Ortiz de Mend¨ªbil, la buena reputaci¨®n de un ¨¢rbitro pol¨¦mico
Fallece el colegiado vasco, con 241 partidos en Primera, que sali¨® a hombros del Bernab¨¦u y se hizo popular en ¡°La moviola¡± de TVE
A las personas, como a los personajes, se les puede recordar por muchas cosas. Jos¨¦ Mar¨ªa Ortiz de Mend¨ªbil falleci¨® el martes por la noche a los 89 a?os de edad tras venir padeciendo una fisura de cr¨¢neo que se produjo en 2012 en un accidente en Lezama, cuando las instalaciones del Athletic estaban en obras. Como era a la vez persona y personaje, el listado de recuerdos es generoso. Y como hab¨ªa sido ¨¢rbitro de f¨²tbol, m¨¢s que generoso, el curr¨ªculo era abundante. Y como fue el protagonista de ¡°La moviola¡±, la repetici¨®n de las jugadas de los partidos que instaur¨® Pedro Ruiz en Estudio Estadio de TVE, su popularidad le convirti¨® en un personaje principal de un pa¨ªs en el que el f¨²tbol lo domina todo.
Dirigi¨® una final de Eurocopa (1968), de Copa de Europa (1969), una Intercontinental (1964), dos Recopas (1968 y 1972) y una semifinal del Mundial de 1970
Ortiz de Mend¨ªbil heredaba el pedigr¨ª de otro arbitro vasco, Juanito Gardeazabal, cuando el f¨²tbol a¨²n solo era una pasi¨®n y no una inundaci¨®n permanente de devociones enfrentadas. Jos¨¦ Mar¨ªa se gan¨® el respeto, saliendo a hombros incluso de la final que disputaron en el Santiago Bernab¨¦u el Milan y el Ajax en 1969. Hoy una situaci¨®n similar resulta tan inconcebible que provocar¨ªa incluso hilaridad y condenar¨ªa al ¨¢rbitro a una permanente sospecha de parcialidad.
Pero el respeto y la pol¨¦mica son asuntos compatibles en un territorio tan pasional como el f¨²tbol. Y Ortiz de Mend¨ªbil, con ese porte tan serio en el campo, que contrastaba con su desarrollado sentido del humor, no escap¨® a las acusaciones de madridista, no por aquella salida torera de Chamart¨ªn, sino porque en un Madrid-Bar?a alarg¨® m¨¢s de nueve minutos el partido y en esa ¡°prolongaci¨®n¡± el equipo blanco obtuvo el gol de la victoria. Hay cosas que en el f¨²tbol no cambiar¨¢n nunca y se produc¨ªan por igual en el de antes que en el de ahora. Y en el que vendr¨¢.
Nacido en Portugalete se fue a vivir enfrente, a Las Arenas cuando se cas¨® en 1955 con Elvira Larrazabal, una de las precursoras del golf femenino. Era un tr¨¢nsito habitual de una margen a otra de la r¨ªa, cuando el bolsillo lo permit¨ªa. Era ¨¢rbitro internacional, con el pedigr¨ª de haber dirigido una final de Eurocopa (1968), de Copa de Europa (la referida en 1969), una Intercontinental (1964), dos Recopas (1968 y 1972) y una semifinal del Mundial de 1970, adem¨¢s de varias finales de Copa en Espa?a. Pero trabajaba como visitador m¨¦dico, una labor que nunca desatendi¨®, sacandole br¨ªo a su 600 para regresar a tiempo de realizar su trabajo el lunes, tras los partidos.
Se cuenta que por su parecido -notable- al actor Alberto Closas, se multiplicaban las an¨¦cdotas de quienes confund¨ªan al uno con el otro, en situaciones hilarantes que ¨¦l destilaba con su sentido del humor. La moviola, que le ofreci¨® Pedro Ruiz, le granje¨® tanta popularidad como, nuevamente, pol¨¦micas. Pero inaugur¨® un genero que hoy es materia obligada en los programas de radio y televisi¨®n: el ex¨¢rbitro comentarista, una figura laboral en el periodismo deportivo. Ortiz de Mend¨ªbil abri¨® esa puerta a los colegiados, siempre tan callados durante su ¨¦poca activa y luego tan parlanchines cuando se desactivan del organigrama. Agradecidos le habr¨¢n quedado. ¡°Don Moviolo¡±, como le llamaban popularmente, manten¨ªa el rictus serio de su actividad arbitral, pero no escond¨ªa su tono socarr¨®n.
Todo se empez¨® a truncar aquel 2012 cuando sufri¨® el accidente en Lezama. Cuatro a?os despu¨¦s la pelea termin¨®. No fue una derrota. Solo el final del partido que necesariamente tenia que llegar. Y no lo pito ¨¦l, sino el destino.
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