Intxausti gana en Campitello
Contador ara?a 2s en una meta volante Los espa?oles brillan en las monta?as del sur
Antes de estaci¨®n de esqu¨ª para los pijos del sur, Campitello Matese en la exuberante Molise fue tierra de pastores que sub¨ªan sus reba?os a los pastos sabrosos en verano, tierra de supervivientes, tierra de inteligentes, pues, en la que los est¨²pidos mor¨ªan de hambre igual que 50 a?os m¨¢s tarde, igual que siempre. Ahora en Campitello Matese ya no hay pastos, sino apartamentos tur¨ªsticos, y ya no suben con el deshielo pastores con sus greggi de ovejas (reba?os: y de ah¨ª nace la palabra gregario justamente), sino, bajo las trompetas altisonantes de la m¨²sica ¨¦pica de un Ennio Morricone, por ejemplo, ciclistas en reba?o, que solo la fuerza, la ambici¨®n individual o la inteligencia, como siempre ha sido, rompen. La mayor¨ªa de estos, de los rompedores y los resistentes, fueron espa?oles de car¨¢cter y astucia, gentes que nunca morir¨¢n de hambre.
Era obvio que Aru iba a atacar¡±, dijo Contador quien se felicit¨® p¨²blicamente por haber salvado el d¨ªa
Gan¨® la etapa Be?at Intxausti, un vizca¨ªno que dej¨® que trabajara y se desfondara en su favor un suizo germ¨¢nico llamado S¨¦bastien Reichenbach, quien nunca ha ganado nada y cre¨ªa llegado su gran d¨ªa. Qued¨® segundo Mikel Landa, un alav¨¦s que sube tan r¨¢pido que ni siquiera los ataques de su jefe en el Astana, Fabio Aru, para trabajarse a Alberto Contador, pod¨ªan con ¨¦l. Y Contador, con su brazo torpe y su hombro doliente no solo resisti¨® los ataques de Aru, quien corre y hace correr a su Astana, fort¨ªsimo equipo, con una aceleraci¨®n permanente de ansioso que no encuentra sus ansiol¨ªticos en la mesilla, y tambi¨¦n los de Richie Porte, quien corre aplanado como un ratoncito sobre la bici y siempre est¨¢ a la que salta, sino que dobl¨® su ventaja en la general, que pas¨® de 2s a 4s gracias a un sprint de rabia y demostraci¨®n en la primera meta volante. ¡°Dos segundos son dos segundos¡±, dijo Contador. ¡°estaban ah¨ª y en una contrarreloj cuesta much¨ªsimo ganarlos¡±
¡°Intxausti se ha aprovechado de m¨ª¡±, se quejaba en la meta Reichenbach, quien no hall¨® recompensa a su trabajo de mula laboriosa e ilusionada llevando cargado al vizca¨ªno Campitello Matese arriba. ¡°He jugado con sangre fr¨ªa¡±, fue la expresi¨®n elegida para explicar lo ocurrido por Intxausti, quien en la meta, al igual que hace dos a?os cuando gan¨® la etapa del Giro en Ivrea, donde el se?or Olivetti fabricaba m¨¢quinas de escribir, hizo el signo de la equis cruzando dos dedos, un recuerdo a su amigo ciclista Xavier Tondo, muerto en est¨²pido accidente justo delante de sus narices y su impotencia. Lo ocurrido fue que a Intxausti, miembro de una fuga de nueve de la que intent¨® huir toda la etapa est¨²pidamente un grupo de tres que se vaciaron antes de empezar lo importante, fue el corredor m¨¢s ciclista de los 12, el que supo no derrochar sus fuerzas en momentos innecesarios, el que, llegado el momento, solo dio un golpe, pero un golpe definitivo. Fue a 3,4 kil¨®metros exactamente de la meta, donde, recuperado de la ca¨ªda en la que se parti¨® la cara y meti¨® el susto en el cuerpo del mundo, Domenico Pozzovivo esperaba con la m¨¢scara de la momia en su rostro. All¨ª atac¨® victorioso el corredor del Movistar quien achac¨® al calor pasado los primeros d¨ªas su mala posici¨®n en la general. Mientras, por detr¨¢s, casi simult¨¢neamente, los grandes del Giro comenzaron su festival particular.
¡°Era obvio que Aru iba a atacar¡±, dijo Contador quien se felicit¨® p¨²blicamente por haber salvado el d¨ªa y en su interior por haber logrado que tanto el Astana como el Sky de Porte entraran de cabeza al dise?o de Giro que m¨¢s le conviene a ¨¦l. ¡°Estos tres, Aru, Porte y yo hemos venido a ganar y para ganar hay que atacar¡±. Antes de atacar, un ataque bajo la pancarta de cinco kil¨®metros al que respondieron no s¨²bitos sino con una subida progresiva de velocidad, Contador, Porte, el renacido Rigo Ur¨¢n y, detr¨¢s, educado, Landa, Aru orden¨® a su equipo, conocido ya como el expreso azul de Kazajst¨¢n ya como la panda de Tiralongo, su capit¨¢n de ruta, seg¨²n para quien, avanzar a toda m¨¢quina para aislar al espa?ol, lo que consiguieron, para debilitarlo tambi¨¦n, lo que no lograron. Al contemplarlo y analizarlo pasaron al plan B, que era que Landa ganara la etapa, pero ya era tarde. Se lanz¨® el alav¨¦s a todo vapor a por Intxausti, y se qued¨® a pocos segundos de alcanzarlo. El Astana dio detr¨¢s el relevo al Sky de Porte, quien mand¨® a su gregario de lujo, el navarro Mikel Nieve, acelerar para preparar su ataque. Este lleg¨® bajo la pancarta del ¨²ltimo kil¨®metro. Fue humo.
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