La ¨²ltima parranda de Ronaldinho
El brasile?o, aclamado el s¨¢bado en el estadio Azteca como en su d¨ªa Pel¨¦ o Maradona, supone un valor en lo comercial para Los Gallos de Quer¨¦taro A cuentagotas, deja pinceladas de su talento
No hay mejor lugar para la ¨²ltima parranda de Ronaldinho que M¨¦xico, un pa¨ªs c¨¢lido con sus visitantes m¨¢s ilustres, como en su d¨ªa Juan Pablo II o Butrague?o. El brasile?o visit¨® este s¨¢bado el estadio Azteca, un escenario con m¨ªstica porque de aqu¨ª salieron a hombros Pel¨¦ y Maradona. Hizo dos goles y un ca?o en solo ocho minutos. Aunque el partido entre el Am¨¦rica y Los Gallos de Quer¨¦taro (0-4) estaba roto cuando ¨¦l salt¨® al campo con paso trot¨®n, los compa?eros lo rodearon en un c¨®rner y le rindieron pleites¨ªa como a un sult¨¢n. Uno de ellos hinc¨® la rodilla en el suelo y le sac¨® brillo a sus botas con un pa?uelo imaginario.
La fiesta mexicana de Ronaldinho (Porto Alegre, 1980) comenz¨® en septiembre del a?o pasado, cuando uno de los hombres m¨¢s ricos del pa¨ªs, Olegario V¨¢zquez Ra?a, se empe?¨® en traerlo para darle lustre al equipo que acababa de comprar. El magnate mand¨® a Brasil uno de sus emisarios y, dos d¨ªas despu¨¦s, cheque de dos millones de d¨®lares mediante, El Gaucho aterriz¨® en el pa¨ªs. La operaci¨®n ha resultado redonda en el aspecto comercial ¨CLos Gallos ocupan portadas de peri¨®dicos y horas de televisi¨®n- aunque el rendimiento deportivo no es como para tirar cohetes.
En Quer¨¦taro, la ciudad donde vive, hay m¨¢s librer¨ªas que discotecas. Los poetas recitan en la calle. Los jubilados bailan danz¨®n en una plaza floreada y los feligreses se amontonan en las las iglesias a la hora de la misa. El rastro de Ronaldinho, en este ambiente, se torna difuso. Aunque parece ubicuo -todo el mundo dice haberlo visto hace poco en esta ciudad de 1,8 millones de habitantes- no hay manera de dar con ¨¦l. Una se?ora jura que le acaba de firmar un aut¨®grafo en una esquina y un lustrabotas, en la siguiente, cree haberlo visto hace unos minutos a bordo de una camioneta parada en un sem¨¢foro. Siempre parece estar cerca pero no hay forma de alcanzarlo.
Se sabe que come en una taberna espa?ola cuya especialidad es el cochinillo, tiene apartado un reservado en un restaurante de carnes atendido por camareras en corpi?o y se deja ver cada poco en un lugar de mariscos llamado Yellow Fish. El brasile?o vive en El Campanario, una urbanizaci¨®n situada en lo alto de una colina, con campo de golf y un colegio de los Legionarios de Cristo. Los guardias de este lujoso b¨²nker te ponen cara de lobo cuando les dices que quieres echar un vistazo dentro.
Tampoco es f¨¢cil toparse con el futbolista en el centro de alto rendimiento de Los Gallos. La semana pasada, mientras sus compa?eros entrenaban a las ¨®rdenes del exseleccionador mexicano V¨ªctor Manuel Vucetich, ¨¦l se trataba con una kinesi¨®loga de una contusi¨®n en el gemelo. Lleg¨® a las 9:45 y sali¨® zumbando a las 11:42. Muy pocos tuvieron oportunidad de verlo.
El fichaje de quien fuera Bal¨®n de Oro en 2005 ha supuesto un espaldarazo comercial para el Quer¨¦taro, que hasta ahora hab¨ªa deambulado sin pena ni gloria por la liga mexicana. El equipo fue recibido por 600 personas en el aeropuerto de Veracruz, donde jug¨® en febrero. Dinho, aunque su f¨²tbol es m¨¢s hemeroteca que streaming, tuvo que abrirse paso a empujones entre una multitud enloquecida para llegar al autob¨²s que lo esperaba a la salida. La locura tambi¨¦n es administrativa: las oficinas del club tienen el doble de empleados que hace un a?o, el director general ha fichado a una mental coaching reconocida en Argentina y el departamento de prensa recibe a diario un aluvi¨®n de peticiones de entrevistas a Ronaldinho que no puede satisfacer.
