EE UU vence con pasividad a una Honduras emocionante
El equipo hondure?o planta cara con coraje al favorito, que se lleva el partido (2-1) a base de paciencia y defensa
Al tiempo que el equipo femenino de f¨²tbol de Estados Unidos celebraba la Copa del Mundo por las calles de Los ?ngeles, California, el equipo masculino debutaba este martes en la Copa Oro con la misma responsabilidad de responder a su condici¨®n de favorito. Una selecci¨®n de Honduras que se vaci¨® en el campo estuvo a punto de amargar el debut. La victoria de EE UU (2-1) le da a sus aficionados la tranquilidad con la que esperan pasar la primera fase, pero les dej¨® tambi¨¦n con muchas dudas sobre la supuesta capacidad para imponerse a cualquier selecci¨®n que no sea M¨¦xico.
Estados Unidos acoge esta edici¨®n de la Copa Oro de la Concacaf (Norteam¨¦rica, Centroam¨¦rica y caribe) con la confianza de renovar su t¨ªtulo de 2013. Las apuestas no dudan en situarlo como campe¨®n de un grupo que comparte con las selecciones de Honduras, Panam¨¢ y Hait¨ª. El equipo de Jurgen Klinsmann se consagr¨® como una selecci¨®n competitiva de clase media capaz de meter en problemas a cualquier equipo europeo o americano en la pasada Copa del Mundo. Estados Unidos ha ganado la Copa Oro cinco veces, frente a seis de M¨¦xico.
Pero Honduras nunca acept¨® su papel de sparring del favorito y anfitri¨®n. Anthony Choco Lozano avis¨® a los dos minutos de que el partido se pod¨ªa complicar de manera importante para Estados Unidos solo con que el equipo de Honduras consiguiera hacerle llegar la pelota medio limpia cerca del ¨¢rea. El orden y la tranquilidad que Klinsmann ha dado a EE UU se vio sorprendido en los primeros minutos por unos hondure?os que salieron decididos a ganar todas y cada una de las carreras del partido, ¨²tiles o no.
Klinsmann insiste en que en el f¨²tbol es importante no desesperarse, no perder la cabeza. Mientras, Pinto hab¨ªa declarado antes del partido que Honduras, al menos, iba a ganar en actitud. Las palabras se tradujeron en hechos desde el primer minuto. A los cinco minutos Honduras hab¨ªa tirado dos veces a puerta y a los 10, John Brooks, jugador clave en el cierre defensivo de EE UU, ya ten¨ªa una tarjeta amarilla. Al rato, el h¨¦roe de EE UU estaba siendo el portero Brad Guzman (Aston Villa), que tiene la responsabilidad de hacerse con el puesto tras el legendario Tim Howard.
En esta situaci¨®n, Estados Unidos obtuvo su premio en una carambola. Un rebote en el ¨¢rea tras una excelente parada de Donis Escober que encontr¨® la cabeza de Clint Dempsey. Minuto 24 y los esfuerzos de Honduras ya amenazaban con desfondar al equipo antes de tiempo sin haber logrado ventaja alguna que le permitiera resistir la segunda parte. Honduras se ve¨ªa a la media hora de partido perdiendo sin haber bajado los brazos un segundo. Un ¨²ltimo disparo rabioso de Andy Najar antes del pitido fue un excelente resumen de la primera parte.
A la hora de juego, Klinsmann retir¨® al delantero Altidore, enredado en exceso ante la defensa hondure?a, por Chris Wondolowski. Estados Unidos daba sensaci¨®n de poca potencia en el ataque comparado con Honduras. La paciencia de EE UU no parec¨ªa tener detr¨¢s una idea de juego que la sostuviese. Una jugada a bal¨®n parado en el 63 y un remate de cabeza de Dempsey, inexplicablemente solo, dieron a EE UU el segundo gol definitivo.
Honduras demostr¨®, sin embargo, que la capacidad de EE UU para hacer goles quir¨²rgicos con pases al ¨¢rea no siempre le va a ser suficiente. El tanto de Honduras fue un golazo de Carlos Discua, en el primer bal¨®n que tocaba al minuto de salir al campo. No hizo m¨¢s que concretar lo que el equipo ven¨ªa haciendo todo el partido y sigui¨® haciendo hasta el final. Como ese pudieron haber entrado otros dos.
Estados Unidos baj¨® los brazos en los ¨²ltimos 20 minutos, sin ideas y sin capacidad para avanzar ante una Honduras que, contra todo pron¨®stico, a esas alturas no se hab¨ªa cansado de correr. Todav¨ªa llegar¨ªa un fallo a puerta vac¨ªa en el 81 y un tiro libre en el descuento que ahondaron la amargura de Honduras ante la evidencia de que EE UU les hab¨ªa ganado sin jugar, en un golpe de frialdad y otro de suerte.
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