El bielsismo conquista Am¨¦rica

Hace algunos a?os, Jorge Valdano contaba que durante un viaje a Buenos Aires fue a ver un partido del V¨¦lez Sarsfield que entrenaba su amigo Marcelo el Loco Bielsa. Promediando el segundo tiempo, cuando el t¨¦cnico rosarino se dispon¨ªa a hacer un cambio, una se?ora mayor sentada en la fila de adelante se dio la vuelta: ¡°Va a ver que quita a Posse¡±. Una vez efectuada la sustituci¨®n y con el delantero que a?os despu¨¦s ser¨ªa figura en el Espanyol fuera del campo, la mujer volvi¨® a girarse: ¡°?Vio? ?Qu¨¦ le dije? Usted que sabe, se?or Valdano, ?me puede explicar por qu¨¦ este hombre siempre quita al mejor?¡±.

Nunca fue f¨¢cil entender a Marcelo Bielsa. Suele ocurrir con los pioneros, los que abren v¨ªas inexploradas, los que eligen conductas diferentes a las habituales. Pero la experiencia indica que quienes hacen el esfuerzo suelen convertirse en seguidores fervientes de su manera de ver, pensar y sentir el juego, un estilo que encuentra pocas similitudes en el f¨²tbol mundial.

En 1990, cuando conoci¨® al Loco, el actual entrenador de Argentina Gerardo Tata Martino ya contaba 28 a?os, era ¨ªdolo del Newell¡¯s Old Boys y ten¨ªa un t¨ªtulo de campe¨®n en el bolsillo. Apenas unos a?os antes, Jorge Sampaoli, hoy t¨¦cnico de Chile, dirig¨ªa a un club de Casilda, su pueblo distante 50 kil¨®metros de Rosario, cuando descubri¨® a Bielsa quien trabajaba en las categor¨ªas juveniles del club donde comenz¨® a jugar Lionel Messi. La seducci¨®n fue la misma.

¡°Llegu¨¦ a ser bielsadependiente¡±, admiti¨® en su d¨ªa el hombre que quiere llevar a La Roja a conquistar este s¨¢bado el primer t¨ªtulo de su historia, ¡°sal¨ªa a correr escuchando cintas con sus conferencias de prensa¡±. En la acera de enfrente, quien pretende cerrar en esta Copa Am¨¦rica un per¨ªodo de 22 a?os sin ¨¦xitos para la Albiceleste explicaba: ¡°Bielsa es el mejor porque explica muy bien, entusiasma, es innovador y adem¨¢s marca una l¨ªnea de conducta que tiene que ver con la seriedad, la ¨¦tica y la honestidad¡±.

Marcelo Bielsa no estar¨¢ presente en el estadio Nacional de Santiago cuando empiece a rodar el bal¨®n en la final de la Copa Am¨¦rica, pero su presencia sobrevolar¨¢ el c¨¦sped porque la manera de jugar de ambos equipos hablar¨¢ por ¨¦l. ¡°Bielsa supo impregnar a los jugadores de la conciencia y la necesidad de competir a partir de un sistema de trabajo y de una propuesta de juego definida¡± , analiza Danilo D¨ªaz, periodista chileno del diario El Mercurio y el canal de televisi¨®n DirecTV.

El Loco entren¨® a Chile entre 2007 y 2011 y marc¨® un camino que hoy contin¨²a Sampaoli, quien asumi¨® el cargo en diciembre de 2012: ¡°El jugador chileno se convenci¨® de que los par¨¢metros que mostr¨® Bielsa eran la ¨²nica f¨®rmula para competir, la que le otorga seguridad y ambici¨®n. Y Sampaoli reafirm¨® esa v¨ªa¡±, subraya D¨ªaz.

Al f¨²tbol argentino le cost¨® mucho m¨¢s reconocer el bielsismo como senda alternativa al viejo debate entre menottistas y bilardistas. El entrenador rosarino estuvo al frente de la selecci¨®n Albiceleste desde 1998 al 2004, y fue capaz incluso de superar el fracaso del Mundial 2002, cuando Argentina fue eliminada en la primera fase. Pero sus ideas no calaron tan hondo. Hasta que el Tata Martino comenz¨® a rescatarlas. Primero en el Newell¡¯s que los uni¨®, donde logr¨® el t¨ªtulo de campe¨®n en 2013, y ahora en la selecci¨®n.

¡°La Argentina de Bielsa era tan vertical como lo fue el equipo de Martino en la semifinal contra Paraguay¡±, analiza el periodista argentino Alejandro Fabbri, comentarista televisivo en TyC Sports y F¨²tbol para Todos. ¡°Hay algunas variantes posicionales y t¨¢cticas, y podr¨ªa decirse que Martino es m¨¢s cuidadoso y se expone menos defensivamente. Bielsa, en cambio, no tiene grises, y a veces lo paga caro ante equipos superiores o similares. Pero las diferencias son pocas¡±.

En 2011, el Loco se fue a dirigir Europa, tal vez sin saber que su pr¨¦dica, sus ideas, su manera de ver y entender el f¨²tbol y la vida iban a mantener su vigencia al otro lado del Atl¨¢ntico. Pero ocurri¨®, y de tal manera, que cuatro a?os despu¨¦s el bielsismo acab¨® conquistando Am¨¦rica.