El brasile?o parece al¨¦rgico al cara a cara. Su hermano y representante, Roberto de Assis, sabe que queremos hablar con ¨¦l, aunque sea solo para tomar un caf¨¦, pero sus respuestas, v¨ªa whatsapp, tienen un punto nebuloso. ¡°Estoy en Brasil, despu¨¦s te digo¡±, dice a trav¨¦s de un mensaje de voz. No habr¨¢ un despu¨¦s. Todo alrededor de Ronaldinho es un ahora o nunca.
Los logros mercantiles no van al mismo ritmo que los deportivos. El futbolista lleg¨® veinte d¨ªas tarde a la pretemporada (el resto de compa?eros comenz¨® a entrenar a principios de diciembre) y no fue titular hasta febrero. En nueve partidos, siete como titular y dos como suplente, ha marcado dos goles (intrascendentes en el resultado final) y repartido cuatro asistencias. Poco bot¨ªn para uno de los mejor pagados de la competici¨®n. ¡°Vino, principalmente por un tema de marketing. Nadie esperaba que fuera el mejor jugador de la liga. M¨¦xico es un pa¨ªs amigable y laxo, ideal para un retiro dorado¡±, dice Geo Gonz¨¢lez, comentarista de deportes.
Ronaldinho evoca de vez en cuando su pasado en la cima, sobre todo la ¨¦poca del Barcelona. El 13 de abril se le oy¨® decir en el vestuario: ¡°Hoy es el cumplea?os de mi capit¨¢n¡±. Ese d¨ªa, en alg¨²n lugar, Carles Puyol estaba soplando 37 velas. ?Nunca se cuestiona a s¨ª mismo por descabalgarse tan pronto de la ¨¦lite, por dejarse ir como futbolista cuando solo ten¨ªa 27-28 a?os? ¡°Esa puede ser tu opini¨®n pero no la suya. ?l es muy feliz, est¨¢ contento por todo lo que le ha dado la vida, que no es poco. No tiene ning¨²n conflicto personal con su pasado¡±, cuenta alguien que lo trata en lo an¨ªmico. El resto de consultados coincide en que Ronaldinho no es melanc¨®lico por naturaleza.
¡°Quer¨ªamos un jugador franquicia y era el candidato ideal¡±, explica Arturo Villanueva, presidente administrativo del club y el hombre en quien m¨¢s conf¨ªa Ronaldinho. ¡°Rona es un tipazo. Solo necesita una pelota y m¨²sica para ser feliz. Est¨¢ encantado con el pa¨ªs, la comida, las mujeres. Su fichaje ha sido un ¨¦xito en todos los sentidos¡±, ahonda.
Aunque las estad¨ªsticas del jugador son mejorables, el discurso optimista de la directiva se ha impuesto en todos los estamentos del club. Andrea Fern¨¢ndez, la mental coaching, dice que Ronaldinho es ¡°alguien divino¡±. In¨¦s Massacessi, una kinesi¨®loga con amplia experiencia, nunca hab¨ªa visto en su consultorio unos cu¨¢driceps tan desarrollados. El resto de futbolistas, cuando se deja caer por los campos de entrenamiento, alucina con sus virguer¨ªas con la pelota. Jugadores de segundo nivel, tienen la sensaci¨®n de que estando a su lado tendr¨¢n una buena historia que contar a los nietos.
La sensaci¨®n de ¨¦xito que rodea a Los Gallos llev¨® a Ronaldinho a un estado de confusi¨®n. En marzo, subi¨® una foto a Twitter en la que aparec¨ªa sosteniendo un trofeo: ¡°Esta copa sirve de motivaci¨®n extra para este final de temporada¡±. En realidad no hab¨ªa ganado nada de lo que mereciera la pena presumir. Se trataba de un partido amistoso, sin mayor importancia, que se hab¨ªa jugado en El Frisco, Texas. Este s¨¢bado, la prensa deportiva mexicana exager¨® su logro con titulares como ¡°Ronaldinho gu¨ªa la goleada¡± o ¡°Ronie humilla al Am¨¦rica¡±. No hay entorno m¨¢s feliz y protector para el brasile?o que este. En M¨¦xico, cada d¨ªa m¨¢s cerca de su retiro, Ronaldinho disfruta de la que parece su ¨²ltima parranda.
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