Nadal recupera la gloria
El tenista espa?ol se impone en un duelo tenso y electrizante a Fognini (7-5 y 7-5) para festejar el t¨ªtulo de Hamburgo
Tras caer en Wimbledon ante Dustin Brown, un rastafari que le peg¨® bien plano a la bola y al que le entr¨® todo, Rafa Nadal compareci¨® ante los medios alica¨ªdo, apesadumbrado porque no acababa de recuperar su tenis m¨¢s que a sorbos. Insuficientes. Se dispararon entonces variopintas tesis del mal momento del tenista, que desde el Roland Garrros de 2014 viv¨ªa demasiados sinsabores s¨®lo aderezados por dos t¨ªtulos menores como Buenos Aires y Stuttgart. ¡°Rafa tiene que buscarse a un maldito nuevo entrenador. Ya es hora de que entre savia nueva en su equipo¡±, se?al¨® John McEnroe, ganador de siete grandes. Para Nadal, sin embargo, la receta era la misma de siempre. ¡°Seguiremos creyendo que desde el trabajo las cosas se pueden cambiar¡±, expuso en el Old England Club. Menos de un mes despu¨¦s, parece llevar raz¨®n porque en un duelo electrizante ante el italiano Fabio Fognini (32? de la ATP), partido de golpes plomizos y largo (2horas y 34 minutos), volvi¨® a ganar un t¨ªtulo. Fue el Open de Hamburgo, un ATP 500; y le supo a gloria. Tambi¨¦n le dej¨® exhausto.
Resulta que en el momento de los discursos, Nadal se tir¨® la mano a la pierna derecha. ¡°Vais a tener que traer una camilla para que pueda salir de aqu¨ª, estoy acalambrado¡±, dijo entre sonrisas. Y cuando felicitaba a su contrincante, con el que hubo algo m¨¢s que tensi¨®n porque en el segundo set se quej¨® del tiempo que tardaba en poner la pelota en juego ¨C¡°No me rompas los huevos porque siempre es lo mismo, siempre igual¡±, le solt¨® en un intercambio de pista-, debi¨® de parar y ponerse a estirar por los fuertes calambres. Algo parecido le sucedi¨® en 2011, despu¨¦s de conquistar el US Open ante Nalbandian, cuando se retorc¨ªa en la silla de la sala de prensa. Pero entonces, como en esta ocasi¨®n, impuso su tenis y su cabeza fr¨ªa y conquistadora en los momentos claves del encuentro.
Nadal entendi¨® que deb¨ªa madurar el partido, que no se acabar¨ªa por la v¨ªa r¨¢pida. La paciencia y la mentalidad ganadora hab¨ªan regresado
Perdido el miedo y el respeto porque ya le venci¨® en las dos ¨²ltimas ocasiones ¨Ccay¨®, sin embargo, en las cuatro primeras-, Fognini arranc¨® el duelo de forma abrumadora, con golpes profundos, atornillado sobre la l¨ªnea de fondo para mover y arrinconar a Nadal con sucesivas r¨¢fagas de latigazos. Era un mazo continuo, un martillo pil¨®n. As¨ª que entendi¨® Nadal que deb¨ªa madurar el partido, que no se acabar¨ªa por la v¨ªa r¨¢pida. Algo que qued¨® claro de buenas a primeras porque tardaron 12 minutos en dilucidar el primer juego. Fue un break, como en los tres siguientes juegos. Ninguno es un primor al servicio, por lo que el pr¨ªncipe del resto ser¨ªa el rey del partido. Jauja para Nadal.
La t¨¢ctica de Nadal, la t¨¢ctica de pasabolas con mala baba, funcionaba. Trazaba drives liftados y reveses cortados; el arte de la defensa. Y sufr¨ªa Fognini, que tiene escasa activaci¨®n de pies ¨Cpor m¨¢s que sea rapid¨ªsimo en el sprint-, porque considera que con su tenis le alcanza para superar cualquier escollo. Y ese paso de menos fue su tumba. 7 a 5 para Nadal.
M¨¢s suelto, Rafa prob¨® en la central de Rothenbaum Club la alternancia de golpes en la segunda manga, con derechazos profundos, algunos cruzados y con efecto envenenado, otros planos y paralelos. El problema resid¨ªa en esas bolas a media pista, impactos en los que no acababa el golpe y la pelota, d¨®cil, se quedaba corta, por lo que Fognini, siempre impetuoso, se abalanzaba para disparar a quemarropa. Era una lluvia de palos que desfigurar¨ªa a cualquiera. A cualquiera menos a Nadal, que aguant¨® en el fondo de la pista las embestidas sin perder su toque ni su parsimonia, por m¨¢s que el italiano le diera la vuelta a un 3-1 para ponerse 4 a 3, despu¨¦s 5 a 4. Ning¨²n mal gesto, todo positivismo reconvertido en tenis de altos quilates que le vali¨® para salvar dos puntos de set en contra. Nadal y su entereza mental al cubo; el Nadal de siempre; el Nadal que gana (7-5 en el segundo set). Fue en Hamburgo, pero fue a tiempo para demostrar que con trabajo y tenis, todo es posible.
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