Nadal aplaca al gigante Isner
El espa?ol vence al estadounidense (7-6, 4-6 y 6-3) y avanza a los cuartos de Montecarlo
Ante un pegador con una derecha de hierro, qu¨¦ mejor que emplear su propia medicina. Frente al efecto intimidatorio que produce John Isner al armar el brazo y apretar el gatillo, Rafael Nadal replic¨® con una izquierda de acero. Aplac¨® el espa?ol al bombardero (7-6, 4-6 y 6-3 en dos horas y 20 minutos de juego) en un pulso que trasciende la victoria. Al refugio de la arena, Nadal vuelve a ser m¨¢s Nadal. Venci¨® el n¨²mero cinco y avanz¨® a los cuartos de Montecarlo, en los que se medir¨¢ a David Ferrer (16.30, Canal+ Deportes), su verdugo el a?o pasado en la misma ronda, que derrot¨® a Gilles Simon 6-2, 6-7 y 6-1. Pero, por encima de todo, demostr¨® el rey de la tierra que est¨¢ capacitado para resisistir otra vez al vaiv¨¦n emocional que propone el carrusel psicol¨®gico del tenis.
Ven¨ªa Nadal de darse un ba?o de autoestima en su estreno en la arcilla (6-2 y 6-1 al franc¨¦s Lucas Pouille). De, en boca suya, completar probablemente su mejor partido del a?o. ¡°Con una sensaci¨®n fant¨¢stica¡±, dijo. Passings, buen drive, paralelos. Cadencia de juego, ritmo y agresividad. En definitiva, lo que busca desde que emprendiese una traves¨ªa por el desierto hace casi un a?o, cuando se despidi¨® de Wimbledon y tom¨® un camino plagado de espinas, expresado en forma de lesiones e incertidumbre. Esta vez hubo buen feeling. Ante el joven franc¨¦s asomaron rayos de luz, buen augurio por lo tanto.
Buenas sensaciones antes de afrontar una prueba de altura, la de Isner. Un ca?onero que vive del saque. 19 del mundo, nunca es presa f¨¢cil. Pese a que pierde fuerza sobre la tierra, el gigante de Greensboro (Carolina del Norte) sacude a la pelota como un cosaco, con una derecha que parece un bazoca y un figura interminable que asciende a 208 cent¨ªmetros, m¨¢s el alcance del brazo. Dura prueba. Peligrosa, como m¨ªnimo, y eso que los precedentes respaldaban claramente al espa?ol: cuatro pulsos, cuatro para el espa?ol.
El desaf¨ªo, ante un adversario de las caracter¨ªsticas del norteamericano, apuntaba sobre todo a dos aspectos: la supervivencia en el resto y la capacidad para defender el servicio. As¨ª lo hizo Nadal (siete aces, por los 12 de Isner, y una efectividad del 73% al saque, por el 60% de su contrincante), al que un cartel le record¨® su estatus desde la grada: ¡°King of Clay (Rey de la Tierra). ?Vamos Rafa!¡±. El espa?ol mantuvo a raya a Isner en el primer parcial, en el que salv¨® dos bolas de ruptura en el cuarto juego para evitar la descompensaci¨®n. Fue un toma y daca que tuvo que resolverse en el tie break, a priori un terreno que favorec¨ªa al martillo norteamericano. Resisti¨® Nadal, capaz de levantar dos bolas de set a favor de su rival, de resistir en un momento de sufrimiento.
Firm¨® una efectividad del 73% en el saque por un 60% de su oponente, todo un especialista
Sobre la arena, el n¨²mero cinco recupera el color. Volvi¨® a deslizarse bien, a dibujar buenos puntos y a escupir la bola a much¨ªsimas revoluciones gracias a su nuevo cordaje. Menos agujeros, pero m¨¢s grandes. Es decir, m¨¢s potencia y efectos, menos control. Parece sentirse c¨®modo Nadal con la nueva f¨®rmula de la herramienta. La pelota cae r¨¢pido hacia abajo y su top spin hace da?o. Se lo hizo a Isner, que en el segundo set, con 4-3, decidi¨® sacar el brazo a pasear para cambiar la inercia y salv¨® tres bolas de break. Sali¨® reforzad¨ªsimo el estadounidense. Al juego siguiente, fue ¨¦l quien firm¨® la ruptura, acompa?ada de un grito furibundo en forma de desahogo, porque daba un paso importante y su tenis bull¨ªa con ganadores (45, por los 32 de Nadal) y subidas a la red imparables, con varias dejadas que demuestran que tampoco le falta tacto al gigant¨®n. 6-4 y a la manga definitiva.
La lluvia, que ped¨ªa protagonismo en el inicio del duelo, cedi¨®, pero intervino lo suficiente como para dejar una superficie lenta y pesada. Pareci¨® contagiarse Isner, al que con el paso de los minutos le fue costando m¨¢s y m¨¢s desplazar sus 108 kilos sobre la pista, cada vez m¨¢s err¨¢tico, menos certero en las voleas. Conforme mengu¨® su juego creci¨® el de Nadal, voraz al atacar los golpeos, profundo y lo suficientemente certero para neutralizar el saque del rival y ponerse, con un break, 3-1 arriba. De ah¨ª al final, m¨¢s consistencia (23 errores no forzados, por los 49 de Isner) y otra muestra de solidez para mirar al futuro desde una buena perspectiva.
Wawrinka y Federer, fulminados
La que se presupon¨ªa como una jornada relativamente pl¨¢cida en Montecarlo, un nuevo episodio para que los grandes puliesen su adaptaci¨®n a la arcilla, depar¨® dos sorpresas may¨²sculas. Stanislas Wawrinka y Roger Federer fueron eliminados en los octavos al caer respectivamente frente a Grigor Dimitrov (11) y Gael Monfils (18).
Wawrinka, ganador del torneo el curso pasado, complet¨® un desprop¨®sito contra el b¨²lgaro (6-1 y 6-2) en un duelo en el que cometi¨® hasta 41 errores no forzados en solo 15 juegos. El b¨²lgaro, desaparecido desde hace tiempo, vapule¨® por sorpresa al suizo, que defend¨ªa el cetro logrado hace un a?o. Dimitrov no venc¨ªa a un jugador del top-10 desde que batiera a Andy Murray en los cuartos de la ¨²ltima edici¨®n de Wimbledon.
Tambi¨¦n qued¨® apeado el n¨²mero dos del mundo. Federer (38 errores no forzados) cedi¨® ante Monfils (6-4 y 7-6) y seguir¨¢ sin elevar la corona del Principado pese a haber disputado ya cuatro finales (2006, 2007, 2008 y 2014) de las 12 ediciones en las que ha participado.
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