La sombra de Phelps se alarga hasta Kaz¨¢n

La sombra de Michael Phelps se prolong¨® desde San Antonio, en Texas, donde se celebran los campeonatos nacionales estadounidenses, hasta flotar sobre Tartarist¨¢n, el rinc¨®n de la Rusia central donde ayer concluyeron los Mundiales de Nataci¨®n en la ciudad de Kaz¨¢n. Las fulgurantes marcas que el mejor nadador de todos los tiempos logr¨® este fin de semana en 200 y 100 mariposa, sus pruebas fetiche, tuvieron tal impacto que oscurecieron a todas las estrellas masculinas reunidas en la piscina del estadio del Rubin. Solo las mujeres rindieron completamente a la audiencia en unos campeonatos que sol¨ªan generar mejores resultados en el a?o preol¨ªmpico.

Los equipos destacaron m¨¢s que los individuos en Kaz¨¢n. El estadounidense Ryan Lochte se mostr¨® m¨¢s pesado que en otras ocasiones porque tiene 31 a?os y emerg¨ªa despu¨¦s de dos a?os de inactividad; el potent¨ªsimo brit¨¢nico Adam Peaty porque su r¨¦cord en 50 braza no tiene relevancia ol¨ªmpica; el retador Chad le Clos porque fue incapaz de imponerse al crepuscular Cseh en los 200 mariposa; y el chino Sun Yang porque empa?¨® su prestigio renunciando a nadar la final de los 1.500 sin previo aviso, en un bochornoso episodio de cierre de jornada para un torneo que la FINA y el anfitri¨®n organizaron con solvencia.

Ninguna actuaci¨®n masculina sobrecogi¨® tanto a los excursionistas como las resonancias de las haza?as de Phelps en Texas. Hab¨ªa demasiados ingredientes en contra del nadador norteamericano como para que sus obras no adquirieran un trasfondo ¨¦pico. Si su tiempo en 200 mariposa, 1m 53,94s, est¨¢ a cuatro d¨¦cimas de su marca en los Juegos de Londres, donde consigui¨® la plata, los 50,45s en 100 constituyen la segunda mejor marca de siempre con ba?ador textil, solo cinco cent¨¦simas por encima del tiempo de Ian Crocker en su legendaria actuaci¨®n de los Mundiales de Montreal, en 2005. Con 30 a?os, despu¨¦s de dos temporadas sin apenas entrenar, y compitiendo contra s¨ª mismo en una piscina a la que nadie habr¨ªa prestado atenci¨®n de no haber sido por ¨¦l, el logro de Phelps merece el asombro general.

Phelps no estuvo en Rusia porque su propia federaci¨®n lo sancion¨® para predicar con el ejemplo, Frank Busch, t¨¦cnico universitario de leyenda y actual director de los equipos de USA Swimming, ofreci¨® un discurso de puritano emocionado, ayer en Kaz¨¢n. ¡°Cuando Michael se someti¨® a rehabilitaci¨®n se convirti¨® en un hombre diferente¡±, dijo Busch, recordando que el campe¨®n fue detenido hace un a?o por conducir borracho y luego se intern¨® en una cl¨ªnica que prometi¨® curarle una presunta adicci¨®n al alcohol y al juego.

"Ha ordenado su vida", prosigui¨® el t¨¦cnico, ¡°de modo que puede sentirse orgulloso de haber superado la adversidad para afrontar retos que le hagan sentirse bien como ser humano. Lo m¨¢s importante es c¨®mo ha cambiado su vida. Para m¨ª tiene todo el cr¨¦dito. Pas¨® las 48 horas m¨¢s dif¨ªciles de su vida. Lo golpearon por todos lados. Y est¨¢ motivado. No es cuesti¨®n de un d¨ªa. No es solo un fen¨®meno del deporte. Ni un idiota que nada bien. Este t¨ªo es un hombre en una misi¨®n. Y su misi¨®n es transformar la nataci¨®n en un deporte infinitamente m¨¢s popular de lo que fue¡±.

La m¨ªstica de Phelps, la gloria y el lado oscuro del h¨¦roe, dejaron en un segundo plano un torneo notable en muchos aspectos. China lider¨® el medallero culminando el cierre con una victoria en el relevo femenino de estilos que le vali¨® el oro n¨²mero 14 y un total de 34 medallas. Estados Unidos logr¨® 12 oros y 28 medallas a pesar de bajar el nivel. Rusia se aferr¨® a su equipo de sincronizada para situarse en tercer puesto con 9 oros y por detr¨¢s destac¨® el fant¨¢stico trabajo de Gran Breta?a con 14 medallas, la mayor cosecha de su historia en un gran campeonato de nataci¨®n.