Agitador Luis Enrique
A partir de la idea de Cruyff, el Bar?a evolucion¨® con la magia de Ronaldinho, el m¨¦todo de Guardiola, el talento de Messi, el car¨¢cter de Lucho y el plan de Txiki y Zubizarreta
El Bar?a ya tiene la Copa de Europa en propiedad despu¨¦s de conquistar la Quinta en Berl¨ªn. El ascenso azulgrana ha sido imparable desde que en 1992 se coronara en Wembley: ha ganado cuatro t¨ªtulos en los nueve ¨²ltimos a?os: 2006, 2009, 2011 y 2015. A partir de la idea de Cruyff, el ¨¦xito ha tenido continuidad con la magia de Ronaldinho, el m¨¦todo de Guardiola y el talento de Messi. El 10 ha sido el hilo del f¨²tbol mientras que el estilo se ha personificado en Xavi. Los jugadores han sido tan decisivos como importantes fueron los directores deportivos Txiki Begiristain y Andoni Zubizarreta en la preservaci¨®n de la esencia del juego, bendecida en Londres y desarrollada de manera discontinua, necesitada de la intervenci¨®n de entrenadores como Luis Enrique, que ha actuado de revulsivo con la misma determinaci¨®n que Guardiola.
Y ah¨ª est¨¢ el nudo del conflicto: si el entrenador tiene dudas para continuar no es solo por el desgaste que genera la gesti¨®n del tridente Messi, Su¨¢rez y Neymar sino por la debilidad de la estructura del club despu¨¦s de la salida de Zubizarreta, se?alado como culpable cuando ha sido el art¨ªfice del ¨²ltimo ¨¦xito del Barcelona. La secretar¨ªa t¨¦cnica fich¨® a Lucho [Luis Enrique]; apost¨® por que la jerarqu¨ªa del juego continuara en Xavi, Iniesta y Busquets; no s¨®lo supo sustituir a Vald¨¦s sino que dio con dos grandes porteros como Bravo y Ter Stegen; y despabil¨® a los medios y a los delanteros con la contrataci¨®n de futbolistas competitivos de la talla de Rakitic y Luis Su¨¢rez, decisivos en Berl¨ªn. El temido ego¨ªsmo se convirti¨® en solidaridad y el Bar?a complet¨® un equipo que ha alcanzado la Liga, la Copa y la Champions.
Bartomeu:¡°Abrimos otro ciclo¡±
La mayor¨ªa de analistas coinciden en que el mayor m¨¦rito del Bar?a ha sido conseguir que sus delanteros congeniaran cuando se anunciaba un conflicto de intereses por la condici¨®n de figuras de Messi, Neymar y Luis Su¨¢rez. El brasile?o y el uruguayo han conseguido progresivamente tener incluso el mismo trato que el argentino: nunca son sustituidos. Incluso Pedro ha aceptado renovar aun cuando sabe que es el cuarto delantero. Habr¨¢ que ver c¨®mo administra el t¨¦cnico las rotaciones la pr¨®xima temporada para no provocar los celos del tr¨ªo de delanteros.
Bartomeu no tiene ninguna duda sobre el futuro del Bar?a. ¡°Abrimos otro ciclo. Tenemos un equipo nuevo con jugadores j¨®venes¡±, afirm¨® el presidente del Barcelona a su llegada de Berl¨ªn.
Aseguraba Guardiola despu¨¦s de dejar al Barcelona que el reto del club era procurar que Messi fuera feliz. El 10 ha recuperado su posici¨®n inicial de falso extremo derecho para dar entrada a Su¨¢rez como 9 cl¨¢sico, una figura que no ten¨ªa sentido cuando el hoy t¨¦cnico del Bayern M¨²nich entrenaba en el Camp Nou. ¡°El Bar?a tiene hoy el mejor contraataque del mundo¡±, sentenci¨® Guardiola tras enfrentarse al Bar?a.
