Frenando a Landa, Contador premia a Aru

Mientras a toda velocidad se acerca el pelot¨®n conducido sin dudar por el azul turquesa de los Astana, en el Valle de Aosta, donde hasta hace nada se hablaba franc¨¦s y no lejos de donde naci¨® Maurice Garin, el primer ganador del Tour, hace112 a?os ya, se habla de tecnolog¨ªa ¨²ltima. Se habla de nanotecnolog¨ªa, de motorcitos que disimulados en cualquier huequecito de la bici ayudan a pedalear a los m¨¢s listos; se habla de cambios sospechosos de bicicletas y de ruedas, de controles visuales de la UCI. Se habla de Alberto Contador as¨ª, se siembran dudas en la sombra. Mientras Oleg Tinkov, el due?o de su equipo, con su habitual torpeza comunicativa ¨Ctuite¨® la foto de un clavito clavado en un tubular como prueba, no demandada, de que Contador hab¨ªa pinchado de verdad camino del Mortirolo--, hace crecer las sombras, los t¨¦cnicos del Tinkoff cuentan otra realidad, la realidad de la f¨ªsica del rozamiento, de la energ¨ªa humana, tan cara, desperdiciada en las transmisiones (cadenas, pi?ones) y en la huella dejada por los tubulares en el asfalto.

¡°Esto ya es la f¨®rmula1¡±, dice Patxi Vila, miembro del equipo t¨¦cnico del Tinkoff que estudia cu¨¢nta presi¨®n pierde un neum¨¢tico durante una etapa seg¨²n diversas circunstancias. ¡°Dentro de nada todos los equipos cambiar¨¢n ruedas y bicicletas seg¨²n las necesidades. Y es lo que hace Alberto. Nosotros, por ejemplo, le cambiamos la bicicleta a Sagan en la Mil¨¢n-San Remo, porque con m¨¢s presi¨®n y una cadena m¨¢s limpia y con una grasa especial era capaz de esprintar 2,5 metros m¨¢s gastando los mismos vatios¡±.

En estos asuntos Contador no entra. Contador ha ganado el Giro y pasa el d¨ªa disfrutando del generoso esfuerzo del Astana, que le protege del viento y de todos los males, y participando activamente, incluso decidiendo, en la entrega de premios secundarios. Fabio Aru, al que ayud¨® a resucitar, fue el favorecido de la etapa m¨¢s plomo, la que termin¨® al pie del Cervino tras varias ascensiones interminables por puertos de pendiente media barridos por los vientos que tan libremente circulan por el Valle de Aosta. Ha hecho tantos amigos en este Giro inteligente Contador, desea recompensar tantos favores, que subiendo hacia Cervinia tuvo un problema. Despu¨¦s de llevar toda la etapa a buen ritmo, evitando que la fuga fuera incontrolable, los Astana aprovecharon que un Sky encendiera la mecha a 10 kil¨®metros de la meta, en la ¨²nica parte dura del puerto, para lanzar su ataque. Primero fue Landa, un par de veces, quien acab¨® dejando delante al grupo en mejor forma, a Hesjedal, amigo de Contador en Ologno; a Kruijswijk, amigo de Contador en el Mortirolo, y a Aru, amigo de Contador de toda la vida y vecino suyo en Lugano.

En la tesitura, Contador actu¨® con la elegancia de un director de orquesta cuyos solistas le reclaman toda la atenci¨®n. Dej¨® que se expresaran libremente todos, que cada uno intentara su golpe, salvo Landa, a quien no dej¨® ni un cent¨ªmetro de libertad. Atac¨® Hesjedal, y se fue; atac¨® Landa, y a por ¨¦l fue Contador; atac¨® Aru, y el l¨ªder de rosa se puso de pie sobre los pedales, mir¨® hacia otro lado y dijo: el que quiera, que vaya a por ¨¦l. Nadie pudo. Landa quiz¨¢s podr¨ªa, pero, siendo del mismo equipo, no pod¨ªa hacerlo. Gan¨® Aru y fue feliz, y con ¨¦l, con su resurrecci¨®n tras el calvario del Mortirolo, fue feliz toda Italia y fue feliz Contador, quien as¨ª lo afirm¨®.

Objetivamente, Contador hizo lo que deb¨ªa: atar corto al segundo ya que no pod¨ªa ir a por todos; subjetivamente, Landa, que no solo no pudo luchar por ganar la etapa sino que tuvo que ceder el segundo puesto del podio a Aru, no lo vio as¨ª. ¡°Quiere sembrar ciza?a entre nosotros¡±, dijo el alav¨¦s, a quien tambi¨¦n castig¨® Contador el jueves en Ologno. ¡°Pero no lo conseguir¨¢¡±. Tampoco lo necesita. Con 4m 37s de ventaja sobre el sardo y 5m 15s sobre Landa, y a falta solo de un gran puerto, el de Le Finestre, ese que est¨¢ sin asfaltar junto a Sestriere, Contador solo espera que pase el tiempo para llegar a Mil¨¢n vestido de rosa. Como siempre lo ha hecho.