El Atl¨¦tico juzga la plantilla del Madrid
Sin Marcelo, Modric, Bale y Benzema es la hora de examinar la pol¨ªtica madridista con los secundarios ¡ñ Los de Simeone se aferran a su partitura habitual y escatiman su condici¨®n de favoritos
Conocido el potencial del primer Madrid, ha llegado la hora de examinar su plan b, el que incluye a varios de los futbolistas que han sido teloneros durante el curso. Es el turno de ausentes como Khedira, bald¨ªos como Coentr?o, desambientados como Illarramendi, irrelevantes como Lucas Silva, marginados como Chicharito o infecundos como Jes¨¦. Buena parte de ellos tendr¨¢n que ser reclutados hoy para un partido culminante ante un hueso de a¨²pa como el Atl¨¦tico. Un equipo que llega sin cicatrices, con un resultado (0-0) que no le incomoda y a un escenario en el que se ha manejado de maravilla en los ¨²ltimos tiempos.
Este Atl¨¦tico de autor, de Simeone, ha logrado angustiar al Madrid, para el que los derbis de esta ¨¦poca han supuesto un engorro de categor¨ªa. Cada partido asilvestrado que le ha planteado el vecino le ha resultado pejiguero. Por si fuera poco, a las dificultades de este Atl¨¦tico con tanto colmillo, se a?aden ahora las bajas de pretorianos como Marcelo, Modric, Bale y Benzema. Al Madrid se le presume una plantilla con abundancia, pero solo se le conjetura. El r¨¦gimen del club asumido por Carlo Ancelotti no ha permitido evaluar un banquillo que ha cotizado m¨¢s en el mercado que en el campo de juego. A excepci¨®n de Varane e Isco, si a este se le toma como suplente con todos en plenitud, todos han interiorizado su condici¨®n de secundarios sin remedio de los titular¨ªsimos de por vida, como promueve la instituci¨®n. El t¨¦cnico italiano solo ha movido el cesto por necesidad y muchas veces los interinos solo han tenido hilo en tiempos muertos de algunos partidos. El m¨¢ximo exponente fue en Elche, donde Jes¨¦, adem¨¢s de calentar un buen rato se calent¨® de lo lindo cuando fue alistado unos segundos en el descuento.
El trascendente reto con los colchoneros medir¨¢ no solo si la Und¨¦cima est¨¢ al alcance, sino la pol¨ªtica de la instituci¨®n y, por derivada, del propio entrenador. Comprobado el gusto del presidente, Florentino P¨¦rez, por los jugadores de primera fila es hora de juzgar su ojo con los secundarios. Su papel ser¨¢ capital en el d¨ªa clave de una eliminatoria tan trascendente. Ancelotti, al menos en p¨²blico, no se ha puesto excusas por los infortunios. Ha querido mandar un mensaje de m¨¢xima confianza a su plantilla, a la que no hace mucho catalog¨® como la mejor del mundo, por m¨¢s que no lo haya plasmado con sus pocas alternancias. El italiano no quiso desvelar ayer ni una letra de la alineaci¨®n titular. Todos en alerta y solo una pista: ¡°El dibujo no cambiar¨¢... No creo que el Atl¨¦tico tenga prisa por marcar y nosotros tampoco¡±.
Para el Atl¨¦tico las bajas de su oponente son una liberaci¨®n, no solo por la categor¨ªa de los ausentes, sino por su perfil. A un equipo con un andamiaje tan s¨®lido nada le atosiga m¨¢s que jugadores como Marcelo, Modric y Benzema, proclives a saltarse las coordenadas convencionales de sus puestos. El lateral brasile?o, hoy sancionado, como Mario Su¨¢rez, es un alborotador de primera por su orilla, el franc¨¦s escapa al radar de los centrales al no ser un ariete puro y el croata se infiltra como pocos entre los vallados rojiblancos en el medio campo.
Siete reservas rojiblancos superan los mil minutos. Solo cuatro madridistas pasan esa cifra
El Atl¨¦tico quiere que ni por asomo le afecten las bajas del adversario. Nada peor que sentirse m¨¢s obligado por las circunstancias, que verse con una cierta condici¨®n de favoritos. ¡°A nosotros no nos cambian mucho sus bajas, tenemos una idea imaginando el partido que pueda plantear el rival¡±, asegura Simeone, decidido a restar presi¨®n a los suyos ante ¡°una de esas noches de f¨²tbol que no vuelven¡±. A ella pretende que se sume Mandzukic, con molestias.
Con el croata, el Atl¨¦tico de carrerilla ante un Madrid que est¨¢ por ver. Un Atl¨¦tico muy titular, en el que siete reservas pasan de mil minutos frente a un Madrid de urgencias en el que solo cuatro suplentes rondan esa cifra.
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