Bernab¨¦u le quer¨ªa como ¡®semental¡¯
Ignacio Zoco Esparza, natural de Garde, en el Valle del Roncal, el de Gayarre. Empec¨¦ a ir al f¨²tbol justo el a?o que el Madrid le fich¨® de Osasuna, as¨ª que puedo presumir de haber visto casi toda su carrera. Rubio, espigado, jugaba de medio, con gran despliegue, ida y vuelta, poder¨ªo por alto y esp¨ªritu incansable. Cuando conduc¨ªa el bal¨®n parec¨ªa siempre a punto de perderlo, por sus zancas largas que no parec¨ªan ¨¢giles, pero nunca la perd¨ªa. Corr¨ªa por ¨¦l y por su compa?ero de media, el exquisito Muller, un alsaciano fin¨ªsimo al que llamaban ¡®el fatigu¨¦¡¯, ya imaginar¨¢n por qu¨¦.
En esos primeros a?os viv¨ªa de patrona con Glar¨ªa, que ocupaba la misma posici¨®n en el Atl¨¦tico y se la disputaba en la Selecci¨®n. Era llamativo ver c¨®mo, tras los partidos de rivalidad, sal¨ªan juntos en el coche de uno de los dos, para regresar a casa. Eso acab¨® cuando se cas¨® con Mar¨ªa Ostiz, un matrimonio entre famosos. Mar¨ªa Ostiz era una cantautora popular, no de l¨ªnea protesta, como luego se tradujo el t¨¦rmino, sino de canciones costumbristas de tinte cat¨®lico.
Se casaron en Pamplona. Bernab¨¦u no pudo ir a la boda, cosa que a Zoco le alivi¨®. Bernab¨¦u no rend¨ªa culto al recato. Un d¨ªa, me cont¨® Zoco tantos a?os despu¨¦s, se encontraron a la salida del entrenamiento:
Cuando conduc¨ªa el bal¨®n parec¨ªa siempre a punto de perderlo, por sus zancas largas que no parec¨ªan ¨¢giles, pero al final nunca la perd¨ªa
- Fue a recogerme Mar¨ªa. Sal¨ªamos hacia el coche cuando le encontramos, llegando por la acera. No hab¨ªa escapatoria. Les present¨¦: ¡°Don Santiago, ¨¦sta es Mar¨ªa, mi se?ora¡±. ¡°Ya, ya te conozco, Mar¨ªa. ?Felicidades! Te has llevado una joya. Pero hazme un favor: si un d¨ªa te cansas de Ignacio, nos lo devuelves al club como semental¡±. ?F¨ªjate la animalada que fue a decirle a Mar¨ªa!
Fue campe¨®n de la Eurocopa de 1964, frente a la URSS, en una se?alada tarde de junio en el Bernab¨¦u. Y campe¨®n de Europa de clubes, con el Madrid, ante el Partiz¨¢n, en Bruselas. Once espa?oles, el ¡®Madrid ye-y¨¦¡¯. Ya eran a?os del 4-3-3 y ¨¦l jugaba en la defensa, de l¨ªbero, cortando y saliendo, con Pirri, Vel¨¢zquez y Grosso por delante. Ese equipo dur¨®, gan¨® muchas ligas. En los partidos apurados del Bernab¨¦u, el estadio le reclamaba en los ¨²ltimos minutos para que subiera a rematar los c¨®rners. ¡°?Zoco, Zoco, Zoco!¡±. ?l miraba a Mu?oz, el entrenador. Si Mu?oz bajaba la barbilla, ¨¦l sub¨ªa, con su tranco esforzado, entre ovaciones, en busca del gol dif¨ªcil. Varias veces lo marc¨® y aquellos goles suyos se celebraban m¨¢s que cualesquiera otros.
Los a?os pasaron por ¨¦l y por sus compa?eros. Un d¨ªa de 1974 se vio aturdido por el torbellino de un ataque barcelonista formado por Rexach, Cruyff y Sotil, alimentados por Juan Carlos, Marcial y Asensi. El Madrid perdi¨® por 0-5. Zoco decidi¨® que hasta ah¨ª hab¨ªa llegado. El d¨ªa siguiente fue a decirle a Bernab¨¦u que quer¨ªa dejar el f¨²tbol.
- Ahora est¨¢s bajo un impacto. T¨®mate dos d¨ªas, vete con Mar¨ªa por ah¨ª, piensa.
- Me tom¨¦ dos d¨ªas, habl¨¦ con Mar¨ªa, pens¨¦, volv¨ª y le dije que lo dejaba.
La final de Copa fue Madrid-Bar?a, en el Manzanares. ?l era suplente. El Madrid ganaba 4-0 cuando Grosso, capit¨¢n,fue cambiado por Zoco, que cogi¨® el brazalate. Molowny y Grosso hab¨ªan pactado esa posibilidad de antemano. Zoco jug¨® unos minutos y cogi¨® la Copa. Esa fue su ¨²ltima foto como futbolista.
Fue delegado del club, perteneci¨® a la ¡®guardia de corps¡¯ de Di St¨¦fano y fue amigo del alma de Pach¨ªn
Durante a?os fue delegado del club. Luego perteneci¨® a la ¡®guardia de corps¡¯ de Di St¨¦fano, presidente de los veteranos. Fue amigo del alma de Pach¨ªn, con el que siempre discut¨ªa, incesable pol¨¦mica entre el eterno conforme, ¨¦l, y el eterno disconforme, Pach¨ªn. Veraneaba siempre en Cambrils, donde cultiv¨® una larga amistad con Sadurn¨ª, el portero del Bar?a durante todos aquellos a?os.
La enfermedad le asalt¨® hace a?o y medio y estuvo a punto de llevarle. ¡°He estado ah¨ª¡±, me dijo la ¨²ltima vez que le vi, mientras mov¨ªa el mantel de la mesa para mostrarme el suelo. Goz¨® de una pr¨®rroga de dieciocho meses. Hace poco y menos fueron a verle mis compa?eros de As Tom¨¢s Roncero y Carmen Colino: ¡°Tranquilos. Ya sab¨¦¨ªs que yo soy cat¨®lico, estoy tranquilo. No he hecho mal a nadie y s¨¦ que me espera algo mejor¡±.
Que as¨ª sea.
V?DEO: Muere Ignacio Zoco, hist¨®rico jugador del Real Madrid.
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