El fen¨®meno Llagostera

Cuando se march¨® de su casa de C¨¢diz, lo hizo llorando. ¡°?D¨®nde est¨¢ Llagostera?¡±, se preguntaba Ren¨¦ al tiempo que trataba de explicarle a su novia que era el club que m¨¢s hab¨ªa apostado por ¨¦l. Hace dos semanas, sin embargo, renov¨® por dos temporadas. ¡°Este club hay que vivirlo para saber lo que es¡±, cuenta Ren¨¦ entre risas. Algo que tambi¨¦n sabe el preparador de los guardametas, Albert Jorquera, que hace una semana barr¨ªa el suelo de cemento que rodea al campo tras una barbacoa de la plantilla. ¡°?Con dos Champions y una escoba!¡±, bromeaba alguien del cuerpo t¨¦cnico. ¡°Pero es que aqu¨ª la presidenta es la primera que se pone detr¨¢s de la barra para hacer bocadillos¡±, abunda el secretario t¨¦cnico Gerard Escoda. ¡°Lo deja todo por el club¡±, a?ade ?scar ?lvarez, segundo entrenador, hijo de Quique Costas. ¡°?Y qu¨¦ voy hacer!¡±, replica La Presi Isabel Tarrag¨®; ¡°somos los que somos¡±. Esto es el Llagostera, la entidad m¨¢s modesta de la categor¨ªa. ¡°Es un club especial¡±, conceden todos con orgullo. Y as¨ª se lo hace saber el entrenador y director deportivo Oriol Alsina ¡ªtambi¨¦n marido de la presidenta¡ª a cada jugador: ¡°Les digo que somos un club at¨ªpico, que estar¨¢ bien tratado y formar¨¢ parte de una gran familia. S¨®lo exijo que sean profesionales y no permito que alguien quiera ser diferente¡±. No les va mal: siete ascensos en 10 a?os, ahora octavo en la Segunda Divisi¨®n y a tan solo cuatro puntos de la promoci¨®n a Primera.

No empez¨® bien el curso, con el equipo en zona de descenso y destituido el t¨¦cnico Santi Castillejo a las nueve jornadas. Por lo que Alsina, art¨ªfice de los ¨¦xitos anteriores, retom¨® el equipo como m¨¢nager junto a Llu¨ªs Carrillo, que figura como mister oficial porque Oriol tiene el Nivel III de entrenador. ¡°Espero tenerlo ya para la pr¨®xima temporada¡±, apunta Alsina. Pero en poco o nada cambiar¨¢n las funciones del cuerpo t¨¦cnico. ¡°Llu¨ªs se cuida de las ruedas de prensa y los informes de los rivales, ?scar se ocupa de la t¨¢ctica y yo de la estrategia¡±, prosigue Alsina. ¡°Oriol controla todo y toma las decisiones, pero en el d¨ªa a d¨ªa nos da mucha responsabilidad¡±, concede ?scar. ¡°Es un grupo de trabajo que se complementa muy bien¡±, interviene el capit¨¢n Jordi L¨®pez. Y los resultados les dan la raz¨®n; suman 20 de los ¨²ltimos 24 puntos. ¡°Aqu¨ª llegaron jugadores de Segunda B y ahora son de Segunda A¡±, reflexiona Alsina. Se suma el capit¨¢n: ¡°Al principio alguno no hab¨ªa jugado a nivel profesional, hab¨ªa nuevos¡­ pero ahora creemos en lo que hacemos y trabajamos mucho y muy bien¡±. Es un equipo rocoso que aguarda atr¨¢s para salir a la contra. ¡°Quiz¨¢ no tenemos tanta t¨¦cnica como otros, esperamos el fallo del rival para salir a correr. Y aprovechamos bien la estrategia que nos da en torno a un 30-40% de los puntos¡±, explica ?scar.

