga, pero pena para cumplir con su tarea
¡°No hay nada m¨¢s dif¨ªcil que ser central en el Barcelona¡±, asegur¨® en su d¨ªa Guardiola. Primero Begiristain y no hace mucho Zubizarreta le dieron la raz¨®n tratando de encontrar una pieza tan singular. ¡°No es un puesto para cualquiera¡±, se les escuch¨® decir a ambos cuando eran directores deportivos del Barcelona. Eso suced¨ªa cuando el juego azulgrana era aseado y organizado en el centro del campo, el equipo atacaba con tanto orden que desde la ofensiva defend¨ªa con el bal¨®n y la posici¨®n. En el caos y la vor¨¢gine que tanto le gustan a Luis Enrique, nadie como Mathieu para dar fe: ser central en el Bar?a es un regalo envenenado.
El franc¨¦s vivi¨® en sus carnes las dos caras de esa suerte: celebr¨® su primer gol en la Liga con el Barcelona y lo hizo en un cl¨¢sico, pero sufri¨® como el que vive en un potro de tortura. Cuando el Madrid agarr¨® la pelota, trat¨® de dar cobertura a Alba, entre Bale y Benzema, y a menudo pareci¨® necesitar cuatro piernas. La bronca de Casillas se escuch¨® en la Cibeles, y con raz¨®n, cuando le gan¨® un metro a Ramos en el primer saque de esquina que sac¨® el Bar?a. La puso Messi y lleg¨® Mathieu tan libre, tan c¨®modo, que le dio tiempo para marcar los tiempos que se exigen a un remate de cabeza. Casillas no pudo evitar el gol. El ¨²ltimo tanto de Mathieu en la Liga tambi¨¦n se lo marc¨® al Madrid, el pasado curso, con el Valencia, que empat¨® a dos en el Bernab¨¦u.
A partir de ese momento, el campo se visti¨® de blanco y Mathieu empez¨® a sudar sangre. Se le acumul¨® la faena. Desatendido por el centro del campo, cuando no tuvo que meter la cabeza, fue el pie, cuando no se le reclam¨® al cruce, debi¨® aguantar un amago del delantero de turno. Adem¨¢s, a menudo, tuvo que empezar la jugada, porque Mascherano le invitaba y a Piqu¨¦ le cerraban el camino los blancos, por principio. La muestra del calvario por el que pas¨® lleg¨® en la jugada del gol de Cristiano, cuando Benzema se la dej¨® de tac¨®n al portugu¨¦s y el central del Bar?a se hab¨ªa ido de paseo con Bale, as¨ª que la basculaci¨®n de Piqu¨¦ dej¨® a Cristiano el mano a mano limpio con Bravo.
Las hechuras del partido le hicieron llagas a Mathieu, a ratos persiguiendo la sombra de Benzema, a ratos tapando a nadie
Desguarnecidos los dos centrales, porque el Barcelona hab¨ªa perdido la posesi¨®n de manera escandalosa ¡ªlleg¨® a pasar del 63% al 47% en el primer tiempo¡ª, Mathieu se faj¨® en el zafarrancho como pudo. Si el Barcelona salv¨® los muebles fue porque ¨¦l y Piqu¨¦ se multiplicaron, un remate de Cristiano se estrell¨® en el palo, el ¨¢rbitro anul¨® un gol por fuera de juego y Bravo sac¨® dos manos en dos remates que iban dentro.
Las hechuras del partido le hicieron llagas a Mathieu, a ratos persiguiendo la sombra de Benzema, a ratos tapando a nadie, a menudo viendo llegar a jugadores surgidos de la nada, solos. Si en Madrid le cogi¨® a contrapi¨¦ jugar como lateral, en el Camp Nou dio muestras, como el equipo, de sufrir ante un rival que supo sacar provecho en la primera parte de lo mal cosido que estuvo el Bar?a. La historia dir¨¢ que un gol del franc¨¦s ayud¨® al Bar?a a sacar adelante un partido en el que, seguramente, comprendi¨®, por si no lo sab¨ªa, lo dif¨ªcil que es ser central del Bar?a.
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