El d¨ªa de la marmota
Entre todos los candidatos elegibles del Bar?a, el socio ha elegido el ¨²nico encausado en una causa penal
Entre todos los candidatos elegibles del Bar?a, el socio ha elegido el ¨²nico encausado en una causa penal. En ese sentido, en el Bar?a ha ganado, es decir, ha votado, un sector del electorado peninsular determinante, una escuela de pensamiento sobre el sentido tr¨¢gico de la vida que adquiere la forma de PP valenciano o madrile?o, de PSOE andaluz, de CDC/CiU o como se llame en breve para burlar al FBI en los aeropuertos. Si el Bar?a es un indicio de lo que vota Catalu?a, dan ganas de pedir asilo pol¨ªtico en Corea del Norte. Afortunadamente, el soci no es del todo extrapolable, y tiende a ser a¨²n m¨¢s senil, cr¨¦dulo y friqui que el electorado medio.
El Bar?a democr¨¢tico, construido por ese socio que vot¨® a N¨²?ez, e interrumpido brevemente por Laporta, hasta que Laporta dej¨® de interrumpir nada, sigue siendo fiel a s¨ª mismo. Una instituci¨®n que vota al poder a cambio de muy poco. Ese poco ¡ªnada; discursos forofos que hacen re¨ªr a los candidatos, cuidado a las pe?as, la promesa eterna de que no se vender¨¢ ese patrimonio que peri¨®dicamente se va vendiendo, y que tal vez ya no pinta nada en las arcas del club¡ª, es lo que aparece en unas campa?as, primero, y en una gesti¨®n, despu¨¦s, en la que no se habla de lo que es el Bar?a, esa actividad extradeportiva. El Bar?a, en fin, es una empresa incomprensible, con unos beneficios incomprensibles, que s¨®lo parecen comprender personas al filo de lo legal, o varios metros m¨¢s all¨¢ de ese filo.
Sandro Rosell, en cierta manera lo que ha votado el socio votando lo que ha votado, parece que hizo adentrarse unos cent¨ªmetros al Bar?a en esa l¨®gica paraempresarial extra?a, que parece ser el estilo de otros clubes incomprensibles, como el Madrid de Florentino, ese equipo que puede perderlo todo y, encima, facturar lo que no est¨¢ escrito. Recuerdo que le hice una entrevista a Rosell en las ¨²ltimas elecciones. Hablamos de sus causas pendientes con la justicia brasile?a. Las neg¨®. En vez de dar m¨¢s explicaciones, opt¨® por darme su palabra bajo esta f¨®rmula: ¡°Et dono la paraula com a ex-alumne del Costa i LLobera". A los pocos meses, se vio que esa palabra val¨ªa poco. El Costa i Llobera, un colegio cooperativo, ligado al catalanismo progresista y a la renovaci¨®n pedag¨®gica, hoy es una escuela p¨²blica. En los tiempos de Rosell, por cierto, tuvo como alumnos, adem¨¢s de a Rosell, a los hermanos Pujol y a los hermanos Puig. Personas que, en fin, tambi¨¦n conocen funcionamiento de otras instituciones incomprensibles. En el Bar?a, se ha vuelto a optar por ellos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.