La Vuelta huele a Tour
El fiasco de la primera etapa, inv¨¢lida para la General, no oscurece un recorrido y una participaci¨®n ilusionantes
A la Vuelta le explosion¨® el cohete antes de lanzarlo y le quem¨® las manos. Acostumbrada a sorpresas est¨¦ticas, a los fuegos artificiales, donde impera la luz y el sonido, a apuestas estruendosas en las salidas (plaza de toros, bateas, buques de la Armada), un ejercicio de moment¨¢neo esplendor para lanzar la carrera, Marbella le rompi¨® las manos con el estropicio que causa una puerta cuando te pilla los dedos.Duele solo de pensarlo. Marbella en agosto huele m¨¢s a mar que a ciclismo (con perd¨®n de Luis ?ngel Mat¨¦ o el fuguista L¨®pez Gil, alias Malagueta), y a gasolina de coches intratables y motos interminables, y a ba?ador de dise?o.
Hay otra Marbella pero est¨¢ escondida en esta, o sojuzgada. Y se habla ingl¨¦s, el idioma de Chris Froome.Sucedi¨® que hasta hace apenas una semana, la UCI y la Vuelta no cayeron en la cuenta de que la mitad de la contrarreloj que da el banderazo a la carrera discurr¨ªa por un terreno de arena, albero o tierra, recogiendo la brisa del mar, pero sorteando obst¨¢culos. Y era un contrarreloj por equipos, m¨¢s arriesgada por ello en el tr¨¢nsito de los ciclistas, que circulan de nueve en nueve y no de uno en uno. Y los pedalistas se plantaron.
En una semana poco tiempo daba para alterar las cosas y Marbella quer¨ªa exhibir su mar azul como las divas exhiben sus encantos, ya sean naturales, maquillados u operados. El desacuerdo fue tal que la UCI, o sea el Jurado t¨¦cnico, apacigu¨® a todos y a ninguno: se corre por donde estaba previsto, pero los tiempos solo se aplican a la clasificaci¨®n por equipos, no a la general individual. De tal guisa, el l¨ªder que porte el maillot rojo el domingo ser¨¢ el que entre en primer lugar del equipo que gane la ¡°etapa¡±. Momentazo para los desheredados de la tierra, para los que solo ven el rojo del sol cuando se irrita.
Pobre comienzo para dos localidades, Marbella y Puerto Ban¨²s, por donde transita el lujo, menudea el postureo, pero se atisba un deseo por recuperar la normalidad perdida, la pasi¨®n por el papel couch¨¦ y el desd¨¦n por la p¨¢gina de sucesos. Pobre comienzo para un previsible gran final.Est¨¢n casi todos, Froome, Nairo Quintana, Valverde -el podio del Tour-, Purito Rodriguez, el indomable, el que convierte su cuerpo menudo en un gigantesco ciclista cuando el asfalto obliga, el poderoso Astana, con tres ciclistas, Nibali (vencedor en 2010), Mikel Landa y Fabio Aru, que obligan a los rivales a correr con tres ojos y no perder nunca de vista esos maillots azul turquesa que distingue a un equipo azer¨ª que ¡°vende¡± su tierra de fuego. Solo falta Alberto Contador, que eligi¨® el Giro -y acert¨®, porque lo gan¨®- antes del Tour y las tres grandes era demasiado trago para una boca.
La Vuelta venc¨ªa as¨ª su temor inicial por la ausencia de Contador y las dudas de Nairo Quintana y Chris Froome, y la inc¨®gnita de Nibali. Volv¨ªa el riesgo de una Vuelta sin alto standing, pero el Tour hizo la criba convirtiendo agosto y setiembre en un tiempo de redenci¨®n, Froome aparte, empe?ado en ganar esta carrera desde que Cobo, el Bisonte, se lo impidi¨® en 2011, cuando iba de lugarteniente de Wiggins y tuvo que coserse los galones por las p¨¢jaras del ingl¨¦s. Contador le arrebat¨® la del a?o pasado, pero eso entraba en las previsiones m¨¢s convencionales.
O sea que est¨¢n casi, casi, todos, esperando esos finales explosivos, y esa etapa de Andorra (2 de setiembre) y lo que espera despu¨¦s entre Cantabria y Asturias antes de jugarse los ¨²ltimos cuartos en la sierra madrile?a, mirando a la capital de Espa?a. Pero el ciclismo no es solo un asunto de altimetr¨ªa. El sprint es un arte casi instant¨¢neo que muchas veces justifica el letargo de una etapa. Y ah¨ª compiten expertos rompepedales como el alem¨¢n Degenkolb (nueve victorias en dos ediciones de la Vuelta) o Sagan, que gan¨® tres en 2011, o el franc¨¦s Bouhanni. Pero ha aparecido un grano australiano que a su 21 a?os ya ha rozado su tubular en las llegadas con tipos como Cavendish o Kristoff. Todo comienza el s¨¢bado. O para ser m¨¢s exactos, el domingo, despu¨¦s que el paseo mar¨ªtimo de Marbella elija un l¨ªder ocasional. Enhorabuena, sea quien sea, por asumir el riesgo.
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