Espa?a gana a Macedonia

Un churro de gol para un churro de partido. Espa?a sac¨® provecho de la nader¨ªa ante un rival con aire de sacamuelas y ya tiene a la vista Francia 2016. Lo de Macedonia nada tuvo que ver con el gran repunte mostrado ante Eslovaquia el pasado s¨¢bado. Fue una selecci¨®n m¨¢s atrofiada, muy parsimoniosa, m¨¢s ancha que larga. Frente a una trama de camisetas macedonias, al equipo de Del Bosque le falt¨® profundidad por los costados, la ruta de evacuaci¨®n abierta ante los eslovacos por Pedro, Juanfran y Jordi Alba. Tampoco la pelota fluy¨® al ritmo debido, sino al trote, sin parang¨®n con el ingenio colectivo de la jornada precedente. Como resultado, tres puntos casi definitivos para alistarse a la Eurocopa de Francia y un pe?azo de partido, fruto de una Espa?a espesa, algo taca?ona y sin chicha.

Del Bosque orden¨® seis cambios respecto al equipo que se aline¨® en el Carlos Tartiere. Mantuvo el espinazo, con Ramos, Piqu¨¦, Busquets y Silva. Y, al frente, de nuevo Diego Costa en combate, cuerpo a cuerpo con los pedestres zagueros locales. De tanto f¨²tbol de cuadril¨¢tero, el jugador del Chelsea se gan¨® una tarjeta que le descarrila de la pr¨®xima cita, el 9 de octubre ante Luxemburgo en Logro?o, fecha marcada en rojo por los espa?oles para sellar la clasificaci¨®n definitiva. De tr¨¢nsito hacia el torneo franc¨¦s, el paso por Skopje no se rebobinar¨¢ en la videoteca de la Roja. Como mucho quedar¨¢ en la memoria de Mata, autor de un churrigol, en la l¨ªnea del de Goicoetxea a Alemania en el Mundial 94, pero a¨²n m¨¢s rocambolesco.

Morosos con el bal¨®n

Antes de los diez minutos, Mata se propuso lanzar un centro desde la banda derecha. Bloqueado en su salida natural por la izquierda, arriesg¨® sin remedio a centrar con la pierna de palo en este zurdo cerrado. Pelotazo al ¨¢rea y a cruzar los dedos. El bal¨®n no obedeci¨® al asturiano tras su mal toque, pero ya se sabe que el f¨²tbol es el arte de lo imprevisto. As¨ª que la pelota sac¨® la lengua a toda Macedonia, rebot¨® en el larguero y en su vuelo hacia el campo brinc¨® sobre la coronilla del portero Pacovski. Un gol de comedia. A falta de juego, era el d¨ªa para las chanzas. C¨®mo explicar si no que media hora despu¨¦s una asistencia de Carvajal desde el mismo lugar calcara la de Mata. Otra vez una pifia para burlar a Pacovski. Esas fueron las mejores y casi ¨²nicas ocasiones visitantes.

De carambola en carambola, no hubo dictado espa?ol. Cazorla, Mata e Isco, morosos con el bal¨®n, con demasiado protocolo, nunca dieron con la tecla adecuada para sacudirse la intensidad de Macedonia, la selecci¨®n m¨¢s d¨¦bil del grupo, que al menos puso colmillo ante su gente.

Un modesto convencido de que la gloria se puede improvisar. Espa?a le dio motivos para ello y Drulovic, su t¨¦cnico, aquel s¨®lido jugador del Oporto y Yugoslavia, tambi¨¦n. Macedonia nunca se desfond¨® y puso el alma en cada disputa. Suficiente para inquietar a De Gea, que no jugaba un partido desde el 11 de junio, en algunos chispazos.

Con Espa?a gripada, Del Bosque ech¨® el lazo a Paco Alc¨¢cer en sustituci¨®n de Diego Costa, el verso suelto del equipo: un gol en nueve partidos. No hay forma de que congenien ¨¦l y la Roja. Si con Alc¨¢cer el seleccionador busc¨® producir alg¨²n remate, con Koke por Cazorla e Iniesta por Isco intent¨® encontrar el hilo al juego. Ni lo uno ni lo otro. Tres puntos, faena de ali?o y mejor recordar el pulso con Eslovaquia y borrar el paso por Macedonia.