Gasol, mucho m¨¢s que 40 puntos
La dimensi¨®n del mejor jugador de la historia de Espa?a est¨¢ por encima de cualquier estad¨ªstica
Hay deportistas que trascienden incluso a sus mayores gestas. Es el caso del apote¨®sico Pau Gasol, muy por encima de su testamento para la eternidad con esos 40 puntos en Lille. Gasol es mucho m¨¢s que n¨²meros, mucho m¨¢s que el desfogue emocional que produjo su sublime actuaci¨®n ante Francia. Con sus imponentes estad¨ªsticas cabe que Espa?a hubiera perdido, lo que hoy restar¨ªa los torrentes de adjetivos sobre este intr¨¦pido catal¨¢n. Su dimensi¨®n, con o sin podios, es otra. Gasol es una oda a la devoci¨®n por el juego, al compromiso mancomunado con una selecci¨®n civil sin cutrer¨ªo y caspa patri¨®tica. El baloncesto como vertebrador de un equipo global, sin probetas de espa?olidad, con montenegrinos y congole?os.
A sus 35 a?os, 18 cumbres, entre t¨ªtulos y medallas, y 16 temporadas extenuantes, nadie hubiera podido reprochar a este gigante entre gigantes que se quedara a la bartola con el frac en Chicago. Nadie. Pero Gasol siempre huy¨® del mundo espumoso de las celebridades, del vedetismo que bien podr¨ªa concederse. Con el coraz¨®n en los huesos tras una carrera sin respiro, Pau se neg¨® a claudicar. Ha inoculado el virus de la eternidad y en el pante¨®n de los m¨¢s grandes entre los grandes del deporte espa?ol costar¨ªa encontrara a alguien con tantos cursos en la c¨²spide, sin marchitar tras un ajetreo descomunal. Piernas, cabeza y coraz¨®n, mucho coraz¨®n.
Pau, con etiqueta de pecho fr¨ªo, dio un paso al frente como ya hizo en su d¨ªa en el Bar?a y, no digamos, en la selv¨¢tica NBA. Nunca, ni al inicio de su camino hacia el Olimpo, ni ahora, sinti¨® que existieran las barreras. Ni siquiera cuando no pintaban oros para esta Espa?a Basket Club sin su hermano Marc e Ibaka para despejarle los aros con la escoba, Calder¨®n y Ricky para asistirle y su colega Navarro para descargarle en la anotaci¨®n. Ante el abismo de un traspi¨¦ que acentuara las penas del ¨²ltimo Mundial, el mejor jugador espa?ol de la historia acept¨® la corneta y asumi¨® m¨¢s que nunca el reto del liderazgo, deportivo y espiritual. Un desaf¨ªo may¨²sculo, por encima de ganar o perder, para quien ya nada tendr¨ªa que demostrar. Un varapalo podr¨ªa haber empa?ado su recta final en un pa¨ªs con muchos lectores de resultados y al que se le resiste la memoria hist¨®rica.
Sin coartadas o evasivas, Gasol se puso al equipo en la mochila para dar un simposio no solo del gran baloncesto que metaboliz¨® desde la cuna, sino de afecto a su deporte, pasi¨®n por la camiseta y avenencia total con sus compa?eros, los del parvulario junior y los nuevos. Un trance delicado para quien rebosa p¨²rpura en su hoja de servicios, en la que no hay tachas posibles. Todo ello es lo que le convierte en un deportista tan extraordinario como mod¨¦lico. Por eso, 40 puntazos no son nada respecto al gran partido que ha ganado este icono de por vida del deporte espa?ol. Un tipo ejemplar, gane o pierda. Un modelo para enmarcar.
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