Martino seca a las figuras argentinas a base de pelotazos
El seleccionador argentino pone ¨¦nfasis en saltar l¨ªneas, desconecta a Messi y cede la iniciativa al rival
El centro y el sur de Chile sufren la peor sequ¨ªa desde que se registran las precipitaciones, hace siglo y medio. Las dos vertientes de la cordillera aparecen ocres, peladas, sin nieve. El d¨ªa de la final amaneci¨® previsiblemente soleado en Santiago. Brillaba el cielo azul y, en julio, mes hist¨®ricamente fr¨ªo, los aficionados acudieron al estadio ligeros de ropa. Unos con un ch¨¢ndal, otros con camiseta. El invierno recalentado parec¨ªa propiciar el buen juego. Pero lo que vio la hinchada en el Estadio Nacional fue emocionante y pobre a un tiempo. Primero la eclosi¨®n de banderas, el derroche de sentimentalismo nacionalista, y los himnos. Despu¨¦s un partido feo. Pulcramente jugado por Chile, ordenado, pero sin brillo en los metros finales. Horriblemente mal jugado por Argentina, sin otro recurso que la agrupaci¨®n y el pelotazo.
El trabajo de Gerardo Martino result¨® decepcionante al cabo del torneo. El t¨¦cnico no supo conectar a Messi a la cadena productiva de una selecci¨®n plagada de talento. Ante las dudas, cuando el rival presion¨®, mand¨® a sus jugadores que saltaran l¨ªneas con balones largos. El recurso m¨¢s viejo, rampl¨®n e ineficaz que se puede implantar en un equipo que cuenta con Messi.
"Vi un partido parejo", dijo Martino, cuando la derrota se hab¨ªa consumado. El tono fue de descargo, pero implic¨® una confesi¨®n. Equiparar a Medel con Messi; igualar a Vargas con Ag¨¹ero, entra?a una disfunci¨®n t¨¢ctica. Un error de funcionamiento provocado por el adversario. Una victoria del t¨¦cnico de Chile sobre el t¨¦cnico de Argentina.
La insistencia de Mascherano, Romero o Biglia en los desplazamientos largos reforz¨® a Chile. En los duelos a¨¦reos, en la segunda jugada, en las pelotas divididas, prevalecieron D¨ªaz, Medel, Silva y Vidal, m¨¢s aptos para la fricci¨®n que los atacantes argentinos. Por esta v¨ªa Chile se afianz¨® en la posesi¨®n del bal¨®n y Argentina perdi¨® los rasgos diferenciales, incapaz de encontrar a Messi o Pastore m¨¢s que incidentalmente.
Olvid¨® Martino un principio que Sampaoli supo inculcar en sus jugadores: el primer pase es el m¨¢s importante. Sin que sus compa?eros de la retaguardia supieran c¨®mo iniciar limpiamente las jugadas, las figuras del equipo extranjero se condenaron a correr detr¨¢s del enemigo. Sobrevoladas por una lluvia de pelotazos, heraldos de la sequ¨ªa del f¨²tbol.
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