Arruabarrena saca al Eibar del pozo

No era partido para caprichosos, ni probablemente para exquisitos ¡ªaunque los hubiera¡ª porque ni el M¨¢laga, por arriba, ni el Eibar, por abajo, estaban para jugarse la vida en los detalles. Por eso, impetraban las circunstancias. Por ejemplo, la primera mitad dur¨® 45 minutos y cuatro segundos, pero en realidad, todo el tiempo transcurri¨® en un minuto, el que llev¨® desde un posible penalti de A?ibarro a Horta (que fue amonestado) a un gol anulado al Eibar, por obra de Arruabarrena. El penalti no lo fue porque fue Horta quien tropez¨® con la pierna del central, aunque la amonestaci¨®n al delantero del M¨¢laga pareci¨® un escudo contra las dudas del colegiado. El gol del Eibar fue legal. Tissone estaba mucho m¨¢s retrasado que Arruabarrena cuando Sa¨²l dispar¨® y el rechazo de Kameni cay¨® a sus pies. Salvo ese minuto de burda magia, pasaron pocas cosas. El Eibar no quer¨ªa suicidarse y el M¨¢laga ten¨ªa los cuchillos sin afilar. As¨ª que el f¨²tbol en Ipurua era romo.

Pon¨ªa m¨¢s el Eibar, a pesar de no contar con Piovaccari (sancionado) y con Sa¨²l Berj¨®n rehabilitado como delantero centro. Pon¨ªa la entereza de los acongojados, tras cinco partidos consecutivos perdiendo en Ipurua, que es una entereza sin perder los estribos. No asustaba, pero intimidaba con el toque de Javi Lara y la movilidad de Saul Berj¨®n que se asociaban al savoir faire de Arruabarrena. El resto a trabajar para que el M¨¢laga no hilvanase, para que no cosiera el f¨²tbol, para que no llegase el bal¨®n a Javi Guerra, abandonado a su solitaria suerte. As¨ª le rob¨® el Eibar la primera mitad al M¨¢laga, aunque no consiguiera sacar nada de sus bolsillos.

Pero perseverar es de sabios. Y a poco de reiniciarse el partido, en un saque de esquina, Arruabarrena se ocult¨® tras la defensa malaguista para cabecear en semiplancha a la red. De haberlo hecho de pie, probablemente el bal¨®n se hubiera ido fuera. Supo qu¨¦ hacer en el momento de la verdad.

El M¨¢laga, placentero, solo espoleado por el juego vivaz, atrevido, resolutivo de Recio, encaj¨® el gol como un rej¨®n inesperado. Fue un acto de sorpresa. Y toc¨® la corneta. La calma fuer tormenta, el ataque, asedio. Entraron Amrabat y Samuel, con el agobio como objetivo. Pero el Eibar cerr¨® filas, las junt¨®, convirti¨® el bal¨®n en un accidente saltar¨ªn y el reloj en un amigo que no solo est¨¢ en la mu?eca. Abandonado el centro del campo, inservible, era cuesti¨®n de atacar y defender. Y defendi¨® mejor el Eibar que atac¨® el M¨¢laga, Y por eso gan¨®, echando el tel¨®n a la obra m¨¢s siniestra de 2015: desde el 10 de enero sin ganar (al Getafe por 2-1) y cinco derrotas consecutivas en su campo. Todo lo peor lo barri¨® en Ipurua con una victoria ante un rival postinero. La aspiradora funcion¨®.