Los ¡°demonios¡± de Sergio Garc¨ªa
El jugador de Castell¨®n es el ¨²nico espa?ol que puede con el campo en un d¨ªa en el que se multiplicaron las tarjetas bajo par
Rory McIlroy, el cachas, lo llama la ¡°semilla de la indecisi¨®n¡± y Sergio Garc¨ªa habla del ¡°demonio que permanentemente en las orejitas¡± le perturba siempre que juega en Augusta. Ambos golfistas hablan de lo mismo, del genio de Alister Mckenzie, el arquitecto escoc¨¦s que siguiendo los ensayos de Bobby Jones dise?¨® el Augusta National Golf Club, un campo como Saint Andrews, la catedral, aparentemente f¨¢cil y en realidad complicad¨ªsimo. El mejor del d¨ªa fue el tejano Jordan Spieth, con 64 golpes (-8).
McIlroy, que acab¨® con -1 la primera ronda (fue uno de los 30 que pudieron con el par en un d¨ªa ideal para jugar: un s¨ªntoma de que el campo, a¨²n h¨²medo por las lluvias de los primeros d¨ªas de la semana solo puede endurecerse), dijo que para vencer a la indecisi¨®n, a la duda que acompa?a cada elecci¨®n de palo en los segundos golpes, apel¨® a la para ¨¦l casi desconocida virtud de la paciencia. No consider¨® a los pares cinco de los segundos nueve, el 13 y el 15, como pares cuatro disfrazados y, por primera vez, sali¨® con birdie de ambos.
El jugador de Castell¨®n, aun inconscientemente, pues todo jugador espa?ol lo tiene tan interiorizado que surge autom¨¢ticamente de las terminaciones nerviosas de sus manos, recibi¨® el soplo genial de Ballesteros, que, ayer, 9 de abril, habr¨ªa cumplido 58 a?os. Termin¨® Garc¨ªa el primer d¨ªa sexto clasificado con 68 golpes (-4), un resultado espl¨¦ndido que deb¨ªa, como le habr¨ªa gustado a Seve, a un pu?adito de toques m¨¢gicos con su juego corto. Uno de ellos, un putt complicado desde el borde del precipicio que es el green del 10 le sirvi¨® para salvar el par en uno de los hoyos m¨¢s complicados del Augusta National Golf Club. Con otro, un globito desde el rough del green del 14 logr¨® un extraordinario birdie, inesperado despu¨¦s de lo que le hab¨ªa costado llegar all¨ª con los hierros largos. El tercero fue otro par, el del 18, logrado con una gran salida del b¨²nker del green, en el que hab¨ªa aterrizado queriendo salir del b¨²nker de la calle. ¡°Esta ma?ana me he acordado del cumplea?os de Seve, aunque luego ya en el campo ten¨ªa otras cosas en que pensar¡±, dijo Garc¨ªa, feliz por haber conseguido romper la barrera de los 70 golpes, ¡°algo que siempre hay que celebrar en Augusta¡±. ¡°Tengo tan malos recuerdos de este campo, de golpes perfectamente ejecutados que acababan en desastre por un mal bote o una ca¨ªda inesperada, que he decidido no volver a arriesgar. Y aun as¨ª, el campo me ha castigado¡±, dijo Garc¨ªa, de 35 a?os, recordando c¨®mo hab¨ªa preferido jugar un hierro 5 en el 15 en vez de un 6 para asegurar y que un cambio de viento le mand¨® la bola pasado el green hacia un bogey seguro.
Gran talento desde muy joven, desde que se le llamaba El Ni?o, del golf, Garc¨ªa estaba destinado a ser, despu¨¦s de Ballesteros y Olazabal el tercer ganador de una chaqueta verde, por su larga distancia con las maderas y su gran toque en el juego corto. En Augusta, sin embargo, nunca respir¨® a gusto. Sus mejores clasificaciones han sido un cuarto y dos octavos puestos. En 2014 comenz¨® con 66 golpes y un 76 en la segunda jornada le envi¨® a su ¨²ltimo octavo. ¡°Pero no quiero pensar que este a?o vaya a ser diferente¡±, dijo. ¡°De momento he librado, pero quedan tres d¨ªas muy complicados. No merece la pena hacerse ilusiones¡±.
Avanzada la tarde luminosa otro golfistas despert¨® la memoria de Ballesteros, pero no por espa?ol e inspirado, sino por joven y precoz, el estadounidense Jordan Spieth, quien, antes de cumplir los 22 a?os, hizo la mejor ronda del d¨ªa, 64 golpes que le colocan como l¨ªder destacado con tres de diferencia sobre Charley Hoffman, Justin Rose, Ernie Els y Jason Day.
Antes de que Tiger Woods (quien tuvo un regreso ¡°extra?o¡±, como repet¨ªan los comentaristas televisivos y acab¨® con +1) reventara su marca, Ballesteros hab¨ªa sido el m¨¢s joven ganador del Masters, justo al cumplir los 23 a?os. El a?o pasado, Spieth, tejano de Dallas, educado en los jesuitas, callado y sencillo, a punto estuvo de ganar el Masters antes de cumplir los 21, lo que habr¨ªa privado a Woods de uno de sus motivos de orgullo. Termin¨® segundo tras el zurdo Bubba Watson, y lo hizo como dejando la puerta abierta a su regreso, que ayer hizo a lo grande. Sus 64 golpes de ayer son la segunda mejor primera ronda de la historia, tras los 63 que no le permitieron a Greg Norman ganar en 1996. ¡°Pero Jordan es muy bueno¡±, dijo el veterano Ernie Els, quien a veces volvi¨® a ser the Big Easy, tan elegante y relajadamente es capaz de golpear a la bola. ¡°No destaca en nada especialmente, pero tiene un nivel muy alto en todo¡±. Y tiene, sobre todo, fe.
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