San Mam¨¦s saca pecho
La victoria frente al Bar?a, la presencia del Bilbao Ath. en 2?A y los frutos de la cantera reactivan al Athletic
Nada m¨¢s concluir el partido de ida de la Supercopa contra el Barcelona (4-0) o incluso antes, el debate ya estaba en la calle y en los medios de comunicaci¨®n: ?Sacar¨¢ el Athletic la gabarra por la R¨ªa si el lunes consigue el titulo en el Nou Camp? La gabarra genera un estado de ansiedad fruto de la ausencia de t¨ªtulos y celebraciones: el ¨²ltimo data de 1984, el a?o del doblete (Liga y Copa del Rey) o habr¨ªa que decir del triplete porque se adjudic¨® la Supercopa sin disputarla al ser el campe¨®n de las dos competiciones nacionales.
La ansiedad solo la han mitigado las tres finales de Copa disputadas (todas contra el Bar?a) y la final de la Liga Europa (ante el Atl¨¦tico). Fueron peregrinaciones masivas que empezaban como fiestas de primavera y conclu¨ªan como funerales de oto?o. Y la gabarra sigue ah¨ª, varada, condenada a ser un monumento del pasado mientras San Mam¨¦s se repuebla de j¨®venes que sue?an con vivir lo que solo han visto en v¨ªdeos y fotograf¨ªas. De hecho, de toda la gente que trabaja en Lezama -la factor¨ªa rojiblanca- solo dos personas fueron part¨ªcipes de aquel acontecimiento: Urkiaga, encargado del mantenimiento de las instalaciones, y Txetxu Gallego, utilero del equipo. El resto o no lo vieron o lo vivieron en las m¨¢rgenes de la R¨ªa.
Por eso cada a?o se convierte en una invitaci¨®n a la esperanza, por m¨¢s que los pilares rojiblancos (la filosof¨ªa del club, la cantera, el nacimiento de algunas estrellas, la solvencia econ¨®mica) soporten a la entidad y mitiguen la carencia de t¨ªtulos. Durante muchos a?os, el Athletic ha calificado el ¨¦xito como el triunfo de su personalidad, m¨¢s all¨¢ de las conquistas temporales, pero el ¨¦xito adem¨¢s de sentirlo requiere tocarlo en un deporte tan apasionado como el f¨²tbol.
El Athletic tiene motivos para ser optimista. La cantera sigue funcionado. La irrupci¨®n de I?aki Williams (ahora lesionado) ha despertado a la grada que no ve¨ªa el relevo para Aduriz el d¨ªa que el guipuzcoano se canse de jugar al f¨²tbol (aunque es un horizonte que no contempla todav¨ªa). Aduriz levanta al p¨²blico de los asientos con sus goles y remates inveros¨ªmiles; Williams con sus carreras de velocista infatigable. 13 a?os les separan, aunque a jugar por su entrega se dir¨ªa que ambos son de la misma edad.
La cantera, adem¨¢s, ha tenido su premio con el ansiado ascenso a 2?A del Bilbao Athletic, el ¨²nico filial en la Liga Adelante, cogiendo el testigo del Barcelona B. Un triunfo moral y deportivo que ha dado paso a m¨²ltiples debates sobre la idoneidad de que unos u otros jugadores j¨®venes act¨²en en el segundo equipo o que se eleve esa edad para hacer frente a una categor¨ªa tan exigente. Ziganda dej¨® clara su filosof¨ªa cuando le preguntaron por Ruiz de Galarreta, un fino centrocampista acosado por las lesiones: "Esa pantalla ya se la ha pasado", dijo el t¨¦cnico navarro que sabe que del af¨¢n de la permanencia no puede lastrar el desarrollo de los futbolistas j¨®venes que empujan por detr¨¢s.
Valverde de momento ha dado paso a dos futbolistas del segundo equipo que consigui¨® el ascenso: el extremo Sabin Merino y el lateral Lekue. No hay decisi¨®n final sobre ellos pero s¨ª un mensaje de optimismo. Las lesiones de Williams y Muniain le han cortado las alas al Athletic y Valverde rebusca futbolistas para esa zona. Eraso es el jugador en el que el t¨¦cnico conf¨ªa para que enlace el centro del campo con la delantera.
El Athletic es un estanque dorado institucionalmente (dos mandatos consecutivos de Josu Urrutia sin elecciones por falta de candidatos) y deportivamente ha encontrado con Ernesto Valverde un t¨¦cnico no solo capaz sino respetado por p¨²blico y jugadores. Inscrito en tres competiciones (Supercopa aparte), sabe que le ha faltado banquillo para encontrar la regularidad que necesita.
La ilusi¨®n es un bien com¨²n en San Mam¨¦s, poblado casi siempre de espectadores fieles inasequibles al desaliento. Tres partidos frente al Barcelona en nueve d¨ªas hab¨ªan sembrado la inquietud en la Catedral temiendo un arranque de temporada convulso. Y sin embargo, el actual debate es si el Athletic sacar¨¢ o no la gabarra si consigue la Supercopa.
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