El Athletic pierde la bendici¨®n
Los rojiblancos desperdician dos goles de ventaja ante el Zilina y pierden un partido indescifrable
Hab¨ªa dudas sobre si la celebraci¨®n del t¨ªtulo de Supercopa afectar¨ªa a un Athletic poco acostumbrado a fiestas de tanta enjundia. Y la respuesta fue triple: s¨ª, no, y todo lo contrario. A la primera de las respuestas acompa?a el resultado, sobretodo teniendo en cuenta que el Athletic se adelant¨® dos veces en el marcador y desperdicio toda la ventaja en los ¨²ltimo minutos de partido. A la segunda, sin embargo, responde la alineaci¨®n de un equipo en el que solo aparecieron tres jugadores de los que asomaron por el once del Camp Nou, por lo que no se puede establecer que los h¨¦roes fueran esta vez villanos. Y a la ¨²ltima, para rematar la c¨¢bala, responde el flojo nivel de un Zilina, que no demostr¨® armas suficientes para ganar la guerra, y que por el contrario dio la vuelta a una batalla que ten¨ªa perdida.
El Zilina corri¨® y corri¨® hasta que se dio cuenta de que sin algo que perseguir de nada sirve perder la cabeza. Le dur¨® la gasolina quince minutos, en los que cre¨® alg¨²n peque?o fuego en el Athletic, que, sin embargo, supo darle la vuelta al impetu de su rival como hacen los buenos judocas. Meti¨® la primera que tuvo gracias a un gran pase interior de Ibai que Sabin Merino envi¨® a la red tras colocar el bal¨®n pegadito al poste. El gol sirvi¨® para demostrar que las velocidades de juego dependen ¨²nicamente de si la pelota decide acompa?arlas y que despacio se piensa mejor.
Zilina, 3 - Athletic, 2
Advirti¨® Valverde en la previa que el Zilina ser¨ªa un equipo que atacase desde el primer minuto. No minti¨® el t¨¦cnico rojiblanco, que aprovech¨® semejante osad¨ªa para plantear una alineaci¨®n que supo rebajar las revoluciones de su rival. Con solo tres jugadores que disputaron la vuelta de la Supercopa ante el Barcelona (B¨®veda, Laporte y Gurpegui), un equipo sin demasiadas clases particulares consigui¨® aguantar el chaparr¨®n inicial y hacerse con el control del bal¨®n.
Por momentos result¨® encomiable el esp¨ªritu del Zilina, un equipo con una media de edad notablemente superior a la del Athletic, alrededor de los 23 a?os, y que asumi¨® el partido como quien agarra el micr¨®fono en el karaoke para cantar Nino Bravo con una ronquera importante. De ah¨ª que el segundo gol de los rojiblancos viniera gracias a una cesi¨®n de Pecovsky a Kike Sola, al que solo separaban 30 cent¨ªmetros del portero, y que aprovech¨® para superarlo por bajo con un remate con la pierna izquierda.
A partir del segundo tanto el ritmo del partido sufri¨® un baj¨®n. Por m¨¢s que las piernas de los jugadores eslovacos demostraran el poder¨ªo de la juventud emergente, ni uno solo de sus jugadores acert¨® a sacar de su posici¨®n a ninguno de sus marcadores. Sin embargo, en una jugada de barullo en el ¨¢rea la pelota lleg¨® hasta Paur y su disparo rebot¨® en Lekue y enga?¨® a Herrer¨ªn. S¨®lo en ese momento pareci¨® marearse el Athletic que cay¨® redondo con el segundo tanto de los eslovacos. William, el ¨²nico futbolista al que ning¨²n jugador del Athletic supo marcar, se qued¨® solo ante Herrer¨ªn al que enga?¨® con una maniobra tan brasile?a como la propia samba para firmar el empate. Pero el carioca no se qued¨® ah¨ª y en el ¨²ltimo minuto del partido envi¨® el bal¨®n a la red, ni ¨¦l tendr¨¢ claro c¨®mo lo hizo, para locura de un estadio que acab¨® aclamando a sus jugadores.
Total, que no hay una sola respuesta a si las fiestas pasan factura al Athletic. Para eso har¨¢ falta que se dispute el partido de vuelta. Aunque por el momento va ganando el s¨ª.
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