Florence Arthaud, la princesa rebelde del oc¨¦ano
Muere en accidente de helic¨®ptero la primera mujer en ganar la prestigiosa Ruta del Ron
Francia amaneci¨® conmocionada el pasado 10 de marzo al conocer la muerte en un accidente de helic¨®ptero de Florence Arthaud y otras nueve personas. La desgracia ocurri¨® el d¨ªa anterior al chocar dos aparatos en pleno vuelo en Villa Castelli, La Rioja, al norte de Argentina, durante el rodaje de un reality show de supervivencia extrema que rodaba la TF1 y que se iba a emitir en Discovery Channel. Tres de las v¨ªctimas mortales eran deportistas de ¨¦lite franceses: junto a Arthaud murieron la campeona ol¨ªmpica de nataci¨®n Camille Muffat y el campe¨®n de boxeo Alexis Vastine.
La princesa rebelde del oc¨¦ano, como era conocida en su pa¨ªs de origen, era una mujer de fuertes convicciones que logr¨® abrirse camino en un deporte dominado por los hombres. A Florence Arthaud (Boulogne-Billancourt, octubre de 1957), de rizos salvajes y mirada insolente, le iba mejor en el mar que en la tierra. Amante de la libertad y la aventura, decidi¨® desde muy joven surcar los mares junto a una generaci¨®n de intr¨¦pidos navegantes. ¡°No ten¨ªamos nada, no ten¨ªamos casa, viv¨ªamos en nuestros barcos. ?ramos un grupo de amigos, todos como una familia¡±, recordaba en octubre del a?o pasado.
Hija de Jacques Arthaud, director de la editorial del mismo nombre, Florence hab¨ªa terminado recientemente sus memorias: Cette nuit, la mer est noire (Esta noche, el mar es negro), que apareci¨® en franc¨¦s en las librer¨ªas el pasado d¨ªa 19, publicado por la editorial fundada por su familia. Florence hab¨ªa dedicado el libro a su padre, desaparecido el 26 de noviembre: ¡°Gracias pap¨¢ por hacerme conocer a estas grandes personas, estos gigantes del mar, estas hermosas almas cuyo destino hac¨ªa palidecer a los modelos de vida ordinaria¡±.
La legendaria navegante estaba considerada como la Eric Tabarly francesa. Florence fue una mujer libre, capaz y valiente tanto en el mar como en tierra, que hab¨ªa logrado sortear la muerte en dos ocasiones anteriores. Con 17 a?os sufri¨® un terrible accidente de tr¨¢fico que primero la mantuvo en coma y despu¨¦s postrada en una cama durante dos largos a?os, algo que cambi¨® su vida. Cuando se recuper¨®, se jur¨® a s¨ª misma que vivir¨ªa cada d¨ªa como si fuera el ¨²ltimo. Tambi¨¦n sobrevivi¨® a la tristeza; en la Ruta del Ron de 1986 tuvo que desviarse de su rumbo tras escuchar la llamada de socorro de su amigo Loic Caradec. Lleg¨® hasta el barco volcado, pero Caradec ya no estaba all¨ª. En octubre de 2011 nuevamente escap¨® a la muerte. Navegaba de noche, a pocas millas del Cap Corse en el Mediterr¨¢neo, y cay¨® al agua. Vio c¨®mo su barco y su gato se alejaban hasta perderse en la oscuridad. Con un tel¨¦fono m¨®vil que colgaba de su cuello llam¨® a su madre y a su hermano, que dieron la alerta. La encontraron gracias al geolocalizador del tel¨¦fono y a su linterna, que se hab¨ªa colocado en la cabeza so?ando que la encontrar¨ªan. ¡°No era mi d¨ªa, fue un verdadero milagro¡±, dijo m¨¢s tarde, despu¨¦s de ser rescatada, consciente pero con s¨ªntomas de hipotermia.
A los 21 a?os Arthaud fue la sensaci¨®n en la salida de su primera Ruta del Ron en 1978, una regata que disput¨® en cuatro ocasiones y que gan¨® en 1990, siendo la primera ¡ªy ¨²nica hasta la fecha¡ª mujer en conseguir esta victoria. Ten¨ªa 33 a?os, y a bordo de su trimar¨¢n Pierre 1er fueron 14 d¨ªas, 10 horas y 10 minutos de una traves¨ªa ca¨®tica, en la que su radio y el piloto autom¨¢tico la abandonaron y sufri¨® los horribles dolores de una hernia cervical. ¡°La vela no es un deporte machista. No lo es. Es una forma de vida, una verdadera filosof¨ªa¡±, dijo desde el muelle, con su habitual franqueza, despu¨¦s del triunfo. Ese mismo a?o consigui¨® el r¨¦cord en cruzar el Atl¨¢ntico y particip¨® en la creaci¨®n del trofeo Julio Verne. La medi¨¢tica victoria la convirti¨® en portada de todas las revistas n¨¢uticas e incluso del coraz¨®n, haciendo que toda Francia viera en ella a La novia del Atl¨¢ntico, condici¨®n que ella ironizaba a?os despu¨¦s como La vieja dama del Atl¨¢ntico al cumplir la cincuentena.
En 2014 lleg¨® al peque?o pueblo de pescadores de Madrague, en Marsella, sobre el mar Mediterr¨¢neo. All¨ª abri¨® una galer¨ªa de arte y participaba en la organizaci¨®n de ¡°una regata de mujeres para mujeres¡±. La carrera deb¨ªa llegar a las costas del Magreb, a lo largo de Italia y Espa?a hasta finalizar en M¨®naco en el verano de 2015.
Florence tomaba alcohol, fumaba, hablaba sin eufemismos, ten¨ªa un fuerte car¨¢cter y ning¨²n inconveniente en expresar con firmeza su punto de vista. ¡°Era extraordinaria sobre el agua e incontrolable en la tierra. Eso jug¨® contra ella¡±, explicaba Isabelle Autissier, otra navegante que la conoc¨ªa muy bien. Soltera, sin pareja, quiso ser madre, y en 1993 naci¨® Marie, su ¨²nica hija.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.