Las jugadoras, en 1996: ¡°Quereda menosprecia el f¨²tbol femenino¡±
La selecci¨®n espa?ola protagoniz¨® hace 19 a?os mot¨ªn contra su entrenador similar al del Mundial de Canad¨¢ Enviaron una carta a la Federaci¨®n pidiendo la dimisi¨®n del t¨¦cnico, pero no hubo respuesta
Data de 1996, pero por el contenido podr¨ªa haberse escrito en 2015. Es el grito de desesperaci¨®n de la selecci¨®n femenina contra Ignacio Quereda, pero hace 19 a?os, cuando el t¨¦cnico solo llevaba ocho como seleccionador. El revuelo generado ahora por las jugadoras de la selecci¨®n tras la eliminaci¨®n en la fase de grupos del Mundial de Canad¨¢ ha unido al f¨²tbol femenino y ha activado a las veteranas. Algunas de ellas intentaron un mot¨ªn similar con un mensaje muy parecido: falta de entrenamiento y trato inadecuado de Quereda a las futbolistas. El objetivo tambi¨¦n es id¨¦ntico: su dimisi¨®n.
Las jugadoras escribieron la carta en Suecia, en el hotel Wisby, durante una concentraci¨®n. Se reunieron en una habitaci¨®n, empezaron a dar ideas y el resultado fue una misiva manuscrita, a la que ha tenido acceso EL PA?S, y que contiene elementos demoledores contra Quereda: ¡°Menosprecia el f¨²tbol femenino en general por ser un desconocedor de esta parcela¡±.
Era otra ¨¦poca. Sin WhatsApp, Facebook, ni ordenadores de f¨¢cil acceso. Despu¨¦s de su redacci¨®n, las jugadoras entregaron la carta al seleccionador. El mot¨ªn lleg¨® a o¨ªdos de Mar¨ªa Teresa Andreu, que entonces era la responsable federativa del f¨²tbol femenino.Quereda se la dio a ?ngel Mar¨ªa Villar, presidente de la Federaci¨®n. ¡°Fui a hablar con Villar y defend¨ª la carta, pero dijo que no quer¨ªa ning¨²n cambio¡±, asegura ahora Andreu. ¡°Yo nombr¨¦ a Nacho y por dos veces lo quise cesar¡±, a?ade.
Las jugadoras nunca obtuvieron respuesta. Ahora Quereda est¨¢ en la cuerda floja, pero la carta refleja que la federaci¨®n ya ten¨ªa noticias de sus m¨¦todos y sus formas hace 20 a?os y no hizo nada.
Las futbolistas expusieron dos bloques para argumentar su petici¨®n: los motivos humanos y los deportivos. Entre los primeros se encuentran acusaciones muy duras para un entrenador: ¡°Su forma de ser hace que las jugadoras se sientan inc¨®modas, provocando una incomunicaci¨®n y una disminuci¨®n del rendimiento deportivo¡±; ¡°Utilizar estrategias de intimidaci¨®n con ciertas jugadoras para sonsacar temas personales a nivel individual y grupal¡±; ¡°No reconocer nunca sus errores¡±; ¡°Ser un desconocedor total y rotundo de la psicolog¨ªa femenina¡±; ¡°Abusar de su autoridad para tomar decisiones, a pesar de que no beneficien al grupo¡±. En los motivos deportivos se apuntaba a la falta de preparaci¨®n: ¡°Pobreza de los entrenamientos, mon¨®tonos y repetitivos¡±.
La ¨²nica repercusi¨®n que tuvo esta rebeli¨®n fue que Bego?a J¨¢uregui, quien escribi¨® la misiva de su pu?o y letra, no volvi¨® a una convocatoria. ¡°A m¨ª, antes Nacho [Quereda] me adoraba¡±, recuerda ahora. A sus 42 a?os, la situaci¨®n que vive en este momento el f¨²tbol femenino le ha removido cosas que guardaba desde entonces. ¡°A algunas les daba verg¨¹enza contar lo que les pasaba¡±, asegura. Catorce compa?eras firmaron junto a ella aquella carta, como Mar Prieto, Roser Serra, Rosa Castillo, Mar¨ªa Antonia Is, Esther Torner, Beatriz Garc¨ªa, Puri Cano, Nagore, Marina Torres, Susana Alsina y Maider Castillo. Y como ha ocurrido ahora, su voz, dec¨ªan, era la de todo el f¨²tbol femenino.
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