Los francotiradores del Bar?a desmontan al Almer¨ªa

Apenas distingue el Bar?a entre el Celta, el Madrid y el Almer¨ªa. Los partidos se hacen largos, escasea el f¨²tbol, el juego es discontinuo y a veces sin sentido, se cuentan pocas oportunidades, se celebra mucho la victoria y se festejan sobre todo los goles, ayer m¨¢s numerosos y bonitos que en jornadas anteriores y tambi¨¦n m¨¢s consecuentes con la alineaci¨®n de Luis Enrique. Messi, Luis Su¨¢rez (2) y Bartra, por supuesto en el c¨®rner de rigor, abatieron como tres francotiradores al diezmado Almer¨ªa.

Aunque el partido parec¨ªa dise?ado para los delanteros, la l¨ªnea azulgrana m¨¢s intensa y exigida de salida fue la de los centrocampistas, bien dispuestos para la presi¨®n y la recuperaci¨®n de la pelota, mal asistidos por los zagueros y sin desmarques de Messi, Pedro y Luis Su¨¢rez. Al Barcelona le pod¨ªa la prisa, demasiado vertical y apurado, muy impreciso y reiterativo en la p¨¦rdida del cuero, incapaz de generar una sola ocasi¨®n en media hora ante Juli¨¢n Cuesta.

La impaciencia barcelonista contrastaba con la aplicaci¨®n del Almer¨ªa. Los muchachos del debutante Sergi Barju¨¢n defend¨ªan en l¨ªnea, muy juntos y unos metros fuera del ¨¢rea, como si estuvieran cogidos de una cuerda, m¨¢s diligentes y mejor puestos que el Bar?a, excitado al inicio, hipotenso despu¨¦s, sin capacidad para leer el partido. Hasta Messi parec¨ªa un veterano, fuera del encuentro, ausente del estadio, sin regate ni conducci¨®n ni tiro, ni nada, una suerte para el Almer¨ªa.

La mejor jugada la protagoniz¨® Thievy despu¨¦s de una acci¨®n mal defendida en la l¨ªnea de fondo por Pedro. No jugaba Neymar, ni Piqu¨¦, ni Iniesta, ni Mathieu ni obviamente el sancionado Busquets, ni el lesionado Alba. El medio centro era Sergi Roberto. Nadie le reprochaba que su equipo no tuviera ritmo, ni supiera darle la velocidad adecuada a la bola, ni tuviera la finura necesaria para precisar el ¨²ltimo pase y despu¨¦s el tiro al marco del Almer¨ªa.

La hinchada miraba a Messi. Y el 10 no respond¨ªa, no cambiaba de ritmo, sorprendentemente ido y desganado como el equipo, desconectado del mundo, a punto para ser criticado por los hinchas m¨¢s ortodoxos del Camp Nou. Y entonces, cuando la desesperaci¨®n iba en aumento, Bartra toc¨® para el extremo derecho ocupado por el 10. El argentino tom¨® el cuero y se activ¨® con un regate imposible para Edgar y un remate con la zurda desde el pico del ¨¢rea que se col¨® junto al poste derecho de Juli¨¢n.

Xavi es un cisne en un equipo a veces patoso, ansioso por ganar la Liga

La rosca de Messi fue tan deliciosa que pareci¨® salida de un estadio diferente y de un partido distinto, nada que ver con el desierto futbol¨ªstico que era el Camp Nou. No hubo m¨¢s remates ni opciones de gol hasta el descanso, empe?ado el Bar?a en resolver el partido en una jugada, apremiado sin venir a cuento, necesitado de un punto de pausa y tambi¨¦n de ambici¨®n, como si no fuera el l¨ªder ni se jugara la Liga. La ?o?er¨ªa azulgrana despert¨® en la reanudaci¨®n al Almer¨ªa.

El partido se rompi¨®, la pelota se aceler¨® y cay¨® el 2-0 en una jugada calcada al 1-0. Alves toc¨® desde la derecha para Luis Su¨¢rez y el ariete solt¨® un zurdazo espectacular al ¨¢ngulo derecho del marco despu¨¦s de tocar y tocar ante las narices de Edgar. El despertar azulgrana, m¨¢s vivo y agitado, no influy¨® en el f¨²tbol, porque al Bar?a le cuesta acabar las jugadas, quiz¨¢ porque la salida del bal¨®n es confusa, ya no se despliega a un toque y las ocasiones resultan barrocas, incluso ante el Almer¨ªa.

Al equipo andaluz, afectado por las bajas y por la clasificaci¨®n, le cost¨® alcanzar el ¨¢rea contraria y cuando Thievy y Espinosa se acercaron a Bravo chutaron mal, se cayeron a trompicones o fueron penalizados por Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez. El partido se consumi¨® sin inter¨¦s ni pasi¨®n, aliviado por un gol de Bartra a la salida de un c¨®rner, como ya es norma en los centrales, y un segundo tanto de Su¨¢rez, habilitado por Pedro.

La noticia estuvo en los c¨¢nticos de la afici¨®n a favor de Xavi, invitado a quedarse, ni que sea para jugar unos minutos cada partido, conscientes los futboleros de que se le a?orar¨¢ si al final se va a Qatar. Xavi es un cisne en un equipo a veces patoso, ansioso por ganar la Liga. Los cuatro pr¨®ximos partidos decidir¨¢n seguramente su suerte: Sevilla, Valencia y Espanyol y en medio PSG. A juzgar por el guion de los encuentros anteriores, en cualquier caso, el nombre del rival no preocupa al Bar?a.