La gesta imposible de la herida Gales
El ¡®XV del Drag¨®n¡¯ busca sobreponerse a su enorme lista de lesiones en una cita hist¨®rica ante Inglaterra, que opta por Farrell como apertura
El grueso del vestuario ingl¨¦s comparte una afrenta imborrable, con fecha y lugar: 16 de marzo de 2013, Millenium Stadium de Cardiff. Apaleados (30-3), los ingleses perdieron mucho m¨¢s que un Seis Naciones. Este s¨¢bado (21.00) quieren recrear en su feudo esa atm¨®sfera infernal para un partido fronterizo, pues el perdedor quedar¨¢ a las puertas de la eliminaci¨®n y con la necesidad de derrotar a Australia por uno de los dos billetes a cuartos. Ocurre que Gales, con un parte infinito de bajas, tiene poca r¨¦plica m¨¢s que buscar un partido a¨¦reo, con mucha ida y vuelta y, sobre todo, apostar por el aspecto sentimental; ll¨¢mese orgullo, ll¨¢mese miedo.
¡°Intentaremos dar un buen show a todos los que ya nos han descartado¡±, avisa el apertura Dan Biggar. El ¨²ltimo amistoso de Gales antes del Mundial, el 5 de septiembre frente a Italia, fue un pasaporte al t¨²nel del terror. La camilla se llev¨® en el primer tiempo al medio-mel¨¦ Rhys Webb, el jugador gal¨¦s del a?o, pero el gran shock lleg¨® con la mala pisada que le cost¨® la rotura del ligamento cruzado a Leigh Halfpenny, un zaguero irremplazable por su buena colocaci¨®n y su preciada bota. Por si no fuera suficiente, el partido inaugural ante Uruguay mand¨® a casa al ala Eli Walker, al centro Cory Allen y dej¨® tocados a Liam Williams, el recambio de Halfpenny, adem¨¢s de los delanteros Samson Lee y Aaron Jarvis. Ah¨ª es nada.
¡°Somos conscientes de las dificultades, y de que jugamos un partido de un Mundial a domicilio, pero trataremos a repetir lo que nos ha funcionado contra Inglaterra¡±, a?ade Biggar antes de rebajar la magnitud de un choque en el que parten como v¨ªctima propiciatoria. ¡°Nosotros intentamos vivir en nuestra burbuja y pensar que es solo un partido m¨¢s, con el mismo c¨¦sped y los mismos rivales¡±.
Algunos como otro lesionado gal¨¦s, Jonathan Davies, hablan del Inglaterra-Gales m¨¢s importante de la historia, el primer test de madurez para la joven plantilla inglesa. En busca de orden para neutralizar cualquier conato de anarqu¨ªa, el XV de la Rosa le devuelve el 10 a Owen Farrell. Y alterar el arquitecto supone una decisi¨®n dr¨¢stica. George Ford, titular ante Fiyi, logr¨® las credenciales para ser apertura ingl¨¦s tras la ventana de amistosos de noviembre y, sobre todo, su buen Seis Naciones, con Farrell lesionado. Cuando el t¨¦cnico, Stuart Lancaster, hizo p¨²blica la alineaci¨®n el jueves asumi¨® la inestabilidad interna que ello pueda generar.
Farrell, con un gesto imperturbable de concentraci¨®n, apur¨® al m¨¢ximo el entrenamiento del viernes y se qued¨® pateando cuando sus compa?eros ya estaban en la ducha. El apertura asegura que su relaci¨®n con Ford no ha cambiado: ¡°Es exactamente la misma que cuando yo estaba en el banquillo en oto?o [2014]. Somos dos tipos obsesionados con el juego, y nuestras conversaciones son algo aburridas porque no hablamos de otra cosa¡±.
Puede que Lancaster haya confiado m¨¢s en Farrell bajo presi¨®n, pese a que marr¨® varias patadas c¨®modas aquel d¨ªa fat¨ªdico de 2013. O la incertidumbre sobre c¨®mo afrontar¨ªa Ford, de 22 a?os, un encuentro de esa exigencia. Lo cierto es que Ford dio la talla en la victoria inglesa este a?o en Cardiff (16-21), pero ante un previsible encuentro con m¨¢s metros y patadas, Lancaster prefiere el pie de Farrell, de 24 a?os, aunque solo ha jugado de inicio uno de los ¨²ltimos cuatro partidos. ¡°?Qu¨¦ nos diferencia? Todo tipo de cosas. No somos el mismo tipo de jugador¡±, recalcaba este ¨²ltimo.
Farrell har¨¢ ¡°su trabajo¡± cuando el estadio enmudezca a la espera de que el bal¨®n pase entre palos, privilegio del que no gozar¨¢ el may¨²sculo pateador gal¨¦s. ¡°Leigh [Halfpenny] es incre¨ªble, el mejor que ha habido en los ¨²ltimos a?os¡±. El apertura coincidi¨® con el zaguero y otros compa?eros galeses en la gira de los Lions por Australia de 2013. Tras el minuto 80 nada ser¨¢ igual. La haza?a galesa en 2013 fue el punto de inflexi¨®n para los pupilos de Lancaster. Ahora les toca mostrarse lo suficientemente responsables para gestionar un envite con tanto que perder.
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