Los resultados enganchan. ¡°El a?o pasado acabamos con 400 socios y ahora tenemos 1.200¡±, explica Isabel, que sabe que los precios ¡ªde 90 a 300 euros el abono¡ª son irrisorios, pero que es una forma de supervivencia porque en Llagostera s¨®lo hay 8.200 habitantes. ¡°Creo que hay unos 2.400 aficionados de media y la idea es identificar al equipo con la Costa Brava¡±, cuenta Ren¨¦. M¨¢s que nada porque compiten en Palam¨®s. ¡°Si tuvi¨¦ramos nuestro estadio ser¨ªa m¨¢s c¨®modo, pero eso no es lo importante¡±, analiza Jordi L¨®pez, que tambi¨¦n es el jefe del ya denominado Comando Vall¨¦s, dado que cada d¨ªa quedan cuatro o cinco en Cardedeu para subir a entrenarse en coche. ¡°Nos encantar¨ªa tener una ciudad deportiva con dos o tres campos adem¨¢s de un cocinero y dietista¡±, se?ala Alsina. Tercia Isabel: ¡°Si llega el reparto unificado de los derechos de televisi¨®n, quiz¨¢ podamos invertir en ello. Ser¨ªa bueno porque ahora pagamos [unos 150.000 euros] por el alquiler de los campos del Palafrugell (donde se entrenan) y Palam¨®s¡±. El club tampoco cuenta con gimnasio ¡ªutilizan el del Palafrugell¡ª y s¨®lo tiene a tres asalariados fuera de la plantilla: uno de mercadotecnia; otro de comunicaci¨®n y uno ¨²ltimo que ayuda en la gesti¨®n econ¨®mica.

¡°Es que el l¨ªmite salarial del equipo es de 1,9 millones¡±, desvela Alsina. ¡°Aunque el presupuesto, gracias a la televisi¨®n y patrocinadores, ha pasado de 200.000 a 2,8 millones¡±, abunda Isabel, contenta porque est¨¢n en proceso de conversi¨®n en SAD. Aunque nunca es suficiente, por lo que a la presidenta lo mismo le da ponerse en tras el mostrador de la tienda del club o en el bar de Palam¨®s en los d¨ªas de partido. ¡°Unos pocos hacen mucho¡±, dice Tarrag¨®, que tambi¨¦n aporta dinero de la empresa textil que regenta con su marido. Y a?ade: ¡°Eso s¨ª, estamos a d¨¦ficit cero¡±. Por lo que est¨¢n al d¨ªa con los pagos. ¡°Eso no es un punto m¨¢s, sino cinco a favor porque te da una tranquilidad que en pocos clubs ocurre. Somos unos privilegiados¡±, resume Ren¨¦. ¡°Pagan, pagan. Ese es el secreto¡±, agrega Jordi. ¡°Supongo que es una buena costumbre que tenemos¡±, aclara Tarrag¨®. Queda por resolver, sin embargo, la prima por la permanencia o promoci¨®n, dado que el club no negocia primas. ¡°A ver si se anima el mister¡±, suelta Ren¨¦. ¡°Si los jefes quieren¡­¡±, ampl¨ªa Jordi.

Pero lo primero es la permanencia. ¡°Ese es el objetivo¡±, relata Alsina. ¡°Somos el equipo m¨¢s modesto, por lo que aguantar la categor¨ªa es como un ascenso¡±, le sigue Escoda. ¡°Sobre todo porque competimos contra monstruos¡±, destaca Isabel. ¡°Lo que pasa que la permanencia ya casi la tenemos y despu¨¦s ?por qu¨¦ no vamos a so?ar?¡±, incide Ren¨¦. ¡°Aunque mirar m¨¢s all¨¢ de Santander, el pr¨®ximo partido, ser¨ªa un error¡±, zanja el capit¨¢n. Un duelo que de ganar aumentar¨ªa las opciones del milagro. ¡°Vamos en avi¨®n para llegar descansados. ?A esto en el vestuario le llamamos un partido de Champions!¡±.

Qui¨¦n sabe, igual logran lo que nadie se acaba de creer como en las veces anteriores. Tanto es as¨ª, que el ascenso a Segunda lo celebraron de forma improvisada, con un tractor y un remolque que llevaba a los jugadores por las calles de Llagostera y, como colof¨®n, de cena en el McDonald¡¯s.