No son ¡°chavalitas¡±
M¨¢s que un mot¨ªn, el enfrentamiento de las jugadoras de la selecci¨®n femenina contra su entrenador es un "basta ya"
Desde que cay¨® la selecci¨®n a las primeras de cambio en el Mundial, el f¨²tbol femenino espa?ol est¨¢ en guerra. Las jugadoras contra su seleccionador, Ignacio Quereda, que lleva 27 a?os en el cargo y tiene fama de duro y anticuado. Algunos lo llaman mot¨ªn, pero suena m¨¢s a grito de rabia, a un ¡°basta ya¡± que quiz¨¢ haya tardado demasiado.
Porque aunque lo revistan de razones deportivas, que anteponen a todo lo dem¨¢s, el cambio ansiado por las jugadoras va m¨¢s all¨¢. Lo que piden es un cambio de siglo, una modernizaci¨®n para ser tratadas como profesionales y no como ¡°chavalitas¡±, que es como dicen que las llama Quereda; para poder preparar los partidos con seriedad; para no volver a escuchar: ¡°A ver qui¨¦n hace de mujer y me pone el caf¨¦¡±, como recordaba en el diario Marca una jugadora que oy¨® decir al seleccionador.
Habr¨¢ quien cuestione el momento de la queja, tras el fracaso en el primer Mundial de su historia, pero eso es lo de menos. M¨¢s si se tiene en cuenta que la historia viene de lejos, que ya hubo antes runr¨²n de quejas sin que nada cambiara; que hay jugadoras como Laura del R¨ªo que no volvieron a una convocatoria tras enfrentarse a la situaci¨®n.
Es m¨¢s importante atender al contenido de la protesta (deportiva y de trato) y observar que no hay fisuras entre las jugadoras (con su estrella Vero Boquete al frente) y que estas han recibido apoyo de los seguidores del f¨²tbol femenino (#nosois23somostodoelfutfem). Es dif¨ªcil pensar en un ¨¢mbito profesional cualquiera donde un plante as¨ª no tendr¨ªa consecuencias.
Lo que quieren las jugadoras, algunas de ellas profesionales de Ligas extranjeras, es que las tomen en serio. Una selecci¨®n capaz de clasificarse para un Mundial merece disponer de los medios adecuados para prepararlo, sus protagonistas merecen el reconocimiento de su trabajo. Pero sobre todo estas mujeres (las que estuvieron antes, las que se han plantado y las que vendr¨¢n) merecen ser tratadas con respeto, como deportistas adultas y no como ni?as caprichosas. Y el f¨²tbol merece desterrar para siempre comportamientos machistas que sonrojar¨ªan en otros pa¨ªses.
Pero Quereda se resiste a dimitir. Un problema m¨¢s para ?ngel Mar¨ªa Villar, que fue quien le nombr¨®, que va de l¨ªo en l¨ªo (el enfrentamiento con el CSD y la Liga, el esc¨¢ndalo de la FIFA y ahora el plante de las jugadoras de la selecci¨®n) y que a¨²n no se ha reunido con las futbolistas. El presidente de la Federaci¨®n es famoso por resistirse al cambio. Ahora tiene la oportunidad de cambiar.
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