El actual Bar?a es un compendio de muchas de las virtudes de sus progenitores: ha tenido arrebatos propios del dream team de Cruyff, desacomplejado e intuitivo, y momentos de equilibrio, belleza y presi¨®n de los tiempos de Guardiola. A Luis Enrique le han salido bien las rotaciones, ha sido capital para la buena salud de los futbolistas y la recuperaci¨®n de la cultura del esfuerzo y sobre todo se ha negado a firmar una temporada de transici¨®n en su debut en el banquillo del Camp Nou. Si el plantel explot¨® despu¨¦s de Anoeta no solo fue por Messi sino tambi¨¦n por Luis Enrique. Ah¨ª naci¨® el compromiso de que el equipo jugara para los tres delanteros a cambio de que los tres delanteros har¨ªan campe¨®n al equipo. Atacar con un 9 cl¨¢sico como Luis Su¨¢rez no era ning¨²n pecado ni tampoco se traicionaba la ideolog¨ªa azulgrana por poner a Rakitic.
Messi (58), Neymar (39) y Su¨¢rez (25) han marcado 122 goles; la defensa ha encajado menos tantos que nunca pese a que era la misma del curso pasado; y los centrocampistas han tenido un gran protagonismo en la ¨²ltima final: Iniesta fue nombrado el m¨¢s valioso de Berl¨ªn, Busquets fue decisivo en la lectura inteligente del partido, Xavi aport¨® unos minutos de calidad soberbios y Rakitic marc¨® el 0-1 y arm¨® el 1-2. Un dato in¨¦dito si tenemos en cuenta los goleadores de las anteriores Champions. Anot¨® Koeman de falta en Wembley; tambi¨¦n fue decisivo un defensa como Belletti, adem¨¢s de Eto¡¯o, para conquistar Par¨ªs; y los delanteros descerrajaron Roma (Messi y Eto¡¯o) y Londres (Pedro, Messi y Villa).
Han sido 50 victorias en 60 partidos. Vencieron al Atl¨¦tico y al Madrid en la Liga, al Athletic en la Copa y superaron al campe¨®n de Inglaterra (Manchester City), Francia (PSG), Alemania (Bayern) e Italia (Juventus) para levantar la Champions. Messi ha sido m¨¢s ambicioso que Ronaldinho. Los jugadores se maldijeron cuando se abandonaron y no dieron continuidad al triunfo en Par¨ªs. No quer¨ªan que ahora se repitiera la historia despu¨¦s de un a?o en blanco con Martino. Hab¨ªa que agitar el vestuario a partir de las propuestas de Zubizarreta, el car¨¢cter de Luis Enrique y el compromiso de Messi. Alrededor del 10, el Barcelona no se concedi¨® ni un respiro despu¨¦s de perder con la Real.
Simplific¨® el juego
Hab¨ªa prisa por ganar, de manera que el juego tambi¨¦n se simplific¨® cuando fue necesario, no se consider¨® pecado jugar al espacio y contraatacar con cuatro pases en lugar de combinar 20 toques, obstinados todos en el triplete. Alcanzado el objetivo, hay que replantearse el futuro y darle vueltas de nuevo a la idea para evitar que el equipo se duerma en la gloria, una prioridad que exige una direcci¨®n t¨¦cnica s¨®lida m¨¢s que una gesti¨®n presidencialista, condicionado el club por las pr¨®ximas elecciones. Si los proyectos de Luis Enrique dif¨ªcilmente duran m¨¢s de un a?o, no es extra?o que se replantee su futuro despu¨¦s de ganar la triple corona en su estreno. Lo de este a?o ha salido bien, pero dif¨ªcilmente tendr¨¢ el mismo resultado si se repite. El Bar?a se confundir¨ªa si piensa que el truco estaba en despedir a Zubizarreta, precisamente buen conocedor de Cruyff, de Guardiola, de Luis Enrique y de Messi.
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