M¨¦xico 0 - Bolivia 0: Cenicienta y los pitufos se quedan sin magia
La selecci¨®n norteamericana, pese a su juego superior, empata con la cenicienta del torneo
El paso del mito al logos nunca se complet¨®. La haza?a griega de buscar una explicaci¨®n racional al mundo siempre ha sido deficitaria. En todo relato de lo sucedido quedan aspectos oscuros, bosques poblados de sombras y leyenda. Para muchos forman el h¨¢bitat natural de seres esquivos, de ¨¢ngeles y demonios, de gigantes y hechiceros. Descubrirlos es cuesti¨®n de fe y suerte, pero en el f¨²tbol, en ocasiones, se da uno de bruces con ellos. Y en masa. Eso ocurri¨® esta tarde en el g¨¦lido estadio Sausalito, en Vi?a de Mar (Chile), donde los espectadores se encontraron sobre el c¨¦sped lo m¨¢s parecido a la cenicienta y los pitufos. Es decir, a la selecci¨®n de Bolivia, la m¨¢s humilde y abnegada de la Copa de Am¨¦rica, y la de M¨¦xico, reducida hasta el infinito con la idea de reservar a sus grandes figuras para un futuro torneo regional. Con estas premisas, el resultado fue poco motivador: 0-0. Un empate sin magia, pero lleno de realidad. Amargo para M¨¦xico, un poco m¨¢s dulce para Bolivia.
Arranc¨® mal el partido. El primer tiempo transcurri¨® en la nada futbol¨ªstica. Dos adversarios que se tanteaban en la distancia. No fue hasta la segunda parte cuando el equipo mexicano impuso su ritmo. Desenred¨® poco a poco sus l¨ªneas, gan¨® espacios y, en los pies prodigiosos de Tecatito Corona, hubo instantes en que record¨® a la selecci¨®n que asombr¨® al mundo en Brasil. El gol, sin embargo, no lleg¨®. M¨¦xico, muy superior, se hizo merecedora de la visita del hada. Pero ese no era su papel esa tarde. Tampoco hubo para Bolivia carroza dorada ni zapatito de cristal. En el campo se le vio como un equipo luchador, pegado a tierra, pero sin veneno. Habr¨ªa necesitado dosis mucho m¨¢s elevadas para derribar a su adversario.?
Desaparecida la magia, el partido fue m¨¢s racional que otra cosa. Si hubieran sido grandes selecciones, se habr¨ªa dicho que fue un encuentro vibrante. Trat¨¢ndose de Bolivia y la disminuida M¨¦xico, se qued¨® en desle¨ªdo. Puro empate. No es el peor comienzo. Sobre la hierba se vio a dos selecciones opacas, pero ganas de hacer algo. El qu¨¦, no se sabe muy bien. Habr¨¢ que esperar a futuros partidos. Sobre todo, al duelo con Chile. Entretanto, habr¨¢ expectaci¨®n y misterio. La racionalidad, en el f¨²tbol, nunca es completa.
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