La primera involuci¨®n de Simeone
El Atl¨¦tico, pese a la plantilla formada, se achic¨® en el d¨ªa de la recarga de Cristiano y Messi, protagonistas indiscutibles de ayer, hoy y ma?ana
Me llamo Messi, Leo Messi. Me llamo Cristiano, Cristiano Ronaldo. Eran, son y ser¨¢n los dos grandes agentes del f¨²tbol mundial. Entre uno y otro, protagonistas indiscutibles de ayer, hoy y ma?ana, Cholo Simeone ha suscrito el primer fiasco de los cl¨¢sicos. Porque un Atl¨¦tico-Bar?a es en todo un duelo volc¨¢nico y esta vez los colchoneros no estuvieron a la altura. Para lo bueno y para lo malo, su etapa reciente est¨¢ marcada por Simeone, su particular espartaco. El s¨¢bado, para lo malo.
Con unos 140 millones invertidos, el Atl¨¦tico fue un equipo demasiado elemental, nada de ese lenguaje futurista que se destilaba por el Manzanares tras la llegada o repesca de Jackson, Vietto, Carrasco, Correa, Oliver y Filipe Luis. El equipo del Cholo, a instancias del Cholo, fue un conjunto chato, opaco, el de los viejos modos, el de ese fatigoso estilo, el de la m¨¢xima obediencia, en el que hay que sudar y sudar como regaderas sin que la pelota tenga ning¨²n significado. Buena parte del mismo ideario que le ha encumbrado en las ¨²ltimas temporadas. Nada que objetar de no ser porque desde la caseta se deslizaba para este curso un nuevo timbre de autoridad. En su primera gran cita no fue m¨¢s que una involuci¨®n, como ya lo fue el segundo tramo en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, donde, pese a la rotunda victoria, plant¨® una tropa de piquetes en su ¨¢rea.
El d¨ªa de la recarga de Cristiano y Messi, el Atl¨¦tico fracas¨® como tercera v¨ªa en su primer gran reto. No por el resultado, nada il¨®gico ante el campe¨®n, sino por su forma de tramitar el choque. Tiene largo recorrido para proclamar lo contrario, pero es tiempo de medir a Simeone en funci¨®n de la plantilla hilada, por m¨¢s que el argentino sostenga con machaconer¨ªa que los presupuestos obligan sin remedio al partido a partido.
Tareas de pico y pala
A Simeone, un entrenador de rango ya en el pante¨®n rojiblanco por m¨¦ritos propios, nunca le hicieron falta las coartadas, mucho menos tras haber invertido en el rastrillo m¨¢s que sus dos gigantes opositores. Es hora de dar un salto de calidad, no de exprimir como limones a chicos como Oliver y Griezmann, frente al Bar?a ahogados en tareas de pico y pala. Resulta grimoso ver al franc¨¦s como tap¨®n por un costado, evocaci¨®n de aquel Rooney al que Alex Ferguson lleg¨® a ubicar casi como lateral derecho del United en el Camp Nou, lo mismo que Eto'o en el Chelsea.
Simeone ha enhebrado una plantilla para no achicarse. El cesto es otro y quiz¨¢ no le alcance para mantener los viejos par¨¢metros, en los que se qued¨® sin dep¨®sito Arda y puede que ahora le suceda a Koke poco antes que a Oliver. Del internacional hace tiempo que no hay migas, sometido a cuestiones de escoba, asuntos pedestres. En general, todo el Atl¨¦tico se dej¨® llevar por la urticaria al bal¨®n, una forma de aceptar su inferioridad desde el calentamiento, como ya hiciera en su decepcionante tr¨¢nsito por el Bernab¨¦u en la ¨²ltima Champions.
Con Simeone, el equipo, el club, se gan¨® un tonelaje que le falt¨® durante a?os y el Atl¨¦tico se reconoci¨® mejor en su espejo hist¨®rico. Ahora, hay que ver si es capaz de subir otro escal¨®n, de ser un conjunto con mayor vuelo, menos subordinado a los colosos. Poso tiene, en la grada y en el vestuario. Habr¨¢ que comprobar si Simeone tambi¨¦n es un convencido real de la nueva causa o la plantilla formada es solo un brindis al sol. Sea como fuere, nada habr¨¢ que reprochar a este entrenador que devolvi¨® al Atl¨¦tico a la ¨¦lite para suerte colchonera y suerte del f¨²tbol espa?ol, donde el pulso Bar?a-Madrid era demasiado previsible. El Atl¨¦tico se encarg¨® meter una cu?a triunfal entre ambos, de ser un nuevo reclamo. Ahora, si quiere, tiene m¨¢s talento para competir incluso mejor, con m¨¢s ingenio. En su debe est¨¢ intentar demostr¨¢rselo al menos.
Mientras se lo piensa Simeone, Cristiano y Messi ya han despertado a la bicha, lo que mengua el destino del Cholo y los suyos. Porque cuando estos genios se activan lo habitual es que se disparen sin freno y no haya partido a partido que los frene. Y este Atl¨¦tico podr¨ªa dar mucho juego, no solo combate de trincheras. Se le espera.
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