Atl¨¦tico y M¨¢laga empatan en un partido trepidante
El equipo de Simeone sufre ante la propuesta de ida y vuelta que le plante¨® un buen conjunto andaluz
Un partido que empez¨® marcado por el laboratorio del bal¨®n parado, un gol propiciado por el aclamado saque de banda de G¨¢mez y otro nacido en un c¨®rner que cabece¨® Torres en propia puerta, deriv¨® en un encuentro vertiginoso. De pocas ataduras t¨¢cticas. A rienda suelta, M¨¢laga y Atl¨¦tico jugaron un segundo tiempo trepidante que deriv¨® en ese empate que a los dos entorpece en sus objetivos. Al Atl¨¦tico, el Valencia puede recortarle dos puntos en esa lucha particular por el tercer puesto. Al M¨¢laga, le impide consolidar su s¨¦ptima plaza. El punto es bueno, pero el inconformismo de uno y otro engendr¨® ese encuentro de ida y vuelta, de tiroteo en las dos porter¨ªas.
M?LAGA, 2-ATL?TICO 2
M¨¢laga: Kameni; Rosales, Sergio S¨¢nchez, Weligton, Boka; Recio, Darder; Samuel, Amrabat (Javi Guerra, m. 91), Samu Castillejo (Horta, m. 83); y Juanmi (Tissone, m. 75).No utilizados: Ochoa; Angeleri, M. Torres y Duda
Atl¨¦tico:Oblak; Juanfran, Gim¨¦nez, Miranda, G¨¢mez; Arda (Cani, m. 79), Gabi (Ra¨²l Jim¨¦nez, m. 72), Tiago, Koke; Torres (Sa¨²l, m. 65) y Griezmann. No utilizados: Moy¨¢; Siqueira, God¨ªn y Mario.
Goles:0-1. M. 25. Griezmann. 1-1. M. 35. Torres, en propia puerta.2-1. M. 70. Samuel. 2-2. M. 78. Griezmann.
?rbitro: Mateu Lahoz. Amonest¨® aWeligton,Darder, Gabi, Griezmann y Miranda.
Unos 27.000 espectadores en La Rosaleda.
Al equipo de Simeone le va el f¨²tbol vertiginoso cuando el juego solo apunta en direcci¨®n al contrario. A campo abierto, a dos porter¨ªas, se le saltan esas costuras de equipo rocoso y bien armado. Sufre m¨¢s de lo que est¨¢ acostumbrado. No le va el intercambio de golpes. Est¨¢ m¨¢s acostumbrado al control que al descontrol.
En esa clase de encuentros, sus centrales, esta vez Miranda y Gim¨¦nez por el descanso de God¨ªn, se ven m¨¢s exigidos de lo habitual. Concedi¨® ese tipo de partido el Atl¨¦tico despu¨¦s de un primer tiempo de un notable desgaste f¨ªsico. El cansancio propici¨® una separaci¨®n de l¨ªneas que abri¨® el juego. Ese paisaje propici¨® que el talento fresco del M¨¢laga aflorara. Se dieron las condiciones para que Juanmi ense?ara su dominio de los espacios pese a su juventud y para que Samuel y Samu Castillejo se afilaran en los costados. Por el medio, Amrabat fue una pesadilla a la espalda de Gabi y Tiago. El delantero marroqu¨ª siempre apareci¨® como eslab¨®n y acelerador del juego sin que nadie en el Atl¨¦tico acertara a controlarle. Por fuerza y por habilidad, generaba p¨¢nico cada vez que recib¨ªa y lograba girarse. Fue una amenaza constante desde la que creci¨® el equipo de Xavi Gracia.
El descaro irreverente del M¨¢laga le llev¨® primero a igualar el inicial gol de Griezmann y despu¨¦s a ponerse por delante en el marcador. Samuel aprovech¨® una asistencia del propio Amrabat, que vio una separaci¨®n desconocida entre Miranda y Gim¨¦nez para meterle entre medias. Samuel resolvi¨® con desparpajo. Pic¨® con suavidad sobre la salida de Oblak. El gol puso de manifiesto que el desorden del v¨¦rtigo no cuadra en este Atl¨¦tico. M¨¢s bien le descuadra su juego de posiciones. Hab¨ªan generado tambi¨¦n ocasiones, un cabezazo de Koke, obstaculizado por Kameni, y un disparo de Torres tras un control orientado, cuando se vio con el marcador en contra. El Ni?o fue sustituido pasada la hora de juego por Ra¨²l Jim¨¦nez. De nuevo, se march¨® Torres con rostro de decepci¨®n. No pudo resarcirse de ese gol en propia puerta tras desviar el envenenado saque de esquina de Recio a la media hora de juego.
Entregado ya a ese vaiv¨¦n ambicioso, Griezmann hizo el empate a dos al aprovechar una dejada de cabeza de Ra¨²l Jim¨¦nez. Empal¨® el franc¨¦s un zurdazo cruzado para imponer las tablas en el marcador. Sa¨²l tuvo el 2-3, en otra dejada de Ra¨²l Jim¨¦nez. El mexicano, en los pocos minutos que juega ense?a una evoluci¨®n interesante que le hizo protagonista en el tramo final de un partido que cuyo inicio estuvo marcado por m¨¢s intensidad que f¨²tbol. El escenario ideal para el bal¨®n parado, para teorizar sobre los saques de banda.
Cuando en los a?os 90 Benito Floro dio aquella charla sobre la importancia de esa suerte en el juego ofensivo el f¨²tbol ya estaba encaminado hacia la cuadr¨ªcula y la batalla cartesiana de los espacios. Floro no hizo m¨¢s que concretar que esa acci¨®n era una de las m¨¢s ejecutadas durante un partido de f¨²tbol. Se apoyaba en estad¨ªsticas que dec¨ªan que el 70% de los goles nac¨ªan en jugadas de saques de banda.
Arrigo Sacchi hab¨ªa creado escuela con su Milan y gener¨® cierta obsesi¨®n deformadora por ese juego de laboratorio iniciado desde la l¨ªnea de cal. El saque de banda lleg¨® a ser un recurso liberatorio para algunos entrenadores que, a veces, ordenan una patada larga fuera del terreno de juego. No hay entrenador que no tenga calculado c¨®mo colocar a sus jugadores dependiendo de la altura a la que se hace el saque. En el Atl¨¦tico, ahora, con Jes¨²s G¨¢mez, cuando el saque est¨¢ cerca del ¨¢rea, sus lanzamientos cobran el peligro de los c¨®rners. Sac¨® un globo hasta el centro de la porter¨ªa de Kameni, muy pegado al larguero. El meta camerun¨¦s tuvo guantes de aceite y se le escap¨® la pelota. Griezmann, atento, solo tuvo que empujar el bal¨®n sobre la l¨ªnea de gol. Despu¨¦s vino esa rosca envenenada que Torres emboc¨® en su propia porter¨ªa. El partido estaba muy metido en el laboratorio. Hasta que el v¨¦rtigo lo liber¨®.
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