Pena de Illarra, furia de Chicharito
Ancelotti tiene dudas sobre la predisposici¨®n del mediocampista vasco, repentinamente apocado, y hasta el martes se mostr¨® m¨¢s favorable al delantero mexicano que a Jes¨¦
Asier Illarramendi fue el elegido desde el primer momento. Desde que Modric pidi¨® el cambio en el minuto 60 del partido contra el M¨¢laga, el s¨¢bado pasado. Ancelotti mand¨® a Illarra a ocupar el lugar del lesionado. No tuvo dudas de que esa formaci¨®n de centrocampistas se medir¨ªa ante el Atl¨¦tico en la vuelta de los cuartos de la Champions. A la derecha James, a la izquierda Isco, y en el medio Kroos con Illarra. Tres d¨ªas y tres entrenamientos m¨¢s tarde ya no lo ten¨ªa tan claro. En Valdebebas tanto los asistentes del entrenador como los jugadores observan s¨ªntomas de aplanamiento en Illarra. El joven sustituto se entrena como si le faltase energ¨ªa. Como si la conciencia de la responsabilidad que se le presenta le abrumara. Ancelotti lo ve con perplejidad. Mucha menos incertidumbre le inspira Chicharito, su primera opci¨®n para reemplazar a Benzema esta noche.
¡°Jugar¨¢n los que est¨¦n m¨¢s frescos y con m¨¢s ganas¡±, dijo Ancelotti, cuando ayer le preguntaron si pondr¨ªa a Illarra, Chicharito y Coentr?o a ocupar el lugar de los ausentes Modric, Benzema y Marcelo. El ¨¦nfasis en las ¡°ganas¡± no fue casual. El entrenador sabe que los partidos m¨¢s duros suelen ganarlos los equipos m¨¢s determinados. No parece el caso de Illarra, que cost¨® 40 millones en 2013 y, hasta ahora, no ha destacado en ning¨²n encuentro decisivo. Tampoco parece el caso de Jes¨¦, a quien la mayor¨ªa de sus compa?eros consideran mejor que Bale, pero que, a fuerza de sentirse postergado, parece ausente, decepcionado y entregado a la molicie.
En el vestuario recuerdan las v¨ªsperas de la final de Lisboa, cuando Illarra se entren¨® con los titulares. Ancelotti quiso ponerlo, pero asisti¨® a algo parecido a un encogimiento. Hasta que se hizo evidente que no estaba en forma. Entonces todos, plantilla y cuerpo t¨¦cnico, comprendieron que lo l¨®gico era que Khedira se hiciera cargo del mediocentro que entonces desocup¨® Alonso por sanci¨®n. La decisi¨®n result¨® tan aceptable en el vestuario como cuestionada en el palco. El presidente, Florentino P¨¦rez, no se explic¨® la titularidad de Khedira, un futbolista al que considera amortizado desde hace dos a?os. Florentino lo repite entre sus amigos: cada vez que le hablan de la importancia de Khedira, ¨¦l recuerda el gol de God¨ªn en la final de Lisboa. Ese 0-1 que el uruguayo logr¨® tras disputar un bal¨®n a¨¦reo con el r¨ªgido Khedira y que estuvo a punto de destrozar el sue?o de la D¨¦cima.
Ancelotti sabe lo que piensa el presidente pero parece sereno. Es el piloto ideal en tiempos de borrasca y esta vez se le concentran los escollos. Primero, el h¨¢ndicap de una pol¨ªtica de fichajes y traspasos que ¨¦l no controla; segundo, un rival temible; y tercero, una epidemia de bajas a las que se suma la sanci¨®n de Marcelo, probablemente el futbolista m¨¢s desequilibrante que tiene. La situaci¨®n del italiano es tan apurada que lo m¨¢s parecido a un alivio ha sido la lesi¨®n de Bale porque le permite recomponer el esquema t¨¢ctico de 4-4-2, el mejor posible para enfrentar al Atl¨¦tico.
El t¨¦cnico cree sin Bale,
La lesi¨®n de Bale en el partido contra el M¨¢laga tuvo un efecto contradictorio en Ancelotti, que siempre consider¨® que sin el gal¨¦s el equipo era m¨¢s competitivo porque ganaba un hombre para el mediocampo. Luego las bajas de Modric y Benzema le arrebataron el entusiasmo. El t¨¦cnico considera que Modric es el mejor centrocampista de la plantilla a la hora de manejar los tiempos del ataque, pero su p¨¦rdida puede compensarse con Isco o Jes¨¦. La baja de Benzema, sin embargo, es insuperable. La ausencia del franc¨¦s es la peor noticia que pudo recibir el entrenador. Ancelotti asegura que no hay otro nueve capaz de dar salida a las jugadas como ¨¦l. El elegido para reemplazarlo es Chicharito, cuyo perfil ¡ªsalvando las distancias¡ª tiene paralelismos con Cristiano. Ambos se encuentran m¨¢s c¨®modos atacando los espacios que conduciendo, regatean cada vez menos y se manejan mal aguantando el bal¨®n para asistir a sus colegas.
A falta del ¨²ltimo entrenamiento, Ancelotti se hab¨ªa inclinado por el Ch¨ªcharo en detrimento de Jes¨¦. El atacante canario es t¨¦cnicamente mejor, pero sufre un ataque de melancol¨ªa. Chicharito, sin embargo, sigue entren¨¢ndose con la misma rabia competitiva del primer d¨ªa. Contrariado por su suplencia o no, el mexicano no ha perdido su disposici¨®n.
Pensando en estos dos atacantes, y puesto que recuperar¨¢ el 4-4-2, Ancelotti se ha replanteado su plan inicial de quemar los cartuchos saliendo a ahogar al Atl¨¦tico en su campo. Ahora considera que con cuatro hombres en el mediocampo los esfuerzos podr¨ªan administrarse mejor. Ya no ser¨¢ tan necesario apretar arriba. Podr¨ªa contemporizar un poco, situar al equipo en una posici¨®n intermedia, y as¨ª generar espacios aprovechables para los veloces Chicharito y Cristiano